jueves, junio 21, 2012

PUENTE Nº 13


El Puente 2012




APROPIACIÓN Y PERTENENCIA


a)    Apropiación de los ideales

1-      Porqué estamos en Federación?

1.1  Vocación, llamado, elección

Vocación es la llamada por parte de Dios, como iniciativa suya amorosa, y la respuesta de la persona en un diálogo amoroso de participación corresponsable.
Visto desde la perspectiva de Dios, la vocación se presenta como la iniciativa que se da y al darse llama.
Por parte del hombre, la vocación es una invitación, una interpelación a la que hay que dar una respuesta.
Por lo tanto toda vocación tiene un carácter “aliancista” o dialogal. Recordemos la Anunciación, la Virgen fue llamada por Dios, Él tomó la iniciativa, la Virgen reflexionó acerca de este ofrecimiento y luego tomó una decisión, acepta el desafío y a partir de esto surge un fruto: Jesús.
Cuál fue el llamado que nosotras recibimos para llegar a la Federación? Puede haber sido una voz interior o alguien nos invitó. Pero tenemos que recordad que es Dios el que tomó la iniciativa. Por lo tanto podemos decir que estamos en Federación porque Dios me llamó y yo di mi si.

1.2  Características de la vocación. Tres dimensiones: teológica, ascética y estructural

*Por eso la 1º característica de toda vocación es que es un llamado por parte de Dios. Nuestra presencia no se debe a que lo hayamos decidido sino porque hemos aceptado una invitación, un llamado que vino de Dios.

*La segunda característica, la dimensión ascética, por la que la Mater nos ha llamado es un amor sin razón que Dios nos tiene.
No se adquiere la vocación por mérito profesionales, ni técnicos ni recomendaciones, ni influencias. La única razón por la que Dios llama a una persona es su misericordia.

*La tercera característica, es la dimensión estructural.
La vocación exige un cambio en la forma de pensar y de actuar. A veces ese cambio es total, pensemos en el llamado que recibió san Pablo. A otras personas Dios les ha pedido otro tipo de cambios: un cambio de mentalidad, nuevos criterios para juzgar la vida y juzgarse a si mismos, un cambio de corazón, de comportamiento Este cambio de vida es lo que llamamos “obediencia de vida”. La obediencia de vida es la forma de cambiar la vida de acuerdo al querer de Dios.
Cómo nos llama Dios? A veces nos llama por las voces del alma o por las voces del tiempo o a través de causas segundas
Todo esto tiene que estar en consonancia con la voz del ser, es como si el ser vendría a darnos permiso para poder cumplir lo que el alma o las personas nos vienen sugiriendo.
Yo tengo que tener razones para emprender este camino, que es una respuesta al llamado íntimo de Dios.
Estas razones y estos detonantes nunca se dan en plenitud al inicio del camino. A medida que me voy adentrando voy percibiendo si esto es lo que Dios quiere para mi. Voy creciendo en esta conciencia de llamado.

1.3  Consecuencias de la vocación


De todo esto que hemos visto surgen consecuencias. Recibo el llamado de Dios y respondo.
La primera consecuencia es la alegría. Dios ha puesto su mirada en la pequeñez de su sierva. Dios me eligió y mientras más medito en esto crece mi gozo y mi alegría.
Otra consecuencia es una inmensa paz y esperanza. Paz y esperanza ya que si Dios me eligió él me dará las fuerzas para cumplir esta vocación. En la medida que Dios delega a alguien una tarea, le dará el talento determinado y la capacidad para cumplirla. La confianza de que dios me dará lo que necesito despierta en mi una gran alegría.
La tercera consecuencia es responsabilidad. Al aceptar el llamado de Dios heredamos responsabilidades. Tenemos la responsabilidad de no malgastar esta vocación. Debemos tomara en serio la dignidad de ser elegidas. Es importante esta seriedad y responsabilidad que debe nacer y crecer con esta elección.

2-      Federación una opción por la santidad.

