lunes, agosto 29, 2011

Saludos del P. Guillermo Mario Cassone

GRACIAS POR LA COMPAÑÍA EN MIS 40 AÑOS DE LA ORDENACIÓN SACERDOTAL. 29-8-1971 EN CÓRDOBA.

Hoy hace exactamente 40 años que fui ordenado sacerdote junto al P. Alberto Eronti por el Cardenal Raul Primatesta,en nuestra Córdoba natal.

En estos días pasados lo hemos celebrado en varias ocasiones y diversas comunidades, especialmente el 22 en Córdoba/ V. Warcalde, el 27 en Buenos Aires/ F. Varela y hoy con la comunidad de los Padres en nuestro Santuario Sion del Padre, en F. Varela.

Quiero agradecer a los que nos acompañaron con su presencia física y espiritual, los que rezaron con y por nosotros y los que desde el cielo nos siguen acompañando permanentemente.

Tres pensamientos que quisiera compartir con Uds. mis amigos:

+Dios es un Padre providente, que en Jesús sacerdote me eligió para que lo represente como signo sacramental de su misericordia, anunciando su Verbo de amor infinito, y como instrumento del Espíritu Santo que todo me inspira.

En la Eucaristía que he podido celebrar cada día desde entonces renuevo mi Alianza en el Cuerpo y Sangre de Cristo y así anunció su Reino al mundo.

+María es la Madre educadora, Reina victoriosa, que por la Alianza me guió fielmente en cada paso, me enseñó a decir siempre SI a la voluntad del Padre, se hace cercana en sus Santuarios de Schoenstatt y nos guía hacia la santidad de vida. Cada día renuevo mi Alianza de Amor y le entrego todo a la fuente de gracias para que siga atrayendo los corazones y colmándolos de bendiciones.

+El P. José Kentenich fue mi educador en la última etapa de su vida, desde que lo encontré por primera vez en 1959 y hasta su muerte en 1968.y desde entonces me sigue guiando e inspirando como modelo sacerdotal paternal, que en la comunión de los santos, me señala el camino y camina junto a mí. Con él renuevo mi Alianza de hijo y discípulo cada día y pido su bendición.

Dios los bendiga a cada uno, recen por mi que yo rezo a diario por Ustedes.

Sion del Padre,29-8-2011 P.Guillermo Mario Cassone

miércoles, agosto 24, 2011

Queridos hermanos en la Alianza,

En el "año de la vida" proclamado por la Iglesia, y como "Herederos del padre y profetas de la Vida", les adjunto esta Declaración del Episcopado referente al altísimo valor de la vida, las dos vidas de un embarazo y las múltiples consecuencias de una despenalización del aborto.

La Facultad de Derecho de la Pontificia Universidad Católica Argentina (UCA) elaboró una publicación dedicada al tema, titulada "La vida, primer derecho humano", que se encuentra a disposición de los interesados en su formato digital y que será enviada a los legisladores en versión impresa.
http://www.uca.edu.ar/uca/common/grupo57/files/La_vida_primer_derecho_humano_UCA_2010.pdf

Desde el santuario les mando un cordial saludo y bendición,

P. Javier Arteaga

Declaración de la 159º Comisión Permanente del Episcopado Argentino

23 Agosto 2011

NO UNA VIDA, SINO DOS

"Elige la vida y vivirás" (Dt. 30, 19)

Durante este Año de la Vida, hemos reflexionado sobre ella y la hemos reconocido como un regalo maravilloso que recibimos de Dios, y que hace posible todos los otros bienes humanos. También hemos observado con dolor situaciones sociales en las que no se está promoviendo el valor supremo de la vida.

Hablar de este tema, en el actual contexto nacional, tiene una significación muy concreta. En efecto, hoy la vida está muy amenazada por la droga y las diversas adicciones, la pobreza y la marginalidad en la que muchas personas viven su existencia en un estado de vulnerabilidad extrema; también la delincuencia aparece hoy en forma frecuente como atentado contra la vida.

Junto con estos peligros nos encontramos frente al planteo del aborto. Queremos afirmar con claridad: cuando una mujer está embarazada, no hablamos de una vida sino de dos, la de la madre y la de su hijo o hija en gestación. Ambas deben ser preservadas y respetadas. La biología manifiesta de modo contundente a través del ADN, con la secuenciación del genoma humano, que desde el momento de la concepción existe una nueva vida humana que ha de ser tutelada jurídicamente. El derecho a la vida es el derecho humano fundamental.

En nuestro país hay un aprecio de la vida como valor inalienable. La vida propia y ajena es para los creyentes un signo de la presencia de Dios, e incluso a quienes no conocen a Dios o no creen en Él, les permite "sospechar" la existencia de una realidad trascendente.

Valoramos las recientes medidas adoptadas respecto del cuidado de la vida en la mujer embarazada. Es absolutamente prioritario proteger a las futuras madres, en particular a las que se encuentran en estado de marginalidad social o con dificultades graves en el momento del embarazo. Los varones, que también lo hicieron posible, no deberían desentenderse.

Deseamos escuchar, acompañar y comprender cada situación, procurando que todos los actores sociales seamos corresponsables en el cuidado de la vida, para que tanto el niño como la madre sean respetados sin caer en falsas opciones. El aborto nunca es una solución.

Una decisión legislativa que favoreciera la despenalización del aborto tendría consecuencias jurídicas, culturales y éticas. Las leyes van configurando la cultura de los pueblos y una legislación que no protege la vida favorece una cultura de la muerte. La ley, en cuanto base de un ordenamiento jurídico, tiene un sentido pedagógico para la vida de la sociedad.

