miércoles, enero 04, 2017

El Puente N° 6 / 2017 - CARTA EDITORIAL




Un nuevo año está en sus albores. Un año nuevo que trae consigo una riqueza de posibilidades que Dios nos regala para crecer, para mejorar, para amar más. Aunque ello muchas veces implique cambiar nuestra forma de pensar o de vivir. Aunque triunfemos o fracasemos en el intento, ¡no nos desanimemos nunca! Siempre serán nuestra entrega y nuestro esfuerzo lo más importante ante los ojos misericordiosos del Padre.

CARTA EDITORIAL

Queridas Madres de Federación:

Un nuevo año está en sus albores. Un año nuevo que trae consigo una riqueza de posibilidades que Dios nos regala para crecer, para mejorar, para amar más. Aunque ello muchas veces implique cambiar nuestra forma de pensar o de vivir. Aunque triunfemos o fracasemos en el intento, ¡no nos desanimemos nunca! Pues siempre serán nuestra entrega y nuestro esfuerzo lo más importante ante los ojos misericordiosos del Padre.

En esta edición, en el espacio de “CARTA PARA NOSOTRAS" hemos recopilado para ustedes un riquísimo texto extraído de una homilía del Padre Carlos Padilla. En ella nos invita a reflexionar sobre el inmenso salto de fe que diera nuestro Padre Fundador el 20 de enero de 1942: “No se trata de hacer grandes cosas, sino de hacer que las pequeñas cosas y decisiones de cada día sean grandes y sean obra de Dios.”

El Secretariado Padre José Kentenich encierra el Año de la Misericordia con un texto en el que nos impulsa a vivir la misericordia como una misión, y para ello nos presenta el testimonio de la vida de la Hna. Emilie Engel, ¡una vida de verdadera alabanza a los ojos misericordiosos de Dios! ¡Quién más que ella para enseñarnos a ser HIJAS FIELES, que viven la filialidad de la vida diaria en la escuela de María!

Graciela Greco, del Curso 10, nos envía un texto muy interesante sobre la Iglesia de las nuevas playas que palpita siendo “TODO PARA SCHOENSTATT, SCHOENSTATT PARA LA IGLESIA Y LA IGLESIA PARA LA SANTÍSIMA TRINIDAD”. Es una invitación a “mirar más allá, hacia la otra orilla, y preguntarnos cuál debe ser nuestro aporte para que en la Iglesia se concrete el ideal de la “comunidad nueva” que la mirada profética del Padre veía como la Iglesia de las nuevas playas.” 

Finalmente, como broche de oro, el Padre Kentenich nos habla directo al corazón, tal como lo hiciera aquella mañana de setiembre de 1941, en su último retiro antes de que lo llevaran preso para conducirlo a Dachau. El texto que les presentamos es la plática final del retiro y es conocida como el “CANTO DEL CISNE”. ¡Quién mejor que nuestro Padre Fundador para alentarnos – en los primeros días de un año que se inicia – a portar la bandera que hemos escogido y a ser ALMA Y CORAZÓN que arden por su misión!
"También nosotros mantengámonos firmemente: seguimos a la Santísima Virgen con valentía y firmeza, y vamos con valor a la lucha. Dejemos que en nuestros oídos resuenen siempre sus palabras: “Este es el instrumento que me he escogido, no lo dejaré jamás, ¡se lo juro a Dios!” (P. Kentenich, 1941).
Y que nuestra respuesta resuene bien alto: 
Esta es la bandera que yo he escogido, no la dejaré jamás, ¡se lo juro a María!”
¡Quedamos en eso, permanecemos siempre fieles!

Las editoras 

No hay comentarios.: