sábado, diciembre 26, 2009

Una meditación navideña del P. Alberto Eronti

El año 2009 se acerca a su fin, y como es habitual en estas fechas hago esta meditación, enmarcado entre las celebraciones de la Navidad y Reyes. Sin duda alguna la “globalización” del mundo nos ha hecho vivir intensamente algunos sucesos: calentamiento global, crisis económica mundial, terrorismo, inseguridad, migración… A lo vivido planetariamente hemos de sumar nuestras propias vidas, con sus ilusiones y desilusiones, éxitos y fracasos, alegría y sufrimientos…
Es nuestra historia, es la historia de cada uno, y al término de otro año que pronto será “pasado”, celebraremos de nuevo el nacimiento del Hijo de Dios y el inicio de un nuevo año.

“María, tus hijos somos
el canto de tu ternura,
espada de tus combates,
tesoro de tu conquista,
santuario de tu presencia,
Iglesia de Jesucristo.

Siempre estoy en casa,
porque siempre tú, siempre me acompañas”
(P. Joaquín Alliende)

¡El nacimiento del Dios hecho hombre! ¡Dios naciendo! ¡Dios encerrado nueve meses en el vientre de la Mujer, María! ¡Dios aprendiendo a ser hombre: comer, sonreír, llorar, caminar…! Este hecho ocurrido hace ya más de 2000 años sigue aconteciendo, sigue ocurriendo, ¡Dios no ha dejado de nacer! Es que Dios nace también en cada niño, sigue naciendo en cada joven, continúa naciendo en cada hombre o mujer de “buena voluntad”. Por esto es que la fiesta tiene su particular y extraña fascinación: sentimos que no es ajena a nosotros, porque nosotros también hemos nacido, aprendido y proyectado como hombres e hijos de Dios. El nacimiento de Jesús de Nazareth, acaecido en Belén de Judá, es para cada uno y en cada uno de nosotros porque ha venido a enseñarnos “el camino del hombre”.

La Navidad de Jesús es promesa cumplida y esperanza cierta

Se puede ser hombre y mujer de muchas maneras, pero sólo una es de plenitud. Es a esta manera única a la que apunta la Navidad. La celebración de la fiesta de la ternura, el amor y la paz no es un hecho social; señala más allá, es un hecho profundamente humano y divino. Contemplar al Niño con los ojos de María y José significará contemplar lo mejor de nosotros mismos. Es esa “mejor parte” de la que habla Jesús a Marta de Betania, señalando a la hermana menor sentada a sus pies. Celebrar la Navidad cristianamente es hacerlo en clave contemplativa, en clave de adoración y estupor de niños. Es como despertar energía, anhelos e ideales dormidos o atontados por el diario vivir. La Navidad de Jesús, el Hijo de Dios, es pura energía vital, es alegría y paz, es promesa cumplida y esperanza cierta.

En la Nochebuena del próximo 24 de diciembre nos encontraremos -como cada año- junto al pesebre. Querríamos tener los ojos fascinados de María y su corazón pleno de ternura, el sentir de José contemplativo y sólido cuidando el Tesoro de María. La sorpresa alegre de los pastores oyendo el canto de ángeles y, sin duda, pertenecer al grupo de los “hombres de buena voluntad”.

¡Renacer es el mensaje de Navidad!

El cambio de año va acompañado siempre de algunas palabras “clásicas”: felicidad, buenos augurios, salud, paz, ir a más y mejor. Es que el cambio del almanaque pareciera ejercer un particular influjo psicológico y vital: ¡recomenzar!, ¡otra oportunidad! Si es así, será bueno imaginar y reflexionar sobre los anhelos, necesidades, desafíos, que tenemos por delante. Cada recomenzar, cada cambio, encierra en sí una oportunidad y es bueno hacer lo posible para que, en lo que de nosotros depende, no se escurra como agua entre los dedos. Para acometer esta realidad, será bueno recordar que no estamos solos. No estamos solos porque muchos que queremos y nos quieren nos acompañan; pero sobre todo no estamos solos porque Dios está con nosotros. Navidad es justamente esto: Dios con nosotros, Dios para nosotros, Dios en nosotros. Decir “Dios con nosotros” es decir que lo mejor de cada uno pude crecer, desarrollarse, plenificarse. Dios, dice el profeta, es “amigo del hombre”. Es en amistad con él que estamos llamados a crecer, que no es otra cosa que dejar ir a más lo mejor de nosotros mismos. ¡Renacer! es el mensaje de Navidad y es la apuesta para el nuevo año. ¡Amén!

Un cordial saludo. Que Dios les muestre su rostro y los bendiga:

P. Alberto E. Eronti

jueves, diciembre 24, 2009

¡Feliz Navidad y bendecido 2010!


“Por haberse hecho hombre el Verbo y vivir entre nosotros, con su nacimiento hizo un colirio para purificar los ojos de nuestro corazón y poder ver su majestad por la humildad”. San Agustín.

Que Jesús purifique nuestro corazón para que vivamos con alegría el “Milagro de la Nochebuena”. Hagamos lugar para que el Niño Jesús vuelva a nacer en él. Pidamosle la alegría y la esperanza del amor de nuesdtra Madre y del Padre celestial.

Adornemos nuestro pesebre con uno de los mejores adornos, nuestra sonrisa, para que despertemos muchas a nuestro alrededor. No hay lugar para la tristeza, ha nacido el NIÑO DIOS!

Les deseo junto a sus familias y comunidades una feliz Navidad y que el nuevo año les regale todo lo que anhelan.

Con un abrazo grande
M. Inés E. de Podestá

viernes, diciembre 18, 2009

Carta de Alianza
Diciembre 2009

Queridos hermanos en la Alianza:

Hace unos años me contaron esta historia de un grupo de jóvenes misioneros:

“Estábamos misionando en una pequeña ciudad del interior y se acercaba la Navidad y los niños del hogar iban a escuchar la historia de la Nochebuena, muchos por primera vez. Les contamos acerca de María y José llegando a Belén, de cómo no encontraron lugar en las posadas, por lo que debieron ir a un establo, donde finalmente el Niño Jesús nació y fue puesto en un frío pesebre junto a una vaca y un burro.

A lo largo de la historia, los chicos no podían contener su asombro. Una vez terminada les dimos a los chicos pequeños trozos de cartón para que hicieran un pesebre. A cada uno se le dio un cuadrito de papel cortado de unas servilletas amarillas. Siguiendo las instrucciones, los chicos cortaron y doblaron el papel cuidadosamente colocándole tiras de paja. Unos pequeños cuadritos de franela fueron usados para hacerle la manta al Niño. Y con papel rosado hicieron la figura de un bebé. Mientras los niños armaban sus pesebres yo caminaba entre ellos para ver si necesitaban alguna ayuda. Todo fue bien hasta que llegué donde el pequeño Luisito estaba sentado. Parecía tener unos seis años y había terminado su trabajo. Cuando miré su pesebre quedé sorprendido al no ver un solo niño dentro de él sino dos. Le pregunté, entonces, por qué había dos bebes en ese pesebre. Luisito cruzó sus brazos y observando su trabajo comenzó a repetir la historia muy seriamente. Por ser el relato de un niño que había escuchado la historia de Navidad una sola vez estaba muy bien, hasta que llegó la parte donde María pone al bebé en el pesebre.

En ese momento Luisito empezó a desarrollar su propio final de la historia y dijo:- Y cuando María dejó al bebé en el pesebre, Jesús me miró y me preguntó si yo tenía un lugar para estar. Yo le dije que no tenía mamá ni papá, ni tampoco un hogar. Entonces Jesús me dijo que yo podía estar allí con Él. Le dije que no podía, porque no tenía un regalo para darle. Pero yo quería quedarme con Jesús, por eso pensé que cosa tenía que pudiese darle a Él como regalo, se me ocurrió que un buen regalo podría ser darle calor. Por eso le pregunte a Jesús ¿Si te doy calor, ese sería un buen regalo para ti? Y Jesús me dijo: "Luisito, si me das calor, ese sería el mejor regalo que jamás haya recibido". Por eso me metí dentro del pesebre y Jesús me miró y me dijo que podía quedarme allí, con él, para siempre.

Cuando Luisito terminó su historia, sus ojitos brillaban llenos de lágrimas. Tenía una alegría nueva y profunda: había encontrado a Alguien que jamás lo abandonaría. ¡Alguien que por fin estaría con él para siempre!”