Invitamos a nuestros fieles laicos y a todos los ciudadanos a reflexionar y expresarse con claridad a favor del derecho a la vida humana. Lejos estamos de desear que este debate provoque más divisiones en la sociedad argentina. Solicitamos, por ello, que las expresiones vertidas sobre este tema se realicen con el máximo respeto, eliminando toda forma de violencia y de agresividad, ya que estas actitudes no están a la altura del valor y de la dignidad que promovemos.

Invocamos la protección de Dios, fuente de toda vida, para que ilumine a los legisladores. En el marco del Bicentenario, cada vida humana acogida con grandeza de corazón renueva la existencia de nuestra Patria como hogar abierto a todas y a todos.

Buenos Aires, 18 de agosto de 2011.
159º Reunión de la Comisión Permanente

Conferencia Episcopal Argentina+

martes, agosto 23, 2011

¡Quiero ser como él!


ARGENTINA, Juan Barbosa. En el Santuario de La Solidaridad, emplazado en Villa Warcalde, Córdoba, el P. Alberto Eronti y el P. Guillermo Mario Cassone, en misa concelebrada, agradecieron a la querida Madre de Dios, en la conmemoración de María Reina, sus 40 años de Sacerdocio. Ante una concurrencia muy nutrida, la celebración convocó tanto a integrantes de la Familia de Schoenstatt de Córdoba actual, a integrantes de las de Paraná, San Luis y La Plata, como a los “jóvenes de otros tiempos”. ¡Un gozo para el alma! según una clara descripción de un feliz y entusiasta asistente.

Un paseo por la historia

En una soleada y muy fresca tarde, los sacerdotes concelebraron junto a otros cinco, entre los que estaba su hermano del Curso Verbum Patris, el P. Guillermo Carmona, la Santa Misa de María Reina, ante una nutrida y muy entusiasta concurrencia.

Ya en el arribo, los abrazos eran moneda corriente y las caras alegres un común denominador incluso durante la celebración misma. El no poder contener semejante contento en el alma, podían notarse sin ser un avieso observador…

El coro, integrado por 4 otrora jóvenes de Schoenstatt y hoy con sus hijos rodeándolo, le daba un marco cercano y contagiante y la presencia de familiares cercanos, causaba un clima de recogimiento que desafiaba, triunfando sobre él, al fresco reinante por esas horas. En la prédica, el P. Guillermo Mario recordó con mucho cariño a los hermanos lasallanos (dos de ellos, sus profesores en tiempos de estudiantes, presentes en esa tarde), a sus padres y a los del P, Alberto, a la Ermita situada donde hoy se emplaza el Santuario, a sus hermanos de grupo juvenil, algunos presentes también en la Misa.

Resaltó la conclusión que le brotó luego de conocer al P. José Kentenich, fundador del Movimiento Apostólico de Schoenstatt: ¡Quiero ser como él!

Reconocimiento y agradecimiento

El P. Alberto, hacia la finalización de la Misa, agradeció especialmente a su amada Mater por toda esta vida de fidelidad, a su familia por el apoyo incondicional, a sus formadores que tanto confiaron en él, a sus hermanos de Curso, a sus amigos que tanto lo apoyaron, a las Hermanas de María por su fiel custodia del Santuario donde nació su vocación.

En el ágape posterior, un testimonio de su paternidad se dio naturalmente en una charla. Una integrante de la Obra de Familias, conversaba animadamente con otra, ambas amigas, junto a sus maridos, por más de 25 años. En un momento de la charla, una le comentaba a la otra que “el P. Alberto fue quien respondió a nuestro pedido y nos llamó para comentarnos de una jornada para matrimonios que se haría en el Santuario”. La otra, más antigua en el Movimiento, no salía de su asombro… El P. Alberto, en ese entonces, los había llamado para recomendarles la atención de este matrimonio que vendría a la Jornada, quienes vivían desde hace muy poco en Córdoba. ¡Impresionante paternidad descubierta 25 años después!

Dos hijos predilectos del Santuario de Córdoba

Se ponía el sol en esta Tierra de María que es Villa Warcalde, y la Ermita original, vecina al lugar donde se emplaza el Santuario, lucía más radiante que nunca. Dos de sus hijos predilectos, cuya vocación despertó hace más de 50 años, hoy se unían junto a muchos integrantes de la Familia de Schoenstatt en una celebración… ¡Hacia el Padre!



domingo, agosto 21, 2011

Misa de Clausura JMJ Madrid 2011:
"No se guarden a Cristo para ustedes"
 MADRID, 21 Ago. 11 / 03:35 am (ACI/EWTN Noticias).                        

En la homilía de la Misa final de la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) Madrid 2011 celebrada este domingo desde las 09:30 a.m. (hora local), el Papa Benedicto XVI alentó a los dos millones de fieles presentes a vivir integralmente la fe y resaltó que "no os guardéis a Cristo para ustedes mismos".

En el aeródromo de Cuatro Vientos en Madrid, el Santo Padre recorrió la explanada de este lugar aproximadamente durante 15 minutos saludando desde el papamóvil a los peregrinos y fieles presentes de quienes recibió muchas muestras de afecto a su paso.

Antes de iniciar la Misa el Papa saludó a los jóvenes comentándoles que esperaba que hayan podido dormir un poco "pese a las inclemencias del tiempo" y que hayan podido elevar los ojos al cielo para rezar.

