La voluntad del Padre
Padre Nicolás Schwizer
Nº 201 - 01 de febrero
de 2018
La
oración es para Cristo mucho más que la respiración de su alma. Es el signo
visible de ese contacto permanente con quien le envió. Efectivamente, todos
los momentos importantes de Jesús están marcados por esta comunicación con el
Padre.
Pero se trata de algo más hondo aún que la oración. Es
que toda la esencia de la vida de Jesús se centra en el cumplimiento de unos
planes establecidos previamente por su Padre. La religión, en la mente de
Jesús, es simplemente un ejercicio de obediencia. Hoy no nos gusta a los
hombres esta palabra, pero sin ella no puede entenderse ni una sola frase de la
vida de Jesús. Durante toda su vida escrutará la voluntad de Dios, como quien
consulta un mapa de viaje, y subirá hacia ella, empinada y dolorosamente.
Toda su vida estará bajo ese
signo: Irá al Jordán para que se cumpla toda justicia (Mt 3,15). Al desierto
será empujado por el Espíritu (Mc 1,
12). Rechazará al demonio en nombre de toda
palabra que sale de la boca de Dios (Mt 4,4). Cuando alguien le pide que se
quede en Cafarnaún dirá que debe predicar en otros pueblos pues para eso he salido (Mc 1, 38). Un día afirmará que su comida es hacer la voluntad de aquel que
me ha enviado y acabar su obra (Jn 4, 34). La voluntad de Dios es, para él,
un manjar. Él tiene hambre de esa voluntad, como los hambrientos de su
bienaventuranza.
Hay un
momento en que el peso de esta voluntad parece desmesurado. Es aquel en que le
dicen que, mientras predica, ahí están su madre y sus parientes. Y él,
pareciendo negar todo parentesco humano, responde: He aquí a mi madre y mis hermanos. Quien hiciere la voluntad de Dios,
ese es mi hermano, y mi hermana y mi Madre (Mc 3, 32). Ese cumplimiento es
para él más alto que los lazos de la sangre que le unen con su madre.
Esta
voluntad es, en realidad, lo único que le interesa. No duda en abandonar a los
suyos –primero por tres días en el templo, luego por tres años a su madre –por
cumplir esa voluntad. Ante ella desaparecen todos los demás intereses.
Pero hay
en la vida de Cristo una obediencia central: la de su muerte. Que no dura sólo
las horas del Calvario, sino todos los años de su existencia. No ha existido en
toda la historia del mundo un solo hombre que haya tenido tan claramente
presente en todas sus horas el horizonte de la muerte. Jesús sabe
perfectamente que tiene que ser bautizado
con un bautismo, ¡y qué angustias las suyas hasta que se cumpla! (Lc
12,50). Jesús vive en esa espera con serena certeza.
Bajo el
signo de esta hora amenazante vivirá. Y no será sencillo entrar esa estrecha
puerta señalada por la voluntad del Padre. La agonía del huerto es
testigo de que esa obediencia no es sencilla. El Hijo quisiera escapar
de ella y sólo entra en la muerte porque la voluntad del Padre así le muestra,
tajante e imperativa, no retirando el amargo cáliz de sus labios.
Pero nos
equivocaríamos si sólo viéramos la cruz que hay en esa obediencia. En realidad,
la voluntad del Padre es el amor del Padre. Jesús está abierto a ese
amor, del que la sangre es una parte. Y está abierto con verdadero júbilo.
Porque todo es amor. Como el Padre me
amó, yo también os he amado; permaneced en mi amor, como yo guardo los
preceptos de mi Padre y permanezco en su amor.
Cuando
Jesús hace un balance de su vida en el discurso del jueves santo se siente
satisfecho mucho más por haber cumplido la voluntad del Padre que por el
fruto conseguido: Yo te he glorificado
sobre la tierra - dice con legítimo orgullo - llevando a cabo la obra que me encomendaste realizar (Jn 17,4). Y
en seguida añadirá bajando al fondo del misterio: Que todos sean uno, como tú, Padre estás en mí y yo en ti (Jn
17,20).
Queridos
hermanos, pidámosle al Señor que nos regale también a cada uno de nosotros esa
profunda unidad de vida, de amor y de voluntad con el Padre.
Homilías del Padre Nicolás del mes de febrero de 2018
02 de
febrero - Presentación del Señor - Virgen de la Candelaria
http://homiletica.org/ nicolassch/ nicolasschwizer0079.pdf y http://es.catholic.net/ escritoresactuales/854/1703/ articulo.php?id=39619
Domingo 04 de febrero de 2018 - 5º domingo del tiempo ordinario -
Dimensión horizontal y vertical de la vida http://homiletica.org/ nicolassch/ nicolasschwizer0094.pdf y http://es.catholic.net/ escritoresactuales/854/1703/ articulo.php?id=39630
Domingo 11 de febrero de 2018 - 6º domingo del tiempo ordinario -
El leproso. http://homiletica.org/ nicolassch/ nicolasschwizer0095.pdf
y http://es.catholic.net/
Domingo 18 de febrero de 2018 - Domingo 1º de Cuaresma - Saber que
Dios nos ama http://homiletica.org/ nicolassch/ nicolasschwizer0082.pdf y http://es.catholic.net/ escritoresactuales/854/1703/ articulo.php?id=39690
22 de
febrero - fiesta Cátedra de San Pedro. http://homiletica.org/ nicolassch/ nicolasschwizer0118.pdf y http://es.catholic.net/ escritoresactuales/854/1703/ articulo.php?id=40816
Domingo 25 de febrero de 2018 - Domingo 2º de Cuaresma -
Transfiguración http://es.catholic.net/ escritoresactuales/854/1703/ articulo.php?id=39691 y http://homiletica.org/ nicolassch/ nicolasschwizer0085.pdf
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