Queridos hermanos, creo que esta historia nos regala 3 mensajes:

1. La Navidad es la fiesta de “Dios con nosotros”.

El Dios prometido y esperado viene a nuestro encuentro, es Dios con nosotros (Is. 7, 13-15). Tan unido a nosotros que se hace hombre como nosotros para hablarnos y mostrarnos el Amor que Dios nos tiene. Como a Luisito, el Niño Jesús nos invita a estar bien unidos a Él, porque Él nos quiere dar su calor y cobijo. Nos trae la salvación que tanto hemos buscado por erráticos caminos. Una salvación que es plenitud de vida en el Amor. La invasión mediática de los Papá Noeles y el consumo desmedido quieren desplazar de nuestros corazones al Niño Dios. Es extraño que en todas partes se hable de esta fiesta pero no se quiera nombrar al festejado.

- Para que sea una verdadera Navidad tengamos un espíritu profundamente religioso, busquemos estar junto al Niño Jesús y festejémoslo a Él porque es “su cumpleaños”.

2. La Navidad es fiesta familiar.

Dios cuando vino a nosotros lo hizo naciendo en el seno de una familia, con ello quería resaltar la importancia que para Él tiene la familia: cuna y custodia de la vida humana y divina; escuela donde el hombre aprende a amar y a trascender. Ante tanta soledad y desconsuelo, como Luisito, en Cristo y María todos tenemos una familia. La Navidad nos invita a mirar al pequeño Niño, a María y a José, el amor familiar que une, fortalece y dignifica al hombre.

- Para que sea una verdadera Navidad encontrémonos como hermanos, hijos de un mismo Padre rico en misericordia, intentando la reconciliación, el diálogo y la unidad en los corazones. Que ése sea nuestro regalo también para la Argentina en su Bicentenario.

3. La Navidad es la fiesta del Amor solidario y para todos

“Tanto amó Dios al mundo que le dio su Hijo único” (Jn. 3, 16). El nacimiento y la vida de Cristo entre los hombres es el mayor testimonio del amor solidario de Dios para con nosotros. Al pesebre se acercaron pastores y hombres ricos, ignorantes y sabios, de distintos pueblos y religiones, Amor por y para todos. La Navidad es la fiesta del Amor de Dios que se entrega con total generosidad, sin condiciones y sin merecimientos. Por eso el Señor nos pide: “ámense unos a otros como yo los he amado” (Jn. 13, 34) .

- Para que sea una verdadera Navidad tratemos de crecer en el amor generoso y solidario, sin cálculos, por amor, como Dios lo hizo con nosotros. Si todos tenemos lugar junto a Jesús, ¡celebremos una Navidad para todos!

Queridos hermanos en la Alianza, desde el Santuario les envío un cordial saludo y mi bendición para cada uno de ustedes, sus familias y comunidades. ¡Alegrémonos: pronto será Nochebuena, la noche más buena y luminosa de nuestra historia!

¡Que tengan una feliz Navidad y un bendecido año nuevo!

P. José Javier Arteaga

¡Con María Reina,
construyamos una Patria para todos!

jueves, diciembre 17, 2009

El Puente

Año 3 Nº 12

diciembre 2009




Sumario

a) “Carta para nosotras” de Graciela Horga
“Hoerde hoy: misión y desafío”

b) “Esto nos pasa” aporte del Curso 10º
“En tiempos de crisis firmes en la esperanza”

c) “Mujeres hoy y acá” aporte del Curso 2º Py
“Feminismo o femineidad”

d) A la sombra del Santuario: aporte del Curso 11º
“El problema de la pobreza en la Argentina”


“Carta para nosotras”
“Hoerde hoy: misión y desafío”

Graciela Licio de Horga
Pertenece al 2º Curso “Filia Patris, Inscriptio Cordis in Cor, Corazón de la Iglesia,
Nuevo Nazaret”, es Sub Jefa de la Región Metropolitana y Educadora del Curso 18º

Queridas hermanas de Federación:

Es para mi una gran alegría poder estar en contacto con ustedes a través de Fede Red, para compartir algo de las experiencias vividas en Alemania, en el Congreso de las Federaciones. Eli ya ha contado muy bien lo que fue el Congreso; y también Marilen, con su carta tan expresiva, ha transmitido lo que todas pudimos experimentar: somos una gran Familia. Y como Familia del Padre, hemos estado cálidamente unidos por los mimos ideales. Nos sentimos una sola Federación en la diversidad de estados de vida.

Ser Familia de Schoenstatt es una experiencia que las madres pudimos vivir especialmente una noche en que nos reunimos para rezar el Rosario. Fue delante del Santuario de la casa Marienland donde nos alojábamos. Nos reunimos madres de Alemania, Brasil, España, Chile, Sudáfrica, Portugal, Paraguay y Argentina, todos los países que tenían representación ( de madres ) en el Congreso. Cada misterio fue rezado por un país en su idioma y los demás respondían, cada uno, en el suyo propio.

Fue una experiencia maravillosa de comunión, común unión realmente vivida que nos dejó una inmensa alegría en el corazón y donde pudimos experimentar el ser realmente Familia del Padre, "unidad en la diversidad". Terminamos tomadas de la mano y rodeando el Santuario con el propósito de lograr la liberación del Santuario Original.

Hoy quiero decirles que evocar y recordar los 90 años de Hoerde nos reencendió, volvimos con el firme propósito de ser cada día más federadas de oro, dispuestas "como en orden de batalla" para renovar el mundo en Cristo, como lo pedía nuestro Padre. Nos dijo el P. Mosbach en su conferencia "Hoerde es evocación, pero evocar debe traer consigo renovación". Por eso, evocar Hoerde es actualizarlo, traerlo al hoy, darle un nuevo sí al Padre Fundador, a su idea predilecta y tener total disposición para la misión.

La consigna de Pablo "el amor de Cristo nos apremia", no sólo no ha perdido vigencia a lo largo de estos 90 años sino que hoy, toma nuevas y redobladas fuerzas. Hoerde nació como respuesta necesaria para las dificultades de su época: "como instrumentos en manos de la Madre y Reina celestial queremos movilizar todas nuestra fuerzas para la renovación religiosa y moral del mundo". Alemania, desvastada por la guerra, vivía una dura y difícil realidad a nivel social, político y económico.... “lo que una juventud fue capaz de dar por la pureza y grandeza moral, no debe ni puede sucumbir, debe seguir existiendo y abarcar círculos más amplios, levantando de las ruinas de la derrota, una nueva generación."

También nosotros estamos viviendo una dura y difícil realidad; si bien no hemos pasado una guerra, nuestra sociedad está cada vez más alejada de Dios, con las consecuencias que ello acarrea. Hoy es un imperativo que unamos a la consigna paulina la aspiración de nuestro Padre: formar el hombre nuevo en la nueva comunidad. Nuestra sociedad necesita con urgencia un cambio donde se recreen y reafirmen los vínculos, los valores evangélicos, donde el hombre abandone el egoísmo individualista y la masificación que le hace perder su originalidad, no sabe para qué fue creado. Nuestro Padre nos enseñó a mirar los signos del tiempo para descubrir en ellos la voluntad de Dios. Esos signos hoy nos hablan, tenemos que ponernos en camino y trabajar por una renovación integral del hombre y de la sociedad, renovar la cultura, el ámbito laboral, la política, la educación.

No podemos tener una mirada pesimista ni sólo lamentarnos por lo que está pasando. Nuestra fuerza está en la Alianza de Amor, "alegres por la esperanza, seguros de la victoria, con María hacia los tiempos más nuevos", decía nuestro Padre. Aliadas a nuestra Madre y Reina, tenemos que hacer vida el legado de Hoerde. Lo que hemos recibido de los primeros, tiene que fructificar en nosotros y por nosotros. "El Movimiento es ahora de ustedes, de ustedes depende el florecimiento de nuestra Federación", les dijo el Padre a los congregantes en año 1919. Es un mensaje para nosotras hoy, que no podemos desconocer.

"La Federación soy yo", ¿es así? ¿Estoy verdaderamente dispuesta a que así sea? ¿ Me dejo encender por lo que vivieron los congregantes en Hoerde?