En su homilía, el Papa explicó luego en qué consiste la fe, que es un don de Dios, y como ésta "va más allá de los simples datos empíricos o históricos, y es capaz de captar el misterio de la persona de Cristo en su profundidad".

La fe, dijo el Papa, tiene su origen en el Señor y no solo proporciona "alguna información sobre la identidad de Cristo, sino que supone una relación personal con Él, la adhesión de toda la persona, con su inteligencia, voluntad y sentimientos, a la manifestación que Dios hace de sí mismo".

El Santo Padre señaló luego que así como antes preguntó a sus discípulos sobre quién decían ellos que era Él, ahora esa pregunta el Señor la dirige ese mismo cuestionamiento a los jóvenes. A él, dijo, "respondedle con generosidad y valentía, como corresponde a un corazón joven como el vuestro. Decidle: Jesús, yo sé que Tú eres el Hijo de Dios que has dado tu vida por mí".

"Quiero seguirte con fidelidad y dejarme guiar por tu palabra. Tú me conoces y me amas. Yo me fío de ti y pongo mi vida entera en tus manos. Quiero que seas la fuerza que me sostenga, la alegría que nunca me abandone".

Benedicto XVI explicó también que la fe debe vivirse en la Iglesia que "no es una simple institución humana, como otra cualquiera, sino que está estrechamente unida a Dios. El mismo Cristo se refiere a ella como ‘su’ Iglesia. No se puede separar a Cristo de la Iglesia, como no se puede separar la cabeza del cuerpo. La Iglesia no vive de sí misma, sino del Señor. Él está presente en medio de ella, y le da vida, alimento y fortaleza".

El Papa dijo luego que para vivir la fe es necesario caminar con Cristo en comunión con la Iglesia ya que "no se puede seguir a Jesús en solitario".

"Quien cede a la tentación de ir ‘por su cuenta’ o de vivir la fe según la mentalidad individualista, que predomina en la sociedad, corre el riesgo de no encontrar nunca a Jesucristo, o de acabar siguiendo una imagen falsa de Él", alertó.

Para caminar con el Señor y crecer en la fe, prosiguió, "es fundamental reconocer la importancia de vuestra gozosa inserción en las parroquias, comunidades y movimientos, así como la participación en la Eucaristía de cada domingo, la recepción frecuente del sacramento del perdón, y el cultivo de la oración y meditación de la Palabra de Dios"..

"De esta amistad con Jesús nacerá también el impulso que lleva a dar testimonio de la fe en los más diversos ambientes, incluso allí donde hay rechazo o indiferencia. No se puede encontrar a Cristo y no darlo a conocer a los demás. Por tanto, no os guardéis a Cristo para vosotros mismos. Comunicad a los demás la alegría de vuestra fe".

El Papa indicó que el mundo necesita la fe de los jóvenes, para que asuman la tarea de ser "discípulos y misioneros de Cristo en otras tierras y países donde hay multitud de jóvenes que aspiran a cosas más grandes y, vislumbrando en sus corazones la posibilidad de valores más auténticos, no se dejan seducir por las falsas promesas de un estilo de vida sin Dios".

"Queridos jóvenes, rezo por vosotros con todo el afecto de mi corazón. Os encomiendo a la Virgen María, para que ella os acompañe siempre con su intercesión maternal y os enseñe la fidelidad a la Palabra de Dios. Os pido también que recéis por el Papa, para que, como Sucesor de Pedro, pueda seguir confirmando a sus hermanos en la fe".

Finalmente el Santo Padre hizo votos para que todos los católicos "crezcamos en santidad de vida y demos así un testimonio eficaz de que Jesucristo es verdaderamente el Hijo de Dios, el Salvador de todos los hombres y la fuente viva de su esperanza. Amén".

viernes, agosto 19, 2011

Palabras del Papa al finalizar el Via Crucis

Viernes 19 de agosto de 2011

Queridos jóvenes:

Con piedad y fervor hemos celebrado este Vía Crucis, acompañando a Cristo en su Pasión y Muerte. Los comentarios de las Hermanitas de la Cruz, que sirven a los más pobres y menesterosos, nos han facilitado adentrarnos en el misterio de la Cruz gloriosa de Cristo, que contiene la verdadera sabiduría de Dios, la que juzga al mundo y a los que se creen sabios (cf. 1 Co 1,17-19).

También nos ha ayudado en este itinerario hacia el Calvario la contemplación de estas extraordinarias imágenes del patrimonio religioso de las diócesis españolas. Son imágenes donde la fe y el arte se armonizan para llegar al corazón del hombre e invitarle a la conversión.

Cuando la mirada de la fe es limpia y auténtica, la belleza se pone a su servicio y es capaz de representar los misterios de nuestra salvación hasta conmovernos profundamente y transformar nuestro corazón, como sucedió a Santa Teresa de Jesús al contemplar una imagen de Cristo muy llagado (cf. Libro de la vida, 9,1).

Mientras avanzábamos con Jesús, hasta llegar a la cima de su entrega en el Calvario, nos venían a la mente las palabras de san Pablo: «Cristo me amó y se entregó por mí» (Gál 2,20). Ante un amor tan desinteresado, llenos de estupor y gratitud, nos preguntamos ahora: ¿Qué haremos nosotros por él? ¿Qué respuesta le daremos? San Juan lo dice claramente: «En esto hemos conocido el amor: en que él dio su vida por nosotros. También nosotros debemos dar nuestra vida por los hermanos» (1 Jn 3,16).

