Buenos Aires, 21 de
noviembre de 2013
Queridos hermanos,
Con profundo dolor y pesar hemos recibido en el día de ayer la
noticia del agravio a la imagen de la Virgen María a la entrada del jardín del
Santuario de Schoenstatt en La Plata.
Hace cosa de un mes fueron arrancadas algunas cruces del viacrucis
y arrojadas a la vereda; en esa misma oportunidad retorcieron la corona de la
Virgen María. Semanas más tarde cortaron las manos de la estatua de la Virgen a
la entrada del Santuario; ayer volvieron a romper las manos reparadas de la
estatua de María y le quitaron la cabecita.
No
sabemos quién o quiénes han perpetuado estos repudiables actos y qué motivos los
llevaron a cometerlos, pero tuvieron
un particular ensañamiento con la cabecita y con las manos de la Virgen, manos
tiernas de madre, que nos cuidan, nos curan y acarician nuestras vidas.
Nos duele profundamente este agravio a la cruz del Señor y a la
imagen de la Sma. Virgen, Madre de Dios y Madre nuestra. Nos duele también la
falta de respeto a todos los creyentes que vienen a este Santuario cada día
movidos por su fe. No solo es una falta de respeto y violencia contra la
comunidad católica sino también contra todas las mujeres y hombres de buena
voluntad que, desde la diversidad de sus creencias, trabajan diariamente por la
paz y la concordia en nuestra tierra.
Desgraciadamente
este es uno más de los tantos hechos de intolerancia religiosa que se han
perpetuado en los últimos tiempos en nuestra Patria. Hay mucho ánimo de
desencuentro y de violencia en muchas mentes y corazones. Pero no perdamos el don de la paz que le ha dado siempre a la Iglesia
serenidad y perseverancia en medio de los dolores. Cada día rezamos el
Padrenuestro pidiendo al Padre Dios que perdone nuestras ofensas como perdonamos
a quienes nos ofenden. Por eso tres cosas importantes en este
momento:
-
pidamos por este o
estos hermanos para que el Buen Dios los bendiga con la salud del alma y la paz,
-
pidamos por el bien, la
paz y la justicia tan esperados en nuestra patria y el en el
mundo,
-
y sigamos trabajando y
anunciando el Reino del Señor, unidos a María, fomentando el dialogo, la
solidaridad fraterna y la reconciliación; propiciando la cultura de la Alianza y del
encuentro, como nos pide el Papa Francisco.
La imagen de María será
restaurada y seguirá recibiéndonos a la entrada del jardín, y el Santuario, como
lugar del encuentro, continuará abierto para recibir a todos los hombres y
mujeres que busquen la paz y el bien del Señor.
Desde el Santuario de la
Sma. Virgen les mando un cordial saludo y bendición,
P. José Javier
Arteaga
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