Canto.
Guía 1.
Queridos hermanos, tras una espera llena de expectativas, ha
llegado a nosotros el Símbolo del Padre que el Padre Kentenich regalara al
Santuario Original en 1967. Él se hace presente a través de este Símbolo, nos
visita y nos acompaña en nuestra peregrinación hacia el Jubileo del 2014.
Asimismo, el Símbolo toca nuestra tierra en un tiempo de gracias
muy especial, cuando nuestro Santuario nacional cumple 60 años y toda la Familia internacional
celebra “el año del Santuario”.
Guía 2.
El Santuario, aquella secreta idea predilecta, ¿no era,
acaso, ya la idea predilecta del Padre Dios? ¿No contaba Él en su plan de amor
con la entrega confiada y audaz del Padre Kentenich y los Congregantes?
Hoy vemos los frutos de esta entrega: una Familia reunida en torno
al Padre y Fundador para agradecer por las bendiciones con que nos ha colmado
en estos años. Hoy estamos reunidos, porque Dios nos ha mirado con amor.
Guía 1.
¿Qué expresa el Símbolo que hoy recibimos? Las ondas representan el
amor y la vida que Dios nos regala: “Todo parte de Él y vuelve a Él”. Es un
movimiento de ida y vuelta: “a Patre, ad Patrem”, desde el Padre y hacia el
Padre. El cristal representa a Dios Padre, semejante a “una piedra de jaspe y
de ágata” que está “sentado” en su trono, como nos lo revela el Apocalipsis
(Apoc 4).
Guía 2.
Contemplemos el Símbolo una vez más. Miremos a través de él a Aquel
que siempre nos mira con amor.
Guía 1.
El Símbolo expresa una mirada de amor que sostiene, que cobija, que
penetra en lo más hondo de nuestro ser.
Todos.
“Tú, que
reinas en alturas celestiales,
quieres mirarnos cálidamente” (HP. 63)
Guía 2.
Es una
mirada transparente en cuya luz todo se transforma, una mirada por medio de la
cual descubrimos el plan de Dios en cada día.
“Que sólo tu voluntad sea la norma
que plasme nuestra vida;
todo esté siempre dispuesto
a realizar lo que te agrade” (HP. 121)
Guía 1.
Es una mirada de amor que sana y purifica, que llama desde el
silencio y espera. ¿Qué espera? Una respuesta: un sí filial, confiado y alegre.
“¡Concédeme, Padre, por fin la
conversión total!
En (Cristo) quisiera anunciar al mundo
entero:
El Padre tiene en sus manos el timón,
Aunque yo no sepa el destino ni la
ruta” (HP, 399)
Guía 2.
Es una mirada de amor que nos transforma, para que “contemplemos la
vida con la mirada de Dios” y regalemos ese amor paternal.
Todos.
“Hazme un pequeño sol que
irradie luz y calor en todas partes.”
Canto.
Guía 1.
En este año del santuario queremos hacer nuestro el compromiso de
los primeros congregantes. La secreta idea predilecta que el Padre
Kentenich les confiara aún no ha encontrado su pleno cumplimiento.
Con María en el Santuario ha de hacerse presente también Dios
Padre. Ella nos conduce a Él. Decía nuestro Padre y Fundador durante la
bendición del Santuario de Nuevo Schoenstatt en 1952:
Sacerdote.
“A la sombra de este Santuario, de este pequeño Santuario, se
co-decidirán esencialmente los destinos del mundo y de la Iglesia , por siglos...
¡Una expresión importante! ¿Creemos en estas palabras? Nos alegramos
cordialmente porque nosotros, gente tan pequeña, así como nos hemos
desarrollado, fuimos llamados como instrumentos en las manos de la Santísima Virgen
para una tarea tan importante”.
Guía 2.
(Intención 1) Si somos instrumentos en manos de nuestra Mater, hemos de
comprometernos en forma eficaz por el mundo y la Iglesia. En una
sociedad donde la autoridad se ve despreciada y rechazada, estamos llamados a
manifestar que la verdadera autoridad es la que sirve a la vida, la que ayuda a
crecer.
Sacerdote.
“¡Cuántos millones de hombres no tienen
padre! Millones y millones de hombres no tienen idea de los rasgos paternales
de Dios porque nunca han percibido el reflejo de este Dios, estos rasgos
paternales en su padre humano.” “¿Qué necesita más la época actual que una
corriente del Padre y una corriente de filialidad?”
Guía 1.
(Intención 2) Hoy, frente a tantos atropellos contra la vida, la familia y la
dignidad humana, estamos llamados a defenderlas con palabras y hechos. Hemos de
proteger la vida desde su concepción hasta su fin natural, la familia que es
vocación de amor, la vida digna en todas sus dimensiones.
Sacerdote.
“Queremos implorar que Dios nos regale hombres y mujeres que no
sólo sepan hablar bien sino que comprendan todo el peso y toda la fuerza de
esta misión que nos fue regalada por Dios y estén dispuestos a entregar su vida
por ella”.
Guía 2.
(Intención 3) Todas las crisis del tiempo actual, todos los sufrimientos humanos
encuentran su respuesta en Dios Padre. Él es todas las respuestas. Por
eso nuestra misión es tan importante y no admite más demoras. Revelar a los
hombres el rostro de un Dios que es Padre, he aquí nuestra vocación.
Sacerdote.
“He manifestado tu Nombre a los míos…
¿Saben que nombre es? Es el nombre del Padre que hoy ya no suena más.”
Nuestra misión es clara. Imploremos a la Mater y al Padre Kentenich
para que, como instrumentos suyos, regalemos en nuestra vida cotidiana el
rostro paternal de Dios.
Guía 2.
El Símbolo del Padre pronto continuará
su peregrinación visitando otras comunidades. Pero la mirada del Padre jamás se
aparta de nosotros: tanto nos ama que no quiere, no puede alejarse de
nuestro lado. El Símbolo pasa, pero Dios Padre permanece. Vivamos nosotros
también vueltos hacia Él.
Todos.
“Como el
girasol se vuelve
al sol, que
lo regala con abundancia,
Padre, nos
volvemos creyentemente hacia Ti
Con el
pensamiento y el corazón” (HP, 76)
Sacerdote.
(bendición)
Canto.