La pasión de Cristo nos impulsa a cargar sobre nuestros hombros el sufrimiento del mundo, con la certeza de que Dios no es alguien distante o lejano del hombre y sus vicisitudes. Al contrario, se hizo uno de nosotros «para poder compadecer Él mismo con el hombre, de modo muy real, en carne y sangre… Por eso, en cada pena humana ha entrado uno que comparte el sufrir y padecer; de ahí se difunde en cada sufrimiento la con-solatio, el consuelo del amor participado de Dios y así aparece la estrella de la esperanza» (Spe salvi, 39).

Queridos jóvenes, que el amor de Cristo por nosotros aumente vuestra alegría y os aliente a estar cerca de los menos favorecidos. Vosotros, que sois muy sensibles a la idea de compartir la vida con los demás, no paséis de largo ante el sufrimiento humano, donde Dios os espera para que entreguéis lo mejor de vosotros mismos: vuestra capacidad de amar y de compadecer. Las diversas formas de sufrimiento que, a lo largo del Vía Crucis, han desfilado ante nuestros ojos son llamadas del Señor para edificar nuestras vidas siguiendo sus huellas y hacer de nosotros signos de su consuelo y salvación.

«Sufrir con el otro, por los otros, sufrir por amor de la verdad y de la justicia; sufrir a causa del amor y con el fin de convertirse en una persona que ama realmente, son elementos fundamentales de la humanidad, cuya pérdida destruiría al hombre mismo» (ibid.).

Que sepamos acoger estas lecciones y llevarlas a la práctica. Miremos para ello a Cristo, colgado en el áspero madero, y pidámosle que nos enseñe esta sabiduría misteriosa de la cruz, gracias a la cual el hombre vive. La cruz no fue el desenlace de un fracaso, sino el modo de expresar la entrega amorosa que llega hasta la donación más inmensa de la propia vida.

El Padre quiso amar a los hombres en el abrazo de su Hijo crucificado por amor. La cruz en su forma y significado representa ese amor del Padre y de Cristo a los hombres. En ella reconocemos el icono del amor supremo, en donde aprendemos a amar lo que Dios ama y como Él lo hace: esta es la Buena Noticia que devuelve la esperanza al mundo.

Volvamos ahora nuestros ojos a la Virgen María, que en el Calvario nos fue entregada como Madre, y supliquémosle que nos sostenga con su amorosa protección en el camino de la vida, en particular cuando pasemos por la noche del dolor, para que alcancemos a mantenernos como Ella firmes al pie de la cruz.

Fuente: ACI prensa.

jueves, agosto 18, 2011


Benedicto XVI: A edificar sobre roca firme, invitó a los "interesados" por Cristo

2011-08-18 Radio Vaticana

La tarde del jueves 18 de agosto en la Plaza de Cibeles de Madrid, durante la fiesta de acogida de los jóvenes, Benedicto XVI manifestó su inmensa alegría de encontrarse entre miles de “interesados” por Cristo de todo el mundo. En su intenso discurso, el Papa recordó a los jóvenes que al edificar sobre la roca firme, no solamente sus vidas serán sólidas y estables, sino que contribuirán a proyectar la luz de Cristo sobre sus coetáneos y sobre toda la humanidad, mostrando una alternativa válida a tantos que se han venido abajo en la vida, porque los fundamentos de su existencia eran inconsistentes.

DISCURSO DEL SANTO PADRE BENEDICTO XVI

Plaza de Cibeles, Madrid
Jueves 18 de agosto de 2011

Queridos amigos:

Agradezco las cariñosas palabras que me han dirigido los jóvenes representantes de los cinco continentes. Y saludo con afecto a todos los que estáis aquí congregados, jóvenes de Oceanía, África, América, Asia y Europa; y también a los que no pudieron venir. Siempre os tengo muy presentes y rezo por vosotros. Dios me ha concedido la gracia de poder veros y oíros más de cerca, y de ponernos juntos a la escucha de su Palabra.

En la lectura que se ha proclamado antes, hemos oído un pasaje del Evangelio en que se habla de acoger las palabras de Jesús y de ponerlas en práctica. Hay palabras que solamente sirven para entretener, y pasan como el viento; otras instruyen la mente en algunos aspectos; las de Jesús, en cambio, han de llegar al corazón, arraigar en él y fraguar toda la vida. Sin esto, se quedan vacías y se vuelven efímeras. No nos acercan a Él. Y, de este modo, Cristo sigue siendo lejano, como una voz entre otras muchas que nos rodean y a las que estamos tan acostumbrados. El Maestro que habla, además, no enseña lo que ha aprendido de otros, sino lo que Él mismo es, el único que conoce de verdad el camino del hombre hacia Dios, porque es Él quien lo ha abierto para nosotros, lo ha creado para que podamos alcanzar la vida auténtica, la que siempre vale la pena vivir en toda circunstancia y que ni siquiera la muerte puede destruir. El Evangelio prosigue explicando estas cosas con la sugestiva imagen de quien construye sobre roca firme, resistente a las embestidas de las adversidades, contrariamente a quien edifica sobre arena, tal vez en un paraje paradisíaco, podríamos decir hoy, pero que se desmorona con el primer azote de los vientos y se convierte en ruinas.