La Federación es una decisión por la santidad.
 En la Federación se requiere una decisión y aspiración a la santidad. Decidirse y ponerse en camino. Por lo tanto requiere un esfuerzo.
a)      El llamado a la santidad se dirige a todo cristiano, no es privativo de la Federación, todos estamos llamados a la santidad. Pero algunos cristianos se sienten especialmente llamados al ideal de la santidad por tres razones. Algunos porque en ellos hay una decisión bien explícita a aspirar a la santidad. Todos estamos llamados pero no todos se deciden a aspirar a la santidad.
En segundo lugar hay algunos que buscan caminos especiales para aspirar a esa santidad y en tercer lugar algunos se sienten llamados a hacer una profesión de fe de esta realidad, entre ellos nos encontramos los miembros de la Federación.
Nosotras nos decidimos a aspirar seriamente a la santidad, utilizamos canales y caminos para alcanzarla y también damos testimonio de esta aspiración.
La Federación es un signo visible de la decisión por la santidad.
La santidad es un camino para todos, pero nosotras lo hacemos camino de vida.

b)     Un llamado de amor

La vocación a la santidad es una vocación al amor.
En esta aspiración nos acercamos más y más a Dios, y al acercarnos más a Él vamos haciéndonos santos. En la medida que nos acercamos a la fuente de santidad que es dios, me voy santificando.
Dios en su esencia más íntima es Amor. Por lo tanto al acercarnos a dios es acercarse al amor.
De allí que la santidad consiste en el amor.
Por eso no hay santidad fuera del amor, no hay perfección fuera del amor. Así como fuera de Dios no hay santidad, tampoco fuera del amor, no existe santidad.
Por esto nuestra vocación es una vocación al amor heroico.
La santidad consiste en el amor, pero no en cualquier amor, sino el de dar la vida por los demás. Es decir en la vivencia heroica del amor.


Nuestra constitución en su artículo Nº 5 nos dice; “El alma de la Federación de madres es el espíritu mariano, apostólico y comunitario. Esto es principio de formación y de selección.”
 En el articulo Nº 8 dice sobre el espíritu comunitario: “El espíritu comunitario tiene su fuente en el amor común a la Mater y al Padre, quienes crean en la comunidad un ambiente familiar en el que cada una vive en la otra, con la otra y por la otra, haciéndose corresponsable mutuamente de la santidad de cada una”.


3-      Decisión por una comunidad

Hemos visto que la Federación desde la dimensión teológica es una vocación.
Desde la dimensión ascética es una decisión por la santidad.
Y que es desde una dimensión estructural?
La Federación es una comunidad de élite dentro de Schoenstatt.

3.1 Cada una de nosotras somos una carta de de presentación de Schoenstatt, cada curso de Federación es un modelo de Schoenstatt para otros es por eso que tenemos exigencias.
Debemos vivir estrechamente un seguimiento a Cristo y a la Mater.
Cuando ingresamos a la Federación nos decidimos por una  vida comunitaria, nos hemos decidido por ser una comunidad.  Y porqué esta exigencia? Porque toda comunidad de élite debe representar a Schoenstatt y Schoenstatt es fundamentalmente familia.
Esta vida comunitaria debe ser plena y requiere tres imperativos.
a)      En primer lugar el amor familiar debe impregnar de alegría la atmósfera de convivencia. La vida de curso es hermosa cuando hay alegría.
b)      En segundo lugar el amor familiar debería impulsarnos a tomar iniciativas. Estamos en Federación no sólo para enriquecernos sino para enriquecer a otros.
c)      En último lugar en la vida comunitaria se asumen responsabilidades. Cada una asume una responsabilidad dentro del curso: la prefecta o la madre de curso tienen una tarea especial, la encargada de las cónicas, de las relaciones interiores, relaciones exteriores, la economía, etc. Estas tareas debemos asumirlas con alegría, disponibilidad y magnanimidad Y también asumimos responsabilidades como curso dentro de la Federación. Cuando nos piden una tarea, organizar una jornada, retiro, artículo para el boletín, también debemos asumirlas con alegría, disponibilidad y magnanimidad. Es siempre así?
La vida familiar se fundamenta por la oración, el sacrificio y la disposición constante para dejarnos educar.
La vida comunitaria es rica cuando hay mucha oración de las unas por las otras y también muchos sacrificios, mucho capital de gracias.

Espíritu mariano

El artículo Nº 6 de nuestra constitución dice “El espíritu mariano se funda en la alianza de Amor con la MTA de Schoenstatt y en una profunda vinculación al Santuario, fuente de santidad y de gracias.
El Padre nos dice “El estilo de vida mariano es un estilo de vida puro, maduro fuerte, realista y que domina toda nuestra vida”
Esto es como un decálogo para nuestra vida. Si profundizamos nuestra vinculación a la Mater iremos creciendo en estas actitudes y en este espíritu.

