CARTA PARA NOSOTRAS
M. Inés Erice de Podestá
¿Que significa ser dirigente? Siguiendo el pensar del Padre y Fundador, considero que toda tarea que se nos encomienda es un servicio, es una entrega. Y como madres, tenemos que educarnos para despertar vida en el otro y cuidar esa vida que la Mater nos ha encomendado. Como hacemos con nuestros hijos, saber en qué está cada uno, saber escucharlos, entenderlos, conducirlos, descubriendo con fe práctica en la Divina Providencia lo que Dios quiere para cada uno.
Queridas hermanas de Federación:
Cumpliendo con el pedido de Norma y Eli, encargadas de la edición de “El Puente”, me pongo en contacto con ustedes de manera “virtual”, como es nuestra querida revista. En este espacio han previsto que contemos un poco de la historia de nuestra Federación y nuestro pensar como dirigentes.
Pertenezco al curso fundador de Argentina. Fuimos aceptadas para comenzar la Candidatura el 12 de abril de 1988. El año pasado festejamos nuestras bodas de plata.
El Capítulo 2014 me ha confiado por 4 años la tarea de ser “Encargada de las Comunidades Libres”. Y… ¿qué significa esto? En primer lugar, las Comunidades Libres son los cursos y mi tarea es ser el nexo entre los mismos y el Consejo Territorial. Por eso, dentro de mis posibilidades, trato de visitarlas o de mantener contacto por mail y “molesto” a las educadoras y madres de curso antes de cada reunión de Consejo Territorial, para que me envíen sus informes y me cuenten cómo está el curso, qué temática están tratando y si tienen alguna dificultad para poder ayudarles.
¿Qué significa ser dirigente? Siguiendo el pensar del Padre y Fundador, considero que toda tarea que se nos encomienda es un servicio, es una entrega. Y como madres, tenemos que educarnos para despertar vida en el otro y cuidar esa vida que la Mater nos ha encomendado. Como hacemos con nuestros hijos, saber en qué está cada uno, saber escucharlos, entenderlos, conducirlos, descubriendo con fe práctica en la Divina Providencia lo que Dios quiere para cada uno. No es fácil, somos simples instrumentos en manos de la Mater y ponemos toda nuestra pequeñez y debilidad en sus manos. Somos frágiles y más de una vez nos equivocamos, pero la Mater se ocupa, y sabe sacar un bien para todos aquellos que la aman.
Y ya que hablamos de historia, el otro día, estando en Asunción, me pidieron que escriba el significado de nuestra medalla, símbolo de pertenencia a nuestra comunidad. Como tal, se pide su devolución cuando una madre deja la Federación. Alguien que no pertenece a la Federación de Madres no debería usarla. Es por eso que cuando una federada parte a la casa del Padre, si no la acompaña a su última morada, sus familiares deben devolverla. A un hijo, esposo o nieto no les corresponde usarla porque no pertenecen a la Federación.
Es cierto que en algunas santerías se vende la misma medalla, o como llavero, que en el reverso tiene el escudo de la Casa de la Alianza de Schoenstatt, Alemania. Pero la nuestra tiene una inscripción que la hace particular: “Apostolischer Bund” (Federación Apostólica). Y es por ello que sólo puede usarla alguien que pertenece a la Federación Apostólica.
Otros elementos de la medalla son las inscripciones “Caritas Christi” (amor de Cristo) y “Regnum Marie” (Reino Mariano). En nuestra Constitución Territorial y en nuestro Espejo de Federación decimos, como San Pablo, “Caritas Christi urget nos” porque todo lo hacemos por amor a Jesús. Y ese amor a Jesús nos empuja al apostolado, a evangelizar llevando a Cristo a todos los lugares que la Providencia nos muestre. El amor de Cristo nos apremia, nos urge a salir a la conquista del Reino Mariano del Padre.
Nuestra Consagración a Federación la sellamos en el Santuario y nos insertamos en la primera Alianza del 18 de octubre de 1914. En la medalla están también el Santuario y el predio que lo rodea. Ese predio sería la Plaza de Peregrinos, que simboliza nuestro apostolado, aquellos que conquistemos para Dios y la Mater, para Schoenstatt.
También están la cruz y la espada. La cruz es el símbolo de Cristo, "Caritas Christi". El Padre y Fundador hablaba a los jóvenes usando la espada como símbolo de la entrega total y del esfuerzo por la autoeducación. La autoeducación "duele como la espada", para mejorar nuestro carácter. La espada significa también la lucha por el Reino Mariano del Padre.
En nuestros Santuarios vemos a San Pablo, nuestro Patrono, con la espada como símbolo de lucha, no sangrienta, para conquistar almas para Jesús.
La cruz está encerrada en el símbolo del Padre, porque a través de María vamos a Cristo y en el Espíritu Santo al Padre, para forjar el Reino Mariano del Padre.
De la mano de la Mater sigamos luchando para conquistar la mujer nueva que el Padre soñó, siendo “Hija fiel, alma y corazón, arde por la misión del Padre”.
Les mando un cariño grande a cada una,
M. Inés Erice de Podestá
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