Hoerde es hoy un desafío para cada federada porque hoy se hace vivo en nosotras. Es nuestra responsabilidad ser "pars motrix" de la Obra de Schoenstatt; estamos llamadas a ser parte activa en la renovación del mundo en Cristo, a promover el hombre nuevo en la nueva sociedad, basada en los valores del Evangelio. Hoerde es desafío ante esta realidad difícil que vivimos. Pero no podemos perder la esperanza. Como madre federada, tengo que imprimir mi estilo de vida en todo lo que hago y digo. Mi testimonio tiene que estar lleno de esperanza, porque como dijo el P. Javier en nuestro Retiro "la esperanza es el motor que me mueve".

Hoerde fue una semilla hundida en tierra. El legado recibido tiene que fructificar y ésa es nuestra tarea. "Dones son tarea", lo sabemos, y Hoerde tiene que marcar con un tinte especial nuestra acción apostólica.

No podemos dejar que se debilite el ardor del fuego que encendió a los primeros congregantes: ese mismo ardor tiene que acompañar nuestro apostolado. "Todo reino se mantiene por la fidelidad a las fuerzas que le dieron origen" ( P K ).

¿Cómo podríamos hoy, nosotras, ser federadas de oro, apostólicas, aspirando a la santidad, viviendo la comunidad, si no somos fieles a lo que Hoerde nos dejó?

Dice el P. Ernst "la memoria viva de los primeros es desafío e impulso" ( pág. 7 J. de Hoerde ). Es desafío e impulso para la toma de conciencia de que hoy, 2009, la Federación soy yo.

Federación es misión y vocación de vida, hemos sido llamadas y dimos nuestro sí libremente. ¿Para qué fuimos llamadas? ¿cuál es nuestra misión? Ser constructores de una nueva comunidad, "levaduras en la masa, columnas de fuego que iluminen el camino en medio de la superficialidad y tinieblas de nuestro tiempo" ( P. Ernst ). Para esto necesito ser fiel al legado de Hoerde y de nuestro Padre y Fundador, vivir en fidelidad la Alianza de Amor y arder por Schoenstatt. Ser magnánima, tener total disponibilidad de corazón, librarme de ataduras y egoísmos para entregarme a la misión para la que fui convocada. Ser madre federada me hace darme por entero, con amor magnánimo en todo lo que hago, "es buscar a Dios, encontrar a Dios y amar a Dios en todas las cosas, creaturas y personas" ( P K ).

En la Jornada de Hoerde, F. Ernst tituló su conferencia "Como San Pablo, antorchas de fuego para el mundo". Eran jóvenes, con el encendimiento y el entusiasmo propio de esa edad. Pero la realidad que vivían, necesitaba mucho de esos ideales. También leyó este poema:

"Queremos hombres valientes y sin vacilaciones,
y no alfeñiques que oscilen como un junco
que cada ráfaga tiende por el suelo.
Queremos robles y no hiedras trepadoras,
cuya existencia se agota en aferrarse
a la fama de quien con ellas se corona.
Queremos hombres que enarbolen,
en tiempos difíciles,
la santa enseña de la cruz.
Y hacerlo con mano firme,
a pesar de los odios y agravios
que nos prodiguen.
Queremos ser hombres que sin miedo ni dudas,
libren las batallas de Dios
por nuestro pueblo y por la Patria."


Queridas hermanas , sé que no tenemos la edad de estos muchachos pero sí el entusiasmo y el deseo de cambiar, también nosotras, nuestra realidad. Y lo podremos hacer, cada una dentro de sus posibilidades, de la mano de nuestra Madre y Reina.

Que Ella nos ilumine en este tiempo de gracia para poder renovarnos y ofrecer nuestro corazón cuna al Niño Jesús y a todos aquellos que lo necesiten.

Les deseo una muy bendecida y feliz Navidad en compañía de sus familias.

Graciela Horga ( F.P.)
2º Curso- Región Metropolitana.


b) “Esto nos pasa”
¡En tiempos de crisis firmes en la esperanza!

Aporte del 10º Curso de Bs As
“Hija de la Divina Providencia, Instrumento de luz”

Pensando en nuestra Patria no podemos evitar ver todo lo terrible que estamos viviendo, cómo nos atropellan, nos quitan lo nuestro y hasta nos matan, la vida no tiene ningún valor para el que nos enfrenta con un arma en la mano.
Somos concientes de la corrupción y falta de moral que existe en todo ámbito de cosas y estratos.
Aquellos cuya obligación es cuidarnos, nos descuidan, nadie se ocupa de nada, no se asumen responsabilidades. Nos sentimos inseguros, acobardados, descreídos, desmoralizados, desesperanzados, despersonalizados, divididos, alejados de Dios. Este alejamiento nos acerca lentamente al abismo, por lo tanto, el caos reina en todas partes.

A pesar de todo este negativismo, emerge por sobre este infierno, un pensamiento fuerte y liberador:
¡El pueblo y la Patria tienen que salvarse! ¿Qué pretende Dios de esto?
“El buen Dios se esconde. ¿Qué quiere? Quiere ser buscado… Quiere despertar en mí fuerzas que me hagan tender hacia El, fuertes anhelos que acrecienten el amor”. (*1)
Quiere que lo busquemos y nos dejemos ayudar y transformar totalmente por El. Quiere que oremos, que seamos testimonio de vida, que seamos instrumentos de luz en medio de las tinieblas y que aportando al Capital de Gracias y unidas en Alianza de Amor conquistemos el “Terruño soñado del Padre”.

Nuestro Fundador decía: “Es característico en nosotros descubrir siempre la voluntad de Dios interpretando los tiempos, las dificultades de la época. Es característico en nosotros no huir ante las dificultades sino, por el contrario, interpretar las dificultades de la época como tareas queridas por Dios para el tiempo. Ésta es la Fe en la Divina Providencia aplicada concretamente”. (* 2)
“Ser hijo de la Providencia significa estar convencido de que cada situación, alegría, sufrimiento, desilusión… es parte esencial del plan de la omnipotencia, de la sabiduría y del amor de Dios”. (*3)
“ A pesar de los obstáculos más grandes Dios sabe cómo alcanzar la meta que dio a mi vida… en el instante preciso Dios alcanza su meta ”. (*4)

Si nos preguntamos cuál es el medio capaz de salvar a nuestro pueblo de la destrucción, sabemos la respuesta: cada uno de nosotros debería esforzarse más en amar a la Patria.
Pero esforzarse seriamente, fundamentalmente manteniendo una actitud positiva frente al desastre, no perdiendo la esperanza y la confianza en Dios. Ya que hay personas, situaciones y ejemplos dignos de destacar. ¿Por qué no enfocarnos en eso? ¿Por qué no destacar los buenos ejemplos? Y mejor aún, ser uno mismo un buen ejemplo.

Cuando falleció Mercedes Sosa, León Gieco le hizo un homenaje en Tucumán, allí lo acompañaba un joven, junto a su banda, todos con capacidades diferentes.
Este joven, que no tiene ni brazos ni piernas, pero una fuerza, una polenta en el escenario, nos hizo pensar que también hay personas que superando serias, enormes dificultades, le dan un sí a la vida y son ejemplos. La verdad es que nos conmovió a muchos la despedida que se le hizo a esta cantante, que no siendo creyente nos dio testimonio de amor cristiano, viviendo intensamente, amando a su familia, a sus amigos, a su trabajo. Un periodista decía que ella siempre invitaba a sus recitales a aquellos músicos y cantantes que no la estaban pasando bien económicamente o estaban solos, es decir, que compartía su escenario con todos. Ese fin de semana de su partida no se escucharon malas nuevas, se vio desfilar a miles de personas frente a ella despidiéndose, rindiéndole homenaje. Una mujer que hizo de su don una tarea de frutos abundantes.

Si miramos alrededor nuestro siempre son más los buenos que los malos, siempre es más lo positivo que lo negativo, el gozo que la tristeza, sólo hay que saber mirar con los ojos de Dios y no perder la esperanza. Practicar la alegría, la paciencia, la confianza. Y hablar más de cosas buenas y nobles, de realidades sí, pero con los pies en la tierra y el corazón en el cielo, cerquita de Jesús y de María.
¡Seamos positivo !
¡Conquistemos la virtud de la esperanza! Que no es fingir que no existen los problemas. Es tener fe, es una fuente de fortaleza y renovación en nuestro interior, que nos guiará desde la oscuridad hacia la luz.