Queridos jóvenes, escuchad de verdad las palabras del Señor para que sean en vosotros «espíritu y vida» (Jn 6,63), raíces que alimentan vuestro ser, pautas de conducta que nos asemejen a la persona de Cristo, siendo pobres de espíritu, hambrientos de justicia, misericordiosos, limpios de corazón, amantes de la paz. Hacedlo cada día con frecuencia, como se hace con el único Amigo que no defrauda y con el que queremos compartir el camino de la vida. Bien sabéis que, cuando no se camina al lado de Cristo, que nos guía, nos dispersamos por otras sendas, como la de nuestros propios impulsos ciegos y egoístas, la de propuestas halagadoras pero interesadas, engañosas y volubles, que dejan el vacío y la frustración tras de sí.

Aprovechad estos días para conocer mejor a Cristo y cercioraros de que, enraizados en Él, vuestro entusiasmo y alegría, vuestros deseos de ir a más, de llegar a lo más alto, hasta Dios, tienen siempre futuro cierto, porque la vida en plenitud ya se ha aposentado dentro de vuestro ser. Hacedla crecer con la gracia divina, generosamente y sin mediocridad, planteándoos seriamente la meta de la santidad. Y, ante nuestras flaquezas, que a veces nos abruman, contamos también con la misericordia del Señor, siempre dispuesto a darnos de nuevo la mano y que nos ofrece el perdón en el sacramento de la Penitencia.

Al edificar sobre la roca firme, no solamente vuestra vida será sólida y estable, sino que contribuirá a proyectar la luz de Cristo sobre vuestros coetáneos y sobre toda la humanidad, mostrando una alternativa válida a tantos como se han venido abajo en la vida, porque los fundamentos de su existencia eran inconsistentes. A tantos que se contentan con seguir las corrientes de moda, se cobijan en el interés inmediato, olvidando la justicia verdadera, o se refugian en pareceres propios en vez de buscar la verdad sin adjetivos.

Sí, hay muchos que, creyéndose dioses, piensan no tener necesidad de más raíces ni cimientos que ellos mismos. Desearían decidir por sí solos lo que es verdad o no, lo que es bueno o malo, lo justo o lo injusto; decidir quién es digno de vivir o puede ser sacrificado en aras de otras preferencias; dar en cada instante un paso al azar, sin rumbo fijo, dejándose llevar por el impulso de cada momento. Estas tentaciones siempre están al acecho. Es importante no sucumbir a ellas, porque, en realidad, conducen a algo tan evanescente como una existencia sin horizontes, una libertad sin Dios. Nosotros, en cambio, sabemos bien que hemos sido creados libres, a imagen de Dios, precisamente para que seamos protagonistas de la búsqueda de la verdad y del bien, responsables de nuestras acciones, y no meros ejecutores ciegos, colaboradores creativos en la tarea de cultivar y embellecer la obra de la creación. Dios quiere un interlocutor responsable, alguien que pueda dialogar con Él y amarle. Por Cristo lo podemos conseguir verdaderamente y, arraigados en Él, damos alas a nuestra libertad. ¿No es este el gran motivo de nuestra alegría? ¿No es este un suelo firme para edificar la civilización del amor y de la vida, capaz de humanizar a todo hombre?

Queridos amigos: sed prudentes y sabios, edificad vuestras vidas sobre el cimiento firme que es Cristo. Esta sabiduría y prudencia guiará vuestros pasos, nada os hará temblar y en vuestro corazón reinará la paz. Entonces seréis bienaventurados, dichosos, y vuestra alegría contagiará a los demás. Se preguntarán por el secreto de vuestra vida y descubrirán que la roca que sostiene todo el edificio y sobre la que se asienta toda vuestra existencia es la persona misma de Cristo, vuestro amigo, hermano y Señor, el Hijo de Dios hecho hombre, que da consistencia a todo el universo. Él murió por nosotros y resucitó para que tuviéramos vida, y ahora, desde el trono del Padre, sigue vivo y cercano a todos los hombres, velando continuamente con amor por cada uno de nosotros.

Encomiendo los frutos de esta Jornada Mundial de la Juventud a la Santísima Virgen María, que supo decir «sí» a la voluntad de Dios, y nos enseña como nadie la fidelidad a su divino Hijo, al que siguió hasta su muerte en la cruz. Meditaremos todo esto más detenidamente en las diversas estaciones del Via crucis. Y pidamos que, como Ella, nuestro «sí» de hoy a Cristo sea también un «sí» incondicional a su amistad, al final de esta Jornada y durante toda nuestra vida. Muchas gracias

http://www.vatican.va/
 
Carta de Alianza
Agosto 2011

Queridos hermanos en la Alianza:

"Me rebelo, ergo, existo. Esta vieja frase de Albert Camus en “La peste” resulta hoy más actual que nunca y parece resumir el cóctel de frustración, injusticia y rabia que estalló hace poco más de una semana en Londres”. Con estas palabras comenzó una periodista un artículo sobre los grandes disturbios en Londres, los que causaron cinco muertos y cientos de detenidos y pérdida de poder para el gobierno. En los meses pasados en varias ciudades de Europa se manifestaron grupos de “indignados” pidiendo que se escuche su voz pues no quieren ser más “marionetas de políticos sordos y corruptos” y exigen una democracia más participativa. También hemos vivido –estamos viviendo– un tembladeral mundial de orden económico. Una de las palabras que más se repiten son “inseguridad a futuro” y los entendidos dicen que la causa es una crisis, no sólo en lo económico sino de poder de liderazgo de los países centrales. El domingo pasado, en Argentina, hemos participado de las elecciones primarias. Previamente los candidatos y partidos hicieron alarde de poder y autoridad tratando de ganar nuestro voto.

