Querida Familia de Schoenstatt,
En este tiempo de verano, les deseo un feliz y bendecido
día de Alianza. Me parecía importante no dejar de escribirles para esta fecha,
porque Dios y la Mater no se toman vacaciones. En ellos se cumple el decir de
San Juan de la Cruz:
“El que anda en amores, no se cansa ni cansa ni
descansa”.
Como sus hijos fieles no nos tomemos vacaciones de ellos.
Nuestra Alianza de Amor con María quiere teñir todos nuestros quehaceres,
incluso aquellos en donde aparentemente no precisamos de la ayuda divina.
Justamente creo que seguir viviendo en Alianza pese a no precisar una ayuda
concreta es una muestra de que esta Alianza se ha hecho carne, se ha enraizado
en nuestra vida.
Sin embargo, mientras recorremos el camino, a veces
banquineamos y caemos en desamores, cansamos y nos cansamos. Por eso
necesitamos el descanso, un descanso que nos recree para poder seguir
entregándonos en nuestro día a día. Quiera Dios que sepamos aprovechar también
el tiempo libre para estar con nuestros seres queridos en un compartir más
profundo y eso mismo hacerlo con Jesús y María.
Aquellos que siguen en su ritmo normal de trabajo, con
más razón ofrezcan ese esfuerzo como un capital de gracias más valioso aún a
los ojos de María. Me imagino que una gran alegría de María de este tiempo de
verano son las numerosas misiones juveniles (de Salta, Tucumán, Córdoba,
Rosario, Santa Fe, Buenos Aires, San Isidro, Bahía Blanca…) y misiones
familiares (de La Plata, Mendoza, Paraná, Córdoba…) que se suceden en muchos
pueblos y ciudades de Argentina. Es la experiencia fuerte de María que, lejos
de tomarse vacaciones, sale sin demora a visitar a aquellos que están más
alejados y necesitan de su presencia.
Les deseo un bendecido 2019. Quedamos en eso,
permanecemos fieles.
P. Pablo