Nuestro P. Fundador se dejó plasmar íntegro como instrumento en las manos de la MTA, y nos dejó un enorme legado, un estilo de vida audaz, distinto, amoroso. Formas llenas de esperanza para que contribuyamos a cambiar por amor al mundo. ¡Hagámoslo! .Como lo han hecho Odette y Alfredo Vallendor, un matrimonio de nuestra comunidad que han cumplido 60 años de casados manteniéndose fieles a sus promesas de amor y cuidado. Han trabajado arduamente contagiando a otros la misión que el P. K. les diera de propagar el Santuario Hogar ¡Qué orgullo para nosotros!.

¿ Y por qué no, también hablar de nuestra comunidad de Villa Ballester? Tan pequeñita pero corajuda que construye a los pies de la MTA su salón para albergar a cuantos deseen experimentar calidez y protección maternal. Este enorme emprendimiento, muy superior a nuestros magros ahorros, requirió de muchos esfuerzos, muchos corazones confiados y perseverantes y de manos que trabajaron arduamente para que viésemos poco a poco realizado nuestros sueños. Fue emocionante el día de la inauguración ver el conjunto de guitarras de los chicos de la “Casa del niño María de Nazaret”, signo de esperanza de una vida mejor en medio de tanta carencia material y de tanta abundancia de amor.

Y el testimonio del albañil que colocó el piso del salón… Nos habían donado el piso y los materiales para colocarlo, pero no teníamos dinero para la colocación. El dijo: “Lo hacemos igual”. Cuando se recibe la donación para pagar su trabajo, él responde: “Vieron que había que tener fe”. ¡Gracias Señor!

Por todo esto, hermanas federadas, seamos testimonio de esperanza, antorchas del Espíritu Santo y “Con María Reina, construyamos una Patria para todos”.

Pamela Brañas
Nora Bracci
“Hija de la Divina Providencia, Instrumento de luz”
10º Curso RMet

Bibliografía
Conferencia del P. Kentenich del 9-11-1945
*1 Dios ¿Dónde estás? Pág 72
*2 Dios ¿Dónde estás? Pág 59
*3 Dios ¿Dónde estás? Pág 14
*4 Dios ¿Dónde estás? Pág 47


c) “Mujeres hoy y acá”

“Feminismo o femineidad”

Aporte del 2º Curso de Asunción
“Corazón Fuerte al Servicio del Padre”

Ya en 1967 al P.Kentenich le preocupaba la imagen de varón y mujer que estaba surgiendo en la era industrial, y las consecuencias que esto acarrearía para el mundo. El Padre intuye ya en esa época que la confusión de identidad sexual pone en peligro la civilización occidental, a esto él le llamaba La Crisis de los Sexos.

Hubo una larga época de hegemonía masculina. El varón impuso su manera de ser hasta el extremo. Como una reacción ante ello, emergen los movimientos feministas de reivindicación de la mujer. Y gracias a eso estamos hoy aquí sentadas, mujeres que son profesionales, que son amas de casa por elección, mujeres líderes, mujeres que se dedican al arte, a la política, etc. No hay ninguna duda de todo lo que aportó para la vida de la mujer el movimiento feminista y creo que no vale la pena recordarlo en este momento porque ya lo sabemos.

Pero lo que hoy podemos observar es el hecho de que la mujer, en lugar de impregnar la cultura con su modo de ser, ella (la mujer) se ha apropiado de esa modalidad masculina extrema… como si fuera su propio ideal. ¿Y cuáles son las consecuencias de esto? La cultura contemporánea es, para todos los efectos, una cultura masculinizada. Por lo tanto, tendríamos que revisar los argumentos que sostienen que la cultura actual es una cultura feminista…

¿A qué nos referimos cuando decimos esto? Las mujeres actualmente también tenemos tendencia a valorar más el hacer que el ser, a tener más que a ser más, a realizar las mismas actividades que el varón, aunque ellas vayan en contra de nuestra propia naturaleza femenina, como los deportes violentos, la carrera por el poder, el servicio militar, etc.

Es muy común encontrarnos con mujeres que ya no creen en el matrimonio o que ya no quieren tener hijos. Mujeres cuyo principal objetivo es desarrollarse en el campo profesional, relegando o postergando su maternidad a un segundo plano. Que tienen “sexo”, como los hombres, sin involucrarse con la otra persona (lo que siempre criticábamos a los hombres). Que prefieren estar solas a comprometerse en una relación.

Tenemos que tener en cuenta que el “feminismo” no es lo mismo que la “feminidad”. Lo primero tiene que ver con la reivindicación de los valores y derechos de la mujer. Lo último, con la interioridad, con lo que llevamos por dentro: nuestro “ser” mujer, nuestra naturaleza femenina.

Nuestro Padre Fundador nos dice al respecto:
“No es admisible que la mujer aspire a la misma modalidad que el varón: Igualdad de valor, sí, igualdad de modalidad, no”.
En otras palabras: Iguales en valoración, diferentes en modalidad.
La originalidad de la mujer se define por la tendencia a lo personal, por el elemento afectivo, espiritual y maternal.

-La mujer se orienta fuertemente por la relación con personas (los vínculos son muy importantes para la mujer); el varón por la relación con objetos.

-Para la mujer tiene más importancia el elemento afectivo espiritual, para el varón el ideológico.

-La mujer está orientada a la maternidad, el varón hacia lo útil.

La predisposición hacia lo maternal, hace que la energía de la mujer sea una energía creadora. Anhela servir a la vida. Psicológicamente, la mujer tiende al establecimiento de relaciones vitales. Está más cercana a la vida, y por ende a aquél que genera la vida; y es “hogar” para muchos. Es creadora de “hogar” en cualquier lugar donde le toque actuar (no solamente para sus hijos).
Posee una sensibilidad mucho mayor para la comprensión de un tú personal (creer en lo bueno que hay en el otro y en su misión, una comprensión enaltecedora del otro).
Y ésta es la misión de la mujer, según la propuesta de nuestro Padre Fundador: crear “hogar” no solamente para nuestros hijos, sino en cualquier ambiente donde nos toque actuar, así podemos contribuir a cambiar el mundo.

La esencia de la femineidad

El ser de la mujer es virginal maternal. La virginidad y la maternidad son propias de toda mujer. La mujer casada también posee el rasgo virginal. La maternidad también es propia de la mujer consagrada.

Según la visión del P.Kentenich se comprende virginidad como preservación de sí misma y lo maternal como donación de sí misma.
Recibiendo, la mujer transforma lo que recibe, dándole vida y orientación. Es su modo de influir en los hombres y en la sociedad.

Tendencia a lo maternal.

La mujer posee un “plus” en fuerza espiritual creadora, o sea una cuota mayor de tendencia hacia lo maternal. Ello radica en que la mujer cuando ha conservado su nobleza- posee una ilimitada capacidad, disposición y apertura para el sufrimiento. Es muy importante tener esto en cuenta, a la hora de formar a las jóvenes, de manera que no eduquemos seres infantiles en lugar de madres, muñequitas (barbies) en lugar de verdaderas y auténticas mujeres que tengan capacidad, apertura y disposición para el sacrificio.

Complementación del varón y la mujer.

El hombre y la mujer están llamados a complementarse. Cada uno tiene su punto fuerte. Los dos se necesitan. El hombre si no aprende de la madre su capacidad para el amor y la entrega personal (ternura), corre el riesgo de permanecer rudo y tosco. Sin ayuda de la mujer puede llegar a ser el trabajador o el gana pan, pero no se convertirá en compañero ni en padre. A la inversa, la mujer que no aprende a asimilar los valores más típicos del hombre (firmeza), tiene el peligro de enredarse en su riqueza de sentimientos, poniéndose excesivamente susceptible, rencorosa, subjetiva. O volviéndose muy insegura y concediendo una importancia desproporcionada a los detalles. Ante los hijos, tiende a sobreprotegerlos. Ante Dios, su fe puede volverse muy sentimental y apegada a ritos.

La mujer tiene la función de complementar la autoridad del padre ante los hijos.
El ansia de poder del padre es moderada por la abnegación de la madre.
La nerviosidad del padre es moderada, a su vez, por la paciencia, abnegación y entrega de la mamá.

