lunes, mayo 02, 2016

Mes de María

Hace 100 años, uno de los primeros schoenstattianos, que murió en la Primera Guerra Mundial y se llamaba José Engling, pensó que podría aprovechar el mes de mayo -que en Europa es el mes de María- para regalarle a la Virgen lo que él llamó “Las florecillas de mayo”. En su creatividad le ofreció la rosa del amor (“haré actos de amor a ti todo el día”), la violeta de la humildad, el “no me olvides” del cumplimiento del deber, la pasionaria de los sacrificios que se le presenten, el lirio de la castidad, etc.
Aunque en Argentina no celebramos ahora el Mes de María, podemos ofrecerle a la Mater rosales rojos del amor (la palabra “rosario” viene de rosa), o diversas obras de misericordia que bien podemos asociar a flores que nos gustan. Y cada vez que llegamos al Santuario, podemos imaginarnos que está adornado con las flores espirituales que nosotros vamos aportando. El Santuario será así un “Jardín de María”, adornado con nuestra entrega y capital de gracias. Les deseo que la celebración de Pentecostés les traiga el fuego del amor y que el Espíritu Santo los bendiga con sus dones.

P. Guillermo Carmona
 

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