Es interesante: todos hablan de poder, pero muchas veces lo confunden con autoridad. Se puede tener el “poder” legalmente adquirido, ¿pero eso acredita automáticamente autoridad? Autoridad es aquello en nombre de lo cual puede ejercerse el poder. “Auctor esse”, ser autor, ser creador, es quien da algo porque posee lo que da, así como el pastor conduce el rebaño hacia el prado o el capitán a un barco pues posee la capacidad, el conocimiento y ha sido designado para ello; tiene la autoridad para hacerlo. La autoridad no surge por el poder sobre otros, sino que el poder es efecto de la autoridad. La autoridad, a su vez, es portadora primera y forjadora de valores (o de antivalores). En torno de ella se tejen múltiples vínculos que constituyen (o destruyen) una comunidad.

Viendo nuestra realidad social global desde esta perspectiva debemos asumir que padecemos una grave crisis de autoridad, pues los que detentan el poder en diferentes órdenes (público y privado) no siempre lo hacen con autoridad; se asemejan más bien a caricaturas de ella, ya sea por el abuso, autoritarismo, o por su ausencia, llevando a la anomia y anarquía. En cierto sentido, nuestra situación se parece a la que Jesús encontró en su tiempo: un vacío de autoridad y una proliferación de poderes de dominio. Jesús, a diferencia de los escribas, sin dominar inspiraba autoridad y nos enseña que el poder es un servicio…“La muchedumbre se admiraba porque enseñaba con autoridad” (Mc. 1, 22). Por eso hoy, ante tanto manoseo del poder, se nos hace urgente reconquistar el verdadero sentido de autoridad.

La historia de nuestra Familia tiene en sus inicios una rebelión de los jóvenes estudiantes contra las autoridades del seminario en Schoenstatt por reglamentos exageradamente estrictos y penalidades draconianas. Esta situación es superada por la acción pedagógica del P. Kentenich. Sin apelar constantemente a normas legales y reglamentos, imposiciones y coacción, sin tener que recordarles “los derechos del cargo”, el P. Kentenich es centro personal que contiene, inspira y conduce con autoridad moral la vida de los estudiantes, despertando con su servicio la libertad, la comunión y la participación de los jóvenes en la vida de la comunidad. El P. Kentenich sintetiza esta forma de concebir la autoridad en un axioma: “afirmamos el principio de la autoridad y lo ejercemos democráticamente”. Es decir, una autoridad claramente reconocida, que en su ejercicio está atenta a las necesidades de la gente, promueve la participación activa y libre de cada miembro gestando así comunidad. ¿Cómo es el ejercicio de nuestra autoridad en nuestras familias, en nuestros trabajos, en los clubes, en nuestras ramas y apostolados, en las parroquias, en los organismos estatales o privados?

Con su vida el Padre Kentenich nos enseñó que la fuerza de una auténtica autoridad está en la autoridad moral, interior, conquistada no por decretos o investiduras externas, y mucho menos por imposiciones, sino por la coherencia de vida entre los ideales, las palabras y los hechos, y por el servicio generoso y desinteresado a los que nos han sido confiados. “Preceder con el ejemplo”. Personalidades así son fuentes de vida y esperanza, son faros de luz que orientan y fortalecen la existencia de personas y pueblos. Son verdaderos padres y madres, constructores de cultura de Alianza. ¡Personalidades así necesita imperiosamente nuestro tiempo!

Hace dos días ha comenzado en Madrid la Jornada Mundial de la Juventud, en la cual participan casi 1.500.000 jóvenes de 190 países. De Argentina participan unos 5.000 jóvenes y una gran delegación del Movimiento. Un periodista decía que éste es el evento de jóvenes más multitudinario en el mundo y se admiraba del poder de convocatoria del Papa Benedicto y, anteriormente, del venerado Juan Pablo II. El periodista dejó picando una pregunta: “¿cuántos líderes hoy tienen el poder para juntar libre y voluntariamente tantos jóvenes del mundo?”. Es verdad, el Papa debe ser el único, pero creo que, sin querer, confundió la palabra: más que “poder” el Papa tiene “autoridad” moral, que atrae e ilumina con la fuerza del amor y la verdad de Cristo. Coherencia de vida, entrega y preceder con el ejemplo.

Desde el Santuario les deseo un bendecido día de Alianza.

P. Javier Arteaga

HEREDEROS DEL PADRE, PROFETAS DE LA VIDA




lunes, agosto 15, 2011


Nº 113 – 15 de  agosto de 2011
Padre Nicolás Schwizer
Si queremos crecer hacia arriba, hacia Dios, tenemos que lograr primero crecer en lo natural. Dentro de lo natural, una parte importante de nuestro ser es el subconsciente.

¿Por qué es tan importante? Porque el hombre es conducido por los impulsos del subconsciente mucho más que por la voluntad consciente. El subconsciente es como una “torre de control” de la conducta humana. A todos nos pasa que de repente actuamos de una manera totalmente contraria a la que teníamos pensada o decidida. Nos hemos dejado sorprender por la fuerza casi irresistible del subconsciente. Y eso se da, en gran parte, por ese control de la conducta que es el subconsciente.