Este equilibrio de los sexos es importante no sólo para el desarrollo de cada ser humano, sino también de la sociedad y la cultura. Hoy vivimos en un mundo unilateralmente masculino, donde el valor supremo es el trabajo y la eficacia. Por eso sentimos un mundo frío, impersonal, utilitarista. Urge que la mujer aporte su mayor sentido para lo humano: los valores del corazón. Por eso necesitamos mujeres verdaderamente femeninas, como lo fue nuestra Madre María.

Ada Centurión
Curso 2º Py
“Corazón Fuerte al Servicio del Padre”


d) “A la sombra del Santuario”
“El problema de la pobreza en la Argentina”

Aporte del Curso 11º de Buenos Aires

Durante estos últimos meses los obispos argentinos han venido señalando la gravedad del problema de la pobreza en nuestro país.
La situación no nos es desconocida, pero el señalamiento insistente de los pastores hacia tal cuestión la entendemos como un claro llamado a despertarnos y a hacernos responsables para superar urgente este flagelo.

La primera intervención que levantó fuertes cruces de opinión, fue la publicación de la exhortación que hiciera el Papa Benedicto XVI, con motivo de la colecta Más por Menos, en la que “alienta a los cristianos y a quienes participen de la colecta a un esfuerzo solidario que contribuya a reducir el escándalo de la pobreza y la inequidad social, dando así cumplimiento a las exigencias evangélicas que exhortan a hacer posible una sociedad más justa y solidaria".

A esto le siguieron las palabras que el Cardenal Bergoglio expresara con ocasión de las fiestas de San Cayetano, en el santuario de Liniers: "Vivimos situaciones de pobreza escandalosa, de falta de trabajo... El mundo de hoy es muy cruel. Excluye borrando los rostros de la gente para luego no sentir nada cuando los desecha como sobrantes. En nuestra ciudad lo vemos todos los días. Hay gente que tiene sitio y hay gente que sobra y es dejada de lado, tirados en verdaderos volquetes existenciales... Cuánta gente duerme en la calle, en plena Plaza de Mayo, como material de descarte. El mundo de hoy borra los rostros reales haciendo que los veamos sólo por la televisión. Uno ve, pero no siente”.

Pocos días después, al celebrarse un Seminario sobre Políticas Públicas, organizado por la “Escuela de Posgrado de la Ciudad Argentina” (EPOCA), la Universidad del Salvador y la Carlos III de Madrid, en el Hotel Alvear de la ciudad de Buenos Aires, el Cardenal se expresó con crudeza y precisión reclamando “una respuesta ética, cultural y solidaria para resolver la deuda social en el país, que incluye a millones de argentinos, la mayoría, niños y jóvenes".

Con palabras similares el Arzobispo de Buenos Aires, se dirigió a los jóvenes peregrinos a Luján, en su homilía del primer fin de semana de octubre.

LA DEUDA SOCIAL

Detengámonos en el análisis que Bergoglio ofreció en el mencionado seminario de septiembre, ya que presenta el diagnóstico preciso y el señalamiento de las causas que generan esta situación.

El cardenal habla de la “deuda social”: “La deuda social exige la realización de la justicia social”. Esta expresión contiene la gravedad del problema: si hay una deuda, hay deudores. La solución está en el orden de la justicia, no en el de la buena voluntad o de la dádiva de quienes más tienen. Deuda social y justicia social, “juntas, nos interpelan a todos los actores sociales, en particular al Estado, a la dirigencia política, al capital financiero, a los empresarios, agropecuarios e industriales, sindicatos, a las Iglesias y demás organizaciones sociales". Queda muy claro que estamos involucradas en el saldo urgente de tal deuda.

Ante esto, el P.Kentenich nos advertiría: “¿qué podemos hacer concretamente en nuestra situación? ¡Defender la idea de la Justicia y del Amor!... Tenemos que destacar los principios de la Justicia y el Amor donde tengamos oportunidad de hacerlo en nuestros círculos.”

Cuando el Arzobispo se refiere a las raíces de la pobreza indica que existen causas estructurales y actitudes personales y corporativas que cambiar: “Esto nos obliga a trabajar para cambiar las causas estructurales y las actitudes personales o corporativas que generan esta situación”.

Existen “causas estructurales” en la pobreza cuando sistemas, instituciones, políticas públicas y conductas generalizadas en la sociedad, funcionan en forma deficitaria, ineficaz o injusta provocando o aumentando el problema. Es decir, la pobreza no es un problema generado por los pobres, sino por circunstancias comunes que nos involucran a todos. “La existencia de condiciones de extrema pobreza y de estructuras económicas injustas que originan grandes desigualdades” violan hoy los derechos humanos de los excluidos.

Se señala además la necesidad de cambiar “actitudes personales” y “actitudes corporativas”. Muchas veces, no sólo faltan políticas de estado eficientes, sino que además se vuelve indispensable superar las actitudes mezquinas y egoístas de sectores de la sociedad que se concentran unilateralmente en sus propios intereses a cualquier costo, lo que el Cardenal señala como “actitudes corporativas”.

Obviamente debemos convertir también, nuestras “actitudes personales”, revisando la responsabilidad de cada una de nosotras, en la cuestión de la superación de la pobreza.

Al respecto vale la pena recordar lo que el P.Kentenich nos decía acerca de esto: “El espíritu capitalista entendido como el espíritu de Mamón, es inmoral en todas las circunstancias. Es un afán de lucro sin barreras y debe ser combatido por lo tanto como una herejía de vida cristiana ... pero no debemos olvidar que también tengamos en nosotros el espíritu de Mamón. Por lo tanto debemos combatir en nosotros también, el espíritu capitalista. Es el espíritu del egoísmo sin límites”.

Por eso, “acostumbrarnos a vivir con excluidos y sin equidad social, es una grave falta moral que deteriora la dignidad del hombre y compromete la armonía y la paz social".

El Cardenal señala también, un camino indispensable para la resolución del problema: “a través del diálogo lograr los acuerdos que nos permitan transformar esta realidad.” No podemos abandonar el diálogo.

El diálogo debe conducirnos a encontrar recursos concretos que permitan a los excluidos salir de su situación. El mero “asistencialismo” mantiene y condena al excluido en su lugar de excluido. “No podemos responder con verdad al desafío de erradicar la exclusión y la pobreza, si los pobres siguen siendo objetos, destinatarios de la acción del Estado y de otras organizaciones en un sentido paternalista y asistencialista, y no sujetos, donde el Estado y la sociedad generan las condiciones sociales que promuevan y tutelen sus derechos y les permitan ser constructores de su propio destino"

¿QUÉ PODEMOS HACER?

Finalmente y de acuerdo a la pregunta que el P.Kentenich seguro nos dirigiría hoy a nosotras: ¿qué podemos hacer concretamente?

Con seguridad, no conformarnos con cualquier práctica puramente “asistencialista” y comprometernos urgentemente en lo que pueda aportar al desarrollo y a la inclusión de los excluidos. Por ejemplo, participar en programas de capacitación, micro emprendimientos, micro créditos. Preocuparnos por los niños, la nutrición, el afecto, el procurar un hogar sin negar ni ocultar el de origen, sino compensando su carencia. Y aportar a la evangelización de los criterios con relación a la acumulación y a la distribución equitativa de bienes en nuestros círculos, en consonancia con la oración de nuestro Padre Fundador:

“Los hombres que se aferran a sus bienes,
a sus posesiones, que fácilmente desplazan
la verdadera imagen de Dios,
ellos te clavan
al madero del desamparo y la ignominia,
el que con fuerza, sacude y despierta las conciencias”

Curso 11º RMet


martes, diciembre 15, 2009

Un nacimiento extraño

Padre Nicolás Schwizer


¿Qué celebramos en Navidad? Celebramos el nacimiento de un niño, pero no de un niño común, sino de un Niño que es Dios.
Ahora, si comparamos este nacimiento con otros nacimientos, p.ej. con el de nuestros hijos, entonces notamos algunas cosas extrañas. Este niño nace en condiciones sorprendentes, desconcertantes y hasta chocantes ‑ ya que se trata del Hijo de Dios.

1. Una primera condición extraña. Se da a conocer a los pastores.
Vino a la tierra. No previno a los grandes. No avisó a los poderosos. No hizo saber nada a los sacerdotes. Ha tirado por tierra a la jerarquía.

