La
construcción de la nueva sociedad
Padre Nicolás Schwizer
N° 160 – 01 de
septiembre de 2014
El arquitecto y maestro de obra de esa construcción es el Padre Kentenich:
Él nos regaló el proyecto, nos acompaña con su conducción e intercesión, se
hace presencia encarnada en nosotros. Y cada miembro de su Familia es un
co-constructor, un instrumento suyo en la realización de la obra. Nos invita a
compartir responsabilidades con él, a forjar historia junto a él. Nos invita a
ser sus colaboradores audaces, creadores y comprometidos con el futuro de
nuestra sociedad.
¿Qué podemos hacer
en concreto? El Padre nos propone una estrategia para solucionar los problemas del
mundo de hoy y construir un mañana mejor. Nos
indica tres medios:
1. Crear
ambiente de familia. Crear un trato familiar entre las personas. Vale
para el ámbito laboral y social, la familia, la vecindad, la parroquia y el
movimiento, etc.
2. Educar
autoridades paternales. Los padres humanos y las autoridades paternales,
reflejos de la paternidad de Dios, son los que crean familia y la unen en torno
a sí, tanto en el hogar, como en la Iglesia y la sociedad.
3. Tomar en
serio el papel de La Virgen y de la mujer. La Virgen tiene el carisma
de plasmar corazones filiales y corazones paternales, de educar personalidades
paternales.
Y en íntima relación con esta misión de María, el Padre Kentenich ve
también el rol de la mujer. El hombre cambia el mundo, pero es la mujer la que
puede cambiar, de manera silenciosa y eficaz, el corazón del hombre.
Aplicación a
Schoenstatt. El Padre aplica esta estrategia en primer lugar a su Familia de
Schoenstatt, para hacer de ella un modelo de la Iglesia y del mundo de mañana.
Y en la forma como aplicó esos 3 medios, se ve la coherencia extraordinaria del
mundo de Schoenstatt. Pues coinciden con los tres puntos de contacto:
1. Hay ambiente
de familia cuando ella tiene su hogar propio. El Santuario es nuestro
hogar que asegura el ambiente familiar, es el símbolo de que queremos ser
familia y de que tenemos la misión de crear familia donde nos encontremos.
2. La Familia crece y madura cuando tiene
un padre. Y Dios nos regaló en el P. Fundador a un auténtico padre de
nuestra Familia. Y es tan fuerte su paternidad en medio de nosotros, que
hablamos de una Familia del Padre.
3. Un padre se
educa por medio de María. Y allí está la Virgen María, el tercer punto de
contacto, que en realidad fue el primero. Y nuestro Fundador ha sido un padre
capaz de engendrar una Familia, porque fue educado en su corazón maternal.
Es así como Schoenstatt ha vivido, a través de los tres puntos de
contacto, estos grandes medios que el Padre nos propone para resolver los
problemas de hoy y construir el mundo de mañana: una Familia del Padre Dios.
Aplicación
a nuestra vida
También nosotros hemos de aplicar la misma estrategia en nuestra vida de
cada día. Cada uno de nosotros, en el pequeño ámbito en que se mueve, tiene que
llegar a ser una Nación de Dios, Familia del Padre. Debemos encontrar en
nuestro pequeño ambiente la solución a los grandes problemas del país. Allí en
el mundo que está a mi alcance, debo empeñar todo mi esfuerzo para mejorar el
mundo que no está a mi alcance. El ámbito pequeño de mi hogar, mi facultad, mi
oficina, mi club, mi barrio, mi parroquia, mi curso, está confiado a mi
responsabilidad. Allí debo crear ambiente de familia, educar personalidades
paternales, dar lugar a la fuerza plasmadora de la Virgen.
Preguntas
para la reflexión
1. ¿Soy un forjador de ambientes familiares?
2. ¿Cómo me dejo educar por María?
Si desea suscribirse, comentar el texto o dar su
testimonio, escriba a: pn.reflexiones@gmail.com
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