Novena Navideña 2015:
P.Guillermo Carmona
Cuarto día: El buen samaritano: anda y haz
tú lo mismo.
Oración inicial
Tu
santuario es nuestro Belén, en cuya aurora Dios se regocija.
Allí
diste a luz virginalmente al Señor,
quien
te eligió por Madre y Compañera.
En esa admirable
fecundidad nos trajiste al Sol de Justicia.
Para que nuestro
tiempo pueda mirar la Luz eterna,
erigiste
benignamente a Schoenstatt.
Como
Enviada de Dios y Portadora de Cristo, quieres
desde
el santuario, recorrer el mundo en tinieblas.
Con alegría sumerge
nuevamente al Señor en mi alma, y, al igual que tú, me asemeje a él en todo;
hazme portador de
Cristo a nuestro tiempo
para que se
encienda en el más luminoso resplandor del sol.
El
universo entero con gozo glorifique al Padre,
le
tribute honra y alabanza por Cristo, con María,
en
el Espíritu Santo, ahora y por los siglos de los siglos. Amén.
1. Texto bíblico: Lucas 10,29-37
“… El doctor
de la Ley, para justificar su intervención, le hizo esta pregunta: ‘¿Y quién es
mi prójimo?’.Jesús volvió a tomar la palabra y le respondió: ‘Un hombre bajaba
de Jerusalén a Jericó y cayó en manos de unos ladrones, que lo despojaron de
todo, lo hirieron y se fueron, dejándolo medio muerto.
Casualmente bajaba por el mismo camino un
sacerdote: lo vio y siguió de largo. También pasó por allí un levita: lo vio y
siguió su camino. Pero un samaritano que viajaba por allí, al pasar junto a él,
lo vio y se conmovió.
Entonces se acercó y vendó sus heridas,
cubriéndolas con aceite y vino; después lo puso sobre su propia montura, lo
condujo a un albergue y se encargó de cuidarlo. Al día siguiente, sacó dos
denarios y se los dio al dueño del albergue, diciéndole: ‘Cuídalo, y lo que
gastes de más, te lo pagaré al volver’
¿Cuál de los tres te parece que se portó como
prójimo del hombre asaltado por los ladrones?’. ‘El que tuvo compasión de él’,
respondió el doctor. Y Jesús le dijo: ‘Ve, y procede tú de la misma manera’”
Después de la lectura dejamos un pequeño espacio para la reflexión
personal del texto escuchado o leído. Me pregunto:
-
¿Qué mensaje trae el texto?
-
¿Cómo lo interpreto?
-
¿Qué me dice a mí personalmente?
2. Reflexión
Meditamos esta parábola de Jesús, a la luz
de su nacimiento en Belén. Toda la humanidad es como ese hombre caído entre
Jerusalén y Jericó, asaltado y herido por el enemigo; dejado casi muerto.
El nacimiento de Jesús es la expresión de un
Dios que tiene compasión del hombre y de la historia. En Belén se reúnen los
múltiples rostros del mundo, los que están enfermos y lastimados, los que
fueron asaltados y asaltantes, pecadores
y justos. A todos ellos el Niño Dios quiere mostrarles su amor y abrirles la
misericordia de Dios.
Belén nos ilustra lo que es el amor en
serio: las mil formas de servir y entregarse a los hermanos. El samaritano no
tenía ninguna razón lógica para cuidar del hombre herido. Los samaritanos eran
visto como inferiores en cuanto al origen racial, a la creencia religiosa y la
política; en consecuencia, se sentían siempre malinterpretados y perseguidos. Por
todo esto, el judío era un extraño y un enemigo, y probablemente nunca habría
actuado de la misma manera con él.
Al igual que el amor del buen samaritano, el
amor de Jesús está siempre más allá de toda lógica. Él nos indica en el pesebre
que debemos romper las esclusas de la división, ya que Él vino para todos,
judíos y samaritanos, buenos y malos. Como el samaritano, Jesús eligió el amor
y fue más allá a lo “políticamente correcto”.
Podemos imaginarnos que la compasión del
samaritano arruinó sus esquemas y tiempos planificados. No sólo se detuvo a
ayudar colocándole aceite y vino en las heridas, sino también se preocupó de
que sobreviva; por eso lo llevó al albergue, al sanatorio de entonces y no tuvo
miedo de comprometerse, de meterse en líos y “problemas”. Fue más allá: “Cuídalo, y lo que gastes de más, te lo pagaré al
volver”.
La parábola tiene además un valor agregado: el samaritano sabía que el hombre que estaba medio muerto
no era capaz de expresar su agradecimiento ni de devolver la ayuda que había
recibido. Es un amor desinteresado: cuando llegue el momento de su
recuperación, el samaritano que lo ayudó, se habría ya marchado hacía tiempo…
Camino a Belén encontraremos muchas personas
que precisan del aceite y del vino, del amor y la ternura. Queremos ayudarlas a
seguir caminando, a llegar al pesebre y tener la experiencia del Niño que con
su gracia y su sonrisa les devuelve la salud. Sólo la misericordia del Padre
redime tanto a aquellos que siguieron sus pasos sin detenerse, como también al hombre
que cayó en el camino; nos imaginamos que le regalará también al Samaritano -a
vos y a mí- la fortaleza para seguir amando, sin dilación ni egoísmos.
Preguntas
para la reflexión
1. ¿Ayudas a los necesitados siempre
o sólo cuando eso no te causa ningún contratiempo a tus planes?
2.
¿Pones condiciones en cuanto a quien ayudas o no?
3.
¿Qué pasaría si aquellos a quienes quieres
ayudar no tienen posibilidad de pagarte o incluso ni siquiera agradecerte?
4. ¿Qué le habría pasado a este hombre si no hubiera recibido
la ayuda del buen samaritano?
5.
¿Qué podemos hacer nosotros, en
concreto para ayudar a alguien que está lastimado por la vida?
Compromiso
sugerido
Visitar a algún enfermo o llamarle por teléfono a alguien que sabemos
que está triste o está pasando un momento difícil en su vida.
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