No hubo conferencia de prensa para anunciar al mundo un suceso de tal categoría. Y sin embargo tenía sumo interés de que alguien lo supiera. Alguien tenía derecho a ser el primero en conocer la noticia. Y manda sus mensajeros a unos pastores que acampan cerca de la ciudad guardando sus rebaños. Los pastores viven al margen de la sociedad y muchas veces también al margen de la religión. Son incultos, no conocen la ley, y por eso están destinados al infierno, según los fariseos. Y precisamente a estos “excomulgados” es a quienes Cristo envía sus ángeles para anunciarles su venida.

Es que Jesús quiere poner las cosas en claro desde el comienzo. Él ve todo al revés. A sus ojos, los grandes son los pequeños. Los últimos son los primeros. Los arrojados de la sociedad, sus clientes privilegiados. La Buena Nueva se comunica antes que a nadie y llega a pertenecer primero a aquellos que están “fuera”.

2. Una segunda circunstancia extraña. No es reconocido por los hombres.
Pensemos p.ej. en los posaderos de Belén. Si hubieran sabido que Dios estaba allí, le habrían abierto la puerta, lo habrían acogido. Porque eran personas religiosas, como nosotros. Pero creyeron que se trataba de vagabundos, de refugiados de quién sabe dónde, un par de desconocidos.

Y no los quisieron recibir. Y nosotros, ¿los hubiéramos recibido? ¿Cómo creer que Dios podría presentársenos bajo esa forma?

3. Una tercera circunstancia extraña del nacimiento. Es Dios y nace en la miseria.
Dios es totalmente distinto de cómo nos lo imaginamos; Dios es todo lo contrario al poder, a la majestad, a la autoridad, a la riqueza, a la fuerza que le hemos atribuido.

Pero Dios es totalmente semejante a los sencillos, a los pobres, a los que se sienten hermanos, a los misericordiosos, a los que aman, a los que tienen hambre de justicia.

No es que Cristo no sea un hombre como nosotros, sino que es tan hombre, el único verdadero hombre: verdaderamente libre, sencillo, amante, fiel, disponible. La Buena Nueva que anuncia Navidad, consiste en eso.

Para asemejarnos a Dios, no tenemos que hacernos ricos, fuertes, solitarios o majestuosos. Nos basta con amar un poco más, con servir un poco más, con acercarnos más a los pobres, con luchar un poco más por la justicia. Podemos convertirnos en Cristo en seguida, en nuestra misma situación, en nuestro nivel social o cultural. Sin aguardar visiones o milagros, sino haciéndonos los últimos de todos y los servidores de todos.

Dios es pobre: pobre de todas esas cosas que ambicionamos, que buscamos, que pretendemos. Y no digamos que Dios se oculta o está ausente del mundo. Dios está extraordinariamente presente y visible: tan presente y tan visible ‑ o tan poco presente y tan poco visible como lo están, en nuestra vida, los pobres.

Si queremos encontrarnos con el verdadero Dios que en Navidad viene a nosotros, hemos de ir a encontrarnos con los pobres.

Y si entonces ese amor a los desdichados nace en nosotros, Dios se hace presente realmente en nuestro corazón. Esa es la Navidad que hemos de hacer. Esa es la Navidad verdadera en la que hemos de creer. Somos responsables de que se haga esa Navidad en todas partes.

Preguntas para la reflexión

1. ¿Cómo vivo la Navidad?
2. ¿Soy capaz de ver al Niño Dios entre los pobres de nuestro tiempo?

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martes, diciembre 08, 2009

Solemnidad de la Inmaculada Concepción

María es la estrella que guía a la Iglesia hacia Cristo, dice el Papa Benedicto XVI

VATICANO, 08 Dic. 09 (ACI).- Al presidir el rezo del Ángelus hoy martes 8 de diciembre, Solemnidad de la Inmaculada Concepción de la Virgen María, el Papa Benedicto XVI resaltó que ella es verdaderamente Madre de la Iglesia y es además "la estrella para orientarse y caminar en la ruta indicada por Cristo".

Ante miles de fieles reunidos en la Plaza de San Pedro, el Santo Padre explicó los pasajes bíblicos de la liturgia de hoy, en los que "luego del pecado original, Dios se dirige a la serpiente, que representa a Satanás, lo maldice y le hace una promesa: 'pondré enemistad entre ti y la serpiente, entre su estirpe y la suya: ella te aplastará la cabeza y tu acecharás su calcañar'. Es el anuncio de una victoria: Satanás en los inicios de la creación parece estar mejor, pero habrá un hijo de mujer que le aplastará la cabeza. Así, mediante la estirpe de la mujer, Dios mismo vencerá".

Esa mujer, continuó el Papa, "es la Virgen María, de la cual ha nacido Jesucristo que, con su sacrificio, ha vencido una vez y para siempre al antiguo tentador. Por ello, en tantas imágenes o estatuas de la Inmaculada, Ella está representada en el acto de aplastar a una serpiente con sus pies".

El Santo Padre resaltó luego que en María, "la humilde y auténtica hija de Israel, verdadera Sión en donde Dios quiere poner su morada", se puede ver la obediencia; que la distingue de Adán y Eva, pues "permanece obediente a la voluntad del Señor, ya que toda ella pronuncia un 'sí' y se pone plenamente a disposición del divino designio. Es la nueva Eva, verdadera 'madre de todos los vivientes', de cuantos por la fe de Cristo reciben la vida eterna".

"¡Queridos amigos, qué alegría inmensa tener como Madre a María Inmaculada! Cada vez que experimentamos nuestra fragilidad y las sugestiones del mal, podemos dirigirnos a Ella. Y nuestro corazón recibe luz y consuelo. También en las pruebas de la vida, en las tempestades que hacen vacilar la fe y la esperanza, pensemos que somos hijos suyos y que las raíces de nuestra existencia van a lo profundo en la infinita gracia de Dios".

Seguidamente Benedicto XVI explicó que "la Iglesia misma, aún expuesta a los influjos negativos del mundo, encuentra en Ella la estrella para orientarse y seguir la ruta que le indica Cristo. María es en efecto la Madre de la Iglesia, como han proclamado solemnemente el Papa Pablo VI y el Concilio Vaticano II".

Por lo tanto, continuó, "mientras rendimos gracias a Dios por este signo estupendo de su bondad, encomendemos a la Virgen Inmaculada a cada uno de nosotros, nuestras familias y las comunidades, a toda la Iglesia y al mundo entero. Lo haré yo también esta tarde, según la tradición, a los pies del monumento dedicado a Ella, en la Plaza de España".

Tras saludar a los miembros de la Pontificia Academia de la Inmaculada, liderada por el Cardenal Andrea Maria Deskur, el Papa se dirigió a los presentes en la Plaza de San Pedro en diversos idiomas. En español el Papa recordó que "la Iglesia celebra hoy la solemnidad de la Inmaculada Concepción de María Santísima, tan arraigada en España y en los países latinoamericanos".

"La Purísima, como es denominada la Virgen en la liturgia de este día, fue preservada de toda mancha de pecado para ser digna morada del Cordero Inocente, abogada de gracia y ejemplo de santidad".

"Que el Señor nos conceda el don, por intercesión de la 'llena de gracia', de purificarnos interiormente en este tiempo de Adviento para acoger con prontitud la venida de Cristo a nuestras vidas. Muchas gracias", concluyó.

