domingo, febrero 22, 2009

Miércoles de Ceniza

Con la imposición de las cenizas, se inicia una estación espiritual particularmente relevante para todo cristiano que quiera prepararse dignamente para vivir el Misterio Pascual, es decir, la Pasión, Muerte y Resurrección del Señor Jesús.

Este tiempo vigoroso del Año Litúrgico se caracteriza por el mensaje bíblico que puede ser resumido en una sola palabra: "metanoeiete", es decir "Convertíos". Este imperativo es propuesto a la mente de los fieles mediante el rito austero de la imposición de ceniza, el cual, con las palabras "Convertíos