Y en ese mundo subconsciente se encuentran y trabajan una cantidad de impresiones no elaboradas, no digeridas. También en gente sana afloran lo que se llaman “actos fallidos” (olvidos, lapsus, metidas de pata, etc). P.ej. estoy a punto de empezar un nuevo paquete de cigarrillos y me digo que puedo esperar una hora más. Algunos instantes más tarde, inmerso en mi trabajo, me sorprendo fumando un cigarrillo. Mi subconsciente ha buscado imponerse cuando el control consciente ha cesado.

Por eso la importancia de captar y purificar el subconsciente. Porque si no es ordenado y sanado, frena e impide nuestro caminar hacia la madurez y santidad.

A esto se agrega que el hombre de hoy es mucho más débil y frágil que el hombre antiguo o medieval. El Padre Kentenich, fundador del Movimiento de Schoenstatt, habla de un déficit de fuerza natural y anímica, fuerza de resistencia, fuerza motriz del hombre moderno. Incluso comenta que para el hombre actual es ya difícil hacer un retiro espiritual: su subconsciente está demasiado cerrado, endurecido; la vida subconsciente del alma ha absorbido todas las fuerzas vitales del hombre.

¿Qué es el subconsciente?

Todas las impresiones que el hombre recibe y registra, se graban en su interior. Ninguna se pierde. Algunas las conserva en su memoria, de modo que las puede usar cuando las necesita. Otras se pierden de la consciencia, pero no desaparecen: se hunden en el subconsciente y quedan allí.

Ahora, la dificultad para el hombre moderno consiste en que recibe tantas impresiones que ya no es capaz de elaborarlas y asimilarlas interiormente. Cuando se trata de experiencias positivas, resulta más fácil ordenarlas e integrarlas en el mundo interior.

Hasta aquí todo va bien. El problema se presenta con las reacciones: cada impresión produce una reacción, en algunos casos una cadena de reacciones. Pueden ser inmediatas o posteriores, interiores o exteriores. Cuando el estímulo es positivo, p.ej. una alabanza, un cariño, un regalo, la impresión y la reacción son positivas. El subconsciente lo ordena y asimila más fácilmente y así ayuda al propio crecimiento.

Diferente es cuando el estímulo es negativo, p.ej. me retan injustamente. Me queda una impresión negativa y ésta genera reacciones, p.ej. voy a mi cuarto a llorar, hago una escena al que me retó, me callo pero me quedo con la cosa metida adentro, empieza a deteriorarse mi relación con aquella persona. Frecuentemente no logro ni intento digerir o asimilar el asunto. Tal vez con el tiempo me olvido del hecho se hunde en el subconsciente, pero al no digerirlo ni asimilarlo no contribuye al crecimiento personal, sino crea conflictos y obstáculos de todo tipo.

Para caracterizar esta situación, el Padre Kentenich utiliza algunas imágenes del mundo animal: Las impresiones en el subconsciente, sobre todo las no digeridas, son como ratones que corren y recorren y se persiguen. O son como peces en un lago. O como víboras que depositan su veneno en nuestra naturaleza.

Preguntas para la reflexión

1. ¿Tengo reacciones descontroladas?
2. ¿Cuáles son los peces que nadan en mi interior?
3. ¿O cuál es la “raza de víboras” que se mueve en mi subconsciente?

Si desea suscribirse, comentar el texto o dar su testimonio, escriba a: pn.reflexiones@gmail.com



Nuestros ratones

sábado, agosto 13, 2011

JORNADA MUNDIAL DE LA JUVENTUD

Durante este mes la Iglesia Joven se reunirá con el Santo Padre, del 15 al 21, en la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) que se realiza en Madrid.

El logo de este encuentro es una corona. La corona representa a jóvenes de todo el mundo, tomados de la mano, unidos para celebrar su FE junto al Papa, al pie de la cruz.

En este mes, en que también recordamos la Asunción de la Virgen, podemos contemplar este hecho como un regalo para la Reina del cielo y de la tierra: Los jóvenes forman una corona viva para Ella.

Que todos los jóvenes que participarán y que cada uno de nosotros podamos descubrir más profundamente en la fe heroica de la Mater, el ejemplo y el modelo para nuestra vida de fe.

Que en este mes podamos coronar una y mil veces a la Reina con nuestros aportes al Capital de gracias y pedirle que Ella obre en nosotros el milagro de ser SUS CORONAS VIVAS PARA DAR A CONOCER EL MENSAJE DE SU HIJO AL MUNDO.

Hermana María Luz

sábado, agosto 06, 2011

Retiro de la Federación de Madres
Paraguay julio 2011

Los días 1, 2 y 3 de julio la Federación de Madres de Paraguay tuvo su retiro anual. Este año lo realizamos en una casa de Retiros llamada Marianela. La misma queda en Atyra a 20km de Tuparenda. Tal como el Padre Javier mencionó al iniciar el retiro nos encontramos en un Schoenstatt, pues nos encontrábamos en un lugar hermoso. La mayoría de las madres no conocía el lugar, por eso resultó un desafío.

El Retiro estuvo a cargo del curso cuatro. Las mismas demostraron magnanimidad en la organización. Nos recibieron con mucha alegría y cariño, lleno de detalles, que ayudaron a sentirnos muy especiales.

A pesar de tocarnos unos días de mucho frío, pudimos experimentar una vez más la presencia de Dios. Las oraciones compartidas y sobre todos las celebraciones eucarísticas en la hermosa capilla del lugar hicieron que podamos profundizar ese encuentro personal y comunitario.

Una de las innovaciones de este año y que dio un aire nuevo al retiro, fue la Adoración al Santísimo en los tiempos de reflexión personal, luego de las charlas. Creó un ambiente de serenidad y recogimiento.