Fuente: http://www.aciprensa.com/

lunes, diciembre 07, 2009

MES DE MARÍA
3 minutos diarios con el P.Kentenich en este mes de María
Reflexión elaborada por los Padres de Schoenstatt de Córdoba, Argentina

8 de diciembre (Solemnidad de la Inmaculada Concepción)

Estamos acostumbrados a comprender nuestro santuario como el lugar en que la Santísima Virgen realiza para nuestro tiempo lo mismo que hizo cuando estaba aún sobre la tierra, en los distintos lugares en los que estuvo y actuó. ¿Dónde estuvo María durante su vida en la tierra, dónde actuó? Sólo es preciso que mencionemos uno u otro de los lugares: pensamos, por ejemplo, en Nazaret, pensamos en Belén, pensamos en el Gólgota, pensamos en el Cenáculo, el recinto de la Última Cena.
La Familia de Schoenstatt tiene un “Oficio” (Liturgia de las horas) propio: lo llama “Oficio de Schoenstatt”. En él están representadas todas las Horas canónicas de oración. Cada tres horas se dispone de una oración que nos transporta a uno de los lugares históricos en los que María actuó cuando estaba aún en la tierra. Así, las Horas dicen, una y otra vez: Tu santuario es nuestro Nazaret, es nuestro Belén, es nuestro Gólgota, es nuestro Cenáculo. Con ello se quiere decir a María: Virgen Santísima, lo que realizaste antes, en Nazaret, en Belén, en el Gólgota, en el Cenáculo, quieres realizarlo hoy para el tiempo actual desde este lugar.
De esta peculiar manera se completa cada vez más nuestra imagen de María. ¿Cómo vemos a la Santísima Virgen aquí, en nuestro santuario? Del mismo modo como la representa y pinta la Sagrada Escritura.
El Niño en sus brazos. ¿Qué nos recuerda la imagen del Niño en sus brazos? Nos recuerda Belén. “Tu santuario es nuestro Belén”. Reflexionamos y recordamos que, en virtud de la alianza de amor, María nos regala sus dones. Intercambio de dones: así hemos denominado la alianza de amor. ¿Qué nos regala ella, entonces, aquí, en este santuario? Nos regala al Niño que lleva en sus brazos. ¡Y cuán a menudo nos lo ha regalado! ¡Cuán a menudo nos lo ha regalado en la sagrada comunión! ¿Cuántas veces nos ha regalado al Niño? Tantas cuantas hemos descubierto en nuestros semejantes el rostro de Cristo.
Continuemos. ¿Cómo es la imagen de María? Nuestra imagen de María se yergue ante nosotros con el Ave del ángel en el oído. Nuevamente, un lugar histórico: Nazaret. Allí, el ángel dice: ¡Alégrate! Ave, gratia plena! (¡Alégrate, llena de gracia!) ¿Y qué hace María aquí, en nuestro santuario? Ella nos pone ese Ave en los labios. ¡Cuán a menudo hemos saludado a María del mismo modo como la saludó el ángel!
Después, vemos a la Santísima Virgen con el Magnificat en los labios. ¿Dónde cantó ella el Magnificat? En casa de Zacarías. ¡Con cuánta fecuencia nos ha colocado ella aquí el Magnificat en los labios, de tal modo que no nos hemos cansado de cantarlo!
Continuemos, ¿cómo se muestra la Santísima Virgen ante nosotros aquí? Con la espada de siete filos en el corazón. Tu santuario es nuestro Gólgota. ¡Cuántas veces nos ha clavado María, desde este lugar, la espada en nuestro propio corazón, a fin de que tengamos verdadera alegría en el sacrificio, verdadero amor al sufrimiento!
Pero con ello todavía no hemos delineado suficientemente la imagen de María: también vemos ante nosotros a la bendita entre las mujeres con las lenguas de fuego sobre la cabeza. (Milwakee, Junio 1956)

domingo, diciembre 06, 2009

MES DE MARÍA
3 minutos diarios con el P.Kentenich en este mes de María
Reflexión elaborada por los Padres de Schoenstatt de Córdoba, Argentina

7 de diciembre

Compañera de Cristo en su gloria. María sigue siendo la Compañera de Cristo en su gloria. Ella es la Compañera de Cristo que resucita y asciende a los cielos, que intercede por nosotros y reina en el cielo. María es la que participa de la gloria pascual del Resucitado. La imaginación piadosa piensa que el primer desplazamiento y el primer saludo del Resucitado fueron dedicados a su Madre, quien fue la única que nunca dudó en su fe en él, que nunca vaciló en su fidelidad a él, incluso cuando hasta la misma roca de la Iglesia era sacudida. Nosotros participamos de todo corazón en la alegría pascual de María.
Y después, ella debe participar de su gloria celestial. Debe morir pero su muerte no será una dolorosa destrucción, sino el amoroso apagarse de una candela que se consume en el fuego del amor. Su cuerpo virginal no será botín de la muerte y de la tumba. La omnipotencia de Cristo resucitó su cuerpo para la vida eterna; ella ha sido asumida en cuerpo y alma en la gloria del Señor.
Desde ese momento, María reina a la derecha de Cristo en la gloria del cielo, para interceder por todos nosotros. Él “está sentado a la derecha del Padre”. María es y sigue siendo consors Christi por todo el tiempo y la eternidad. (Milwaukee, 1954)

sábado, diciembre 05, 2009

MES DE MARÍA
3 minutos diarios con el P.Kentenich en este mes de María
Reflexión elaborada por los Padres de Schoenstatt de Córdoba, Argentina

6 de diciembre
El que quiera comprender aquí correctamente la posición de María como Compañera de Cristo ha de considerar lo siguiente:
1. En los tres años de su actividad pública de enseñanza, Cristo es, en primer lugar, el heraldo de la verdad eterna ante quien debe inclinarse todo. En su tiempo de pasión, él calla para ofrecerse, a partir de ese momento, por todos nosotros como Salvador del mundo.
2. María, como representante de toda la humanidad y como consecuencia de su misión en la encarnación, debe ofrecer a Cristo lo que todos nosotros deberíamos y, por lo menos en cierta medida, podríamos también haberle ofrecido: silenciosa obediencia de fe, como también participación en el sacrificio salvífico de la nueva Cabeza de la humanidad. Lamentablemente, los miembros del pueblo escogido a tal efecto no lo hicieron. La única que cumplió lo que era deber y obligación de todos nosotros fue María. Por eso, María está en la vida pública de Jesús como debiéramos haber estado todos nosotros: callando, escuchando y obedeciendo.
3. Llegan ahora los días oscuros y difíciles de la semana santa. El Salvador del mundo se prepara para ir al sacrificio por todos nosotros. Allí, María sale del ocultamiento en que se encontraba hasta ese momento a fin de ascender con él, como Compañera en el sacrificio, al monte Calvario y unirse, e incorporarse como nueva Eva, a la entrega sacrificial de Cristo. Su corazón virginal y maternal, en su sufrir con él, es como un precioso cáliz sacrificial que recoge las gotas de la sangre del Salvador del mundo por todos nosotros.

viernes, diciembre 04, 2009

MES DE MARÍA
3 minutos diarios con el P.Kentenich en este mes de María
Reflexión elaborada por los Padres de Schoenstatt de Córdoba, Argentina

5 de diciembre

María es la Compañera de Cristo durante su caminar por la tierra, desde la Encarnación hasta su sepultura. Ella está siempre presente. En el silencio orante de Nazaret, pronuncia su Sí receptivo que será el comienzo de la salvación. Santo Tomás declara al respecto: “En la Anunciación, Dios aguarda la aceptación de la Virgen como expresión de la voluntad de aceptación de toda la humanidad”. Y a partir de entonces, María queda unida de manera inseparable a Cristo para siempre. Rica en fruto precioso, ella lleva, como Theophora (portadora de Dios), al Jesucristo a través de las montañas de Judea hacia su pariente Isabel. Al entrar, llega con ella la bendición de Cristo: la mujer, que llevó el oprobio de Eva, queda llena del Espíritu Santo. El hijo que lleva en su seno recibe participación en la salvación, y el varón recupera su voz, comienza a orar y es nuevamente un profeta de Dios. Pocos meses después, la Madre lleva al Señor hacia Belén: en efecto, el mundo entero debe recibir el más digno Bien. Y después vienen los pastores y los sabios del lejano oriente: ellos encuentran al Niño en brazos de su Madre, le ofrecen sus dones entregándoselos a su Madre. En brazos de María, el Salvador del mundo ofrece en el templo el sacrificio matutino de su vida. En Simeón y Ana se acerca la más noble piedad y la más pura expectativa del Mesías de la antigua alianza, para encontrar en brazos de María la salvación del mundo, la luz de los pueblos y el consuelo de Israel. Siguen los años en Egipto y después en Nazaret, y la maravillosa comunidad de casa y mesa de Jesús con su Madre. (Milwaukee, 1954).
MES DE MARÍA
3 minutos diarios con el P.Kentenich en este mes de María
Reflexión elaborada por los Padres de Schoenstatt de Córdoba, Argentina