Espíritu apostólico
Artículo Nº 7
El espíritu apostólico se cultiva en todos los campos posibles: la oración, el capital de gracias, el ser y el hacer. El campo por excelencia es su propia familia, la Federación de Madres y la Familia de Schoenstatt. Según sus posibilidades, podrá hacerlo participando en ámbitos de la Iglesia, en su trabajo y en la vida pública, impulsadas por las palabras de nuestro Padre “Mi profesión principal, mi deber principal y mi oración principal es y seguirá siendo: ¡amar!

3-2     Quisiera repetir las palabras  de nuestro Padre y Fundador. “El estilo de vida mariano es un estilo de vida puro, maduro, fuerte, realista y que domina toda nuestra  vida”.
Desde que entramos en pre Federación a través de los temas que vamos desarrollando y profundizando vamos descubriendo estos valores en la vida de María, de nuestro Padre, de Cristo.  Si pensamos en el recorrido que cada una hizo desde entonces, en los propósitos que hemos trabajado veremos que ellos siempre estuvieron ligados a algunas de estas características, de estas actitudes que nos dice el Padre.
Los propósitos nos sirven para conquistar  estas actitudes y apropiarnos de estos valores.
Es una tarea que comienza en la pre federación y no termina con la Consagración Perpetua, sigue durante toda nuestra vida. Es tarea para siempre.



4- Dificultades para vivir plenamente mi ser federada, “la Federación soy yo”

En los primeros años de la Federación el Padre Fundador inculcaba y educaba a su gente para la autonomía, la responsabilidad y la libertad interior. La Federación tenía que ser obra de ellos.
Dos expresiones de aquel tiempo lo iluminan. Los miembros de la Federación se identificaron tanto con su comunidad que comenzaron a decir: “La Federación soy yo”. Y el otro dicho que surgió entre los primeros fue: “Por la Federación me dejo crucificar”

Obligación y libertad

Nuestro Padre formuló y resumió de esta manera las enseñanzas referentes al concepto de “libertad”, sobre todo cuando en la praxis-religioso-educativa se trata de distinguir libertad de las ataduras. “La verdadera libertad es la libertad “de” todo lo terrenal, es decir de todo lo que no es de Dios, o lo antidivino, y la libertad “Para” Dios y todo lo divino” O para los intereses de Dios.
Libertad “de” y libertad “para”

Y como llegamos a esa auténtica libertad, solo viviendo el espíritu de los consejos evangélicos.
En libertad hemos aceptado el llamado de dios a la Federación. De allí se desprenden ciertas obligaciones.
Si hacemos sólo lo obligatorio es porque tenemos el mínimo amor.
Pero si queremos verdaderamente aspirar a lo grande, a hacer lo que más le agrada al Padre debemos actuar con magnanimidad..
Dios nos presenta a nosotros, sus aliados humanos, su llamado o invitación de dos formas o en dos niveles. La primera, la obligatoria, la constituyen los mandamientos. La segunda, la forma no obligatoria, son los consejos o invitaciones y recomendaciones. Los primeros demuestran su obligatoriedad en el modo en que están expresados.
La segunda forma hace referencia al carácter magnánimo de de los consejos evangélicos. Sabemos que nuestro Padre siempre insiste en que las comunidades de élite deben basarse siempre, en principio, en la magnanimidad. Es más es que no es magnánimo no tiene vocación para la Federación.
Bajo esta luz podemos interpretar “Obligaciones las necesarias, libertad toda la posible y alto cultivo del espíritu.


c)     Sentido de pertenencia

Verán que este punto es corto, y en realidad es porque si estamos viviendo todo lo anterior, la pertenencia es una consecuencia.
El sentido de pertenencia significa estar arraigado en algo que se considera importante, como personas, lugares, grupos o instituciones.
A que estamos arraigadas o a qué deberíamos estar arraigadas nosotras para vivir este sentido de pertenencia.
Schoenstattianamente hablando: Los tres puntos de contacto: La Mater, el Padre y el Santuario, y en la medida en que estamos profundamente vinculas a ellos nos encontraremos también profundamente vinculadas a la Familia, a la Federación y a nuestro curso.


Nelly Bayeta de Pazos
Curso 11

ffpa

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