El día sábado durante la misa un numeroso grupo de madres sellamos la Consagración de pertenencia al Círculo de Adoración de la Federación de Madres. Nos comprometimos a acompañar a Jesús y orar por todas y por las intenciones que nos pidan. ¡Qué hermoso que podamos crecer en la oración! Esperamos que muchas madres se vayan sumando a este compromiso.











Hijas del Padre, madres de la cultura de la Alianza fue el tema del retiro.

¡Qué riqueza y qué desafíos nos llevamos de este retiro: Ser madre, ser puente, ser Alianza de amor viva!

Es importante recalcar el valor del silencio y la disposición del cuerpo, del alma y de la mente para abrirnos al Señor y permitir que también Él pueda hablarnos.

Todas hemos hecho de este retiro un bello encuentro. Hemos demostrado que podemos hacer cosas hermosas y ponernos altas exigencias. Será hasta el 2012, en nuestro Santuario de Tuparenda -el año del Santuario- donde nos encontraremos nuevamente.

Stella Duarte de Capli

lunes, agosto 01, 2011


La realidad de los límites en nuestra vida

N° 112 – 01 de agosto de 2011
Padre Nicolás Schwizer                                                                        

Por lo general a los límites se los considera como obstáculos en el camino de la vida. El secreto consiste en utilizar los límites personales como camino y ayuda hacia la filialidad. Nuestras dificultades y problemas deben ser una puerta de entrada para la gracia, una escalera hacia el corazón de Dios.

Podemos distinguir límites de orden:

Físico: que uno es gordo o flaco, feo o pelado; defectos físicos, enfermedades, problemas nerviosos...

Síquico-espiritual: incapacidades intelectuales, no saber hablar, depresiones, trastornos síquicos, fracasos en la profesión o en la educación de los hijos, etc.

Social: mi familia (pobre o rica), mis problemas económicos, mi profesión, mi pueblo, mi raza...

Ascético-moral: debilidades, vicios, faltas de voluntad, mezquindades, antipatías, egoísmo, falta de carácter y de temperamento, fracaso en el cumplimiento de los propósitos... hasta culpas y pecados.

El Padre Kentenich, fundador del Movimiento Apostólico de Schoenstatt, nos da cuatro pautas para nuestro comportamiento al respecto.

1. No extrañarse. Debemos extrañarnos más bien de que no sea peor. Aceptando el pecado original que ha herido nuestra alma, sobre todo su armonía, no debe extrañarnos que las cosas sean así. El pecado original es, además, fuente de muchos pecados personales que han influido en nosotros (herencia, ambiente, educadores...). A eso se agregan nuestros pecados propios que han profundizado el hábito del pecado.

2. No confundirse (no enredarse, no ahogarse). Espontáneamente, al vernos tan miserables, uno podría llegar a ponerse nervioso, a confundirse, a dejarse agarrar por el pánico. Al hombre común le resulta insoportable aguantar las experiencias de pobreza moral. Quisiera ser distinto.

Entonces se da a la fuga ante su propia naturaleza, la niega, cambia de ideales... Procede como uno que es tirado al agua sin saber nadar: da golpes irracionales y se ahoga al fin por haber perdido la serenidad.

3. No desanimarse. El desánimo sería un paso más. Este desaliento que se expresa en tristeza y en depresión, es un enemigo muy peligroso. Aclara el Padre Kentenich que “es mucho más fatal que el mismo pecado grave”. Porque predispone para ir más abajo todavía, para cometer otros pecados nuevos. Uno se deja estar, ya no espera nada más de sí mismo. Agrega: “En aguas turbias se pasea el maligno”.

Por eso es tan importante crear en nosotros y a nuestro alrededor un clima de alegría. La educación filial es educación a la alegría: “¡Nada debe perturbar nuestra alegría interior!”.

4. No instalarse. No habituarse, no acostumbrarse a la miseria y el pecado. No perder el sentido de la responsabilidad, no resignarse. Debemos luchar en contra de nuestras faltas y defectos. Por lo menos hemos de despertar el impulso de trabajar en contra, aunque no siempre nos resulte. Los santos son santos porque han comenzado innumerablemente de nuevo. Contemos hasta el fin de la vida con caídas y miserias. Por eso debemos contar también hasta el final con luchas.

Hemos de lograr un realismo grande que nos da paciencia frente a nosotros mismos, que nace de la limitación que uno experimenta y que está combatiendo permanentemente, esperando poder superarla algún día.

Preguntas para la reflexión

1. ¿Soy consciente de mis límites?
2. ¿Estoy acostumbrado a algunos pecados?
3. ¿Es el desánimo una característica en mí?

Si desea suscribirse, comentar el texto o dar su testimonio, escriba a: pn.reflexiones@gmail.com
La realidad de los límites en nuestra vida
N° 112 – 01 de agosto de 2011
Fechas importantes agosto 2011


04 San Juan María Vianney. Día del Párroco
06 Transfiguración del Señor
07 San Cayetano
15 Asunción de la Sma. Virgen
18 Día de Alianza
19/8/1915 Se coloca imagen de MTA en Santuario Original
20 Aniversario de Hoerde
20 Primera Alianza Filial
22 María Reina
24 Es admitido el P.Kentenich para su Consagración
26 Beato Ceferino Namuncurá
27 Santa Mónica
28 San Agustín
29 Martirio de San Juan Bautista
30 Santa Rosa de Lima, Patrona de América Latina