4 de diciembre

No existe en los planes del Dios eterno imagen alguna de María que esté separada de Cristo; sólo por él y a través suyo ha sido decidida. Pero del mismo modo tampoco hay en los designios de la eternidad ninguna imagen de Cristo separado de María. Quien separa a Cristo de María se construye una imagen de Cristo según su propio arbitrio. A éste le dirá la Iglesia: “ciertamente, Dios podría habernos dado por otro camino distinto a la Virgen al Redentor del género humano y Fundador de nuestra fe. Sin embargo, en cuanto la Providencia del Dios eterno decidió que tuviésemos al Dios hecho hombre a través de María, quien, fecundada por obra del Espíritu Santo, lo llevó en su seno, no nos queda más que recibir a Cristo de manos de María”.
El arte cristiano da cuenta de esta realidad, tanto en forma consciente como instintiva. La inmensa mayoría de las imágenes de María son imágenes de Cristo. Éstas presentan a la Madre con su Hijo divino, o bien a la Madre de los dolores con el Salvador del mundo inmolado sobre el altar vivo del sacrificio que es su regazo materno. Sobre las imágenes de la Inmaculada resplandece la gloria del Señor, en virtud de quien ella quedó intacta de toda mancha del pecado original. Es Cristo quien, en su Asunción, la lleva a casa, a su gloria celestial. Todas estas imágenes corresponden al prototipo divino: Dios no pensó, ni vio, ni quiso nunca a María de otra manera sino en la más íntima e inseparable comunión con Cristo.

jueves, diciembre 03, 2009

MES DE MARÍA
3 minutos diarios con el P.Kentenich en este mes de María
Reflexión elaborada por los Padres de Schoenstatt de Córdoba, Argentina

3 de diciembre

La Santísima Virgen es el milagro de los milagros, el misterio de los misterios. Y ella nos ha sido regalada en Schoenstatt como el “tesoro escondido en el campo” (Mt 13, 44). ¡Cuán insensibles nos hemos tornado ante lo sobrenatural! Por esa razón, yo quisiera con san Bernardo estremecerme al descubrir este misterio. Pero quisiera pedir también a la Santísima Virgen: ¡ayúdame tú! Quisiera pedirle que nos visite, como visitó a Isabel. Isabel queda llena del Espíritu Santo y comienza a proclamar la grandeza de María: “Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu seno” (Lc 1, 42) (Schoenstatt, septiembre 1941).
Ella es, en verdad, la Compañera del Rey de todos los mundos: Compañera de Cristo. Elegimos conscientemente la expresión “consors” (compañera) porque se aplican de buen grado y a menudo a María en los documentos de la Iglesia. A nosotros se nos ha dado ser partícipes de la naturaleza divina; así describe San Pedro el estado de gracia del cristiano (2P 1, 4). Y San Pablo ve en nuestra participación en los sufrimientos de Cristo el fundamento de nuestra esperanza. La vida cristiana es, estrictamente hablando, en su esencia más íntima, un “consortium cum Christo”, una comunidad de destinos con Cristo. Nunca, empero, esta esencia del cristianismo se realizó de manera tan perfecta como en María (Milwaukee, 1954).

martes, diciembre 01, 2009

MES DE MARÍA
3 minutos diarios con el P.Kentenich en este mes de María
Reflexión elaborada por los Padres de Schoenstatt de Córdoba, Argentina

2 de diciembre

Nosotros conocemos una formulación parcial y una formulación integral de nuestro Ideal Personal. La formulación pequeña acierta en algo correcto, pero no en el núcleo, como lo hace la formulación integral.
María es la “segunda Eva”. Indudablemente, un bello pensamiento, también perfilado y de precisa delimitación científica. No podremos eludirlo si queremos traducir lo que constituye la esencia de la persona de María. María es “la Esposa del Señor por su divina maternidad, o la Madre del Señor por su esponsalicio ante Dios”. Esto es lo que se traduce mediante “Madre esponsal de Dios” o “Esposa maternal de Dios”. Para expresar estas ideas se ha acuñado recientemente la expresión “maternidad divina”. ¿Acaso no puede encontrarse una “fórmula integral”?
Intentemos una respuesta de parte nuestra. Es audaz. Escuchémosla pacientemente. El carácter personal sobrenatural de la Santísima Virgen consiste en que se la llama y se la puede llamar como la singularmente digna Compañera y Colaboradora esponsal permanente de Cristo, Cabeza de toda la creación en toda su obra de salvación.
Se podría realizar una prueba y plantear la pregunta: ¿dónde, en qué palabras queda expresado el privilegio de la virginidad, el de la maternidad divina, el de la concepción inmaculada, el de la impecabilidad? Todos estos privilegios son claramente inherentes en ella. Por supuesto, esta formulación se ha elegido para destacar con mayor énfasis lo desconocido, lo discutido en la mariología (Schoenstatt, septiembre 1941).
La Inmaculada, modelo del hombre nuevo

Padre Nicolás Schwizer

Celebramos el próximo 08 de diciembre con toda la Iglesia una gran fiesta de la Santísima Virgen: su Inmaculada Concepción. Conocemos el misterio profundo de este día: Ella, como único ser humano, es concebida sin pecado original en el seno de su madre Ana. Entendemos que resulta un privilegio extraordinario que le es concedido para ser la Madre de Dios.
Hoy en día, más que nunca, nuestro camino como cristianos cuesta mucho. Infidelidad, duda, desorientación e inseguridad, aun en medio de la Iglesia misma, dificultan nuestra vida cristiana. Precisamos más claridad y seguridad, buscamos una luz para poder orientarnos en la oscuridad de nuestro tiempo. Esta luz para nosotros es María. Ella es el modelo vital y la enseñanza intuitiva para la vida del cristiano, para la vida de todos nosotros.

María, nuestro modelo vital. Se la destaca como reverso de Eva, como nueva Eva. Sabemos que Eva es compañera y ayudante de Adán en el pecado original, en la ruina del género humano. También María no es mero instrumento pasivo, sino compañera y ayudante de Cristo para la salvación del mundo. La desobediencia y la incredulidad de Eva son compensadas por la obediencia y la fe de María. Eva nos trajo la muerte, María nos trajo la vida.

Así la Virgen inmaculada, la nueva Eva se nos revela como ser del paraíso. En este mundo del mal, Dios conserva la ideal original de pureza y santidad del paraíso en la persona de María. Concebida sin pecado, así entra la Sma Virgen en la vida e irradia una belleza propia del paraíso.

La creatura, en la que la redención de Cristo se condensa en toda su plenitud, es la Sma Virgen. En Ella Dios puede documentar la perfección de su obra. María es la persona humana que más plenamente realiza el ideal del hombre nuevo cristiano.

Por eso, el ángel Gabriel la saluda como “llena de gracia”. En verdad, toda su persona está saturada de la gracia.

Ella nos señala, con su ser y su actuar, que toda perfección y redención viene de Dios, de Aquel que ha hecho en Ella maravillas.

Cuando miramos así la imagen de la Inmaculada, se despiertan en nosotros muchos sentimientos, deseos y esperanzas. Resultan anhelos del paraíso perdido, es decir, de la armonía perfecta entre cuerpo y alma, entre instinto y espíritu.

Todos los cristianos fuimos convertidos en hombres nuevos, el día de nuestro bautismo. En aquel momento, Dios nos infundió en el alma la vida divina de Cristo. Pero muchos bautizados vuelven a ser hombres viejos, porque - por el pecado – se cierran a esta vida.

Lo que para la Inmaculada era un don, para nosotros es una lucha de toda la vida.
Por eso, siempre de nuevo, todos nosotros somos llamados, a convertirnos en hombres nuevos, según la imagen de Cristo y de María. Todos nosotros somos invitados a acoger al Señor en nosotros como María. Todos nosotros podemos día a día, abrirnos a su voluntad Y cada vez que nosotros - en la imitación de la Virgen -, decimos de nuevo el “Hágase en mí según tu palabra”, el Verbo se hace más carne en nosotros. Y así nace y crece en nosotros el hombre nuevo, que tanto admiramos en María.

La Sma Virgen es modelo del hombre nuevo, pero también, Madre y Educadora de hombres nuevos. Su seno, en el que Cristo se formó es el mejor molde para forjar hombres a imagen de Cristo

Los padres de la Iglesia la llamaron no sólo creatura del paraíso, sino también la puerta del paraíso. Puerta al paraíso porque nos atrae y educa hacia ese ideal, y nos introduce en el paraíso.

Preguntas para la reflexión

1. ¿María, es para mí un modelo?
2. ¿Tengo alguna oración preferida a María?
3. ¿Qué me dice el nombre Puerta del paraíso?
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