A su regreso de Dachau, el Padre Fundador inicia sus viajes por el mundo. Le interesa poner su Obra al servicio de la Iglesia. Con esta intención da otros pasos importantes, además de sus viajes: publica el “Hacia el Padre”, tiene una audiencia con el Papa Pío XII en la que le promete su colaboración para que los Institutos Seculares sean una bendición para la Iglesia; invita también a los Obispos alemanes a visitar Schoenstatt……
“El
día 31 de mayo de 1949, alrededor de las 6 de la tarde, el Padre se reunió con
las Hermanas en el Santuario. El Padre quería entregarle la carta a la Mater
para que permaneciera en el altar de Bellavista durante la noche, pidiéndole que
se mostrara, en esta lucha que empezaba, especialmente admirable, y que no sólo
hiciera brotar desde allí una corriente de gracias igual a la del Santuario
original, sino que una corriente de gracias especial contra el pensar mecanicista y que con ella enriqueciera abundantemente al Schoenstatt original.
Esa misma tarde, en el Santuario de Bellavista, el Padre pronunció una plática ‑la Plática del 31 de mayo, en la cual confiere una misión especial a la Familia de Schoenstatt...
Esa misma tarde, en el Santuario de Bellavista, el Padre pronunció una plática ‑la Plática del 31 de mayo, en la cual confiere una misión especial a la Familia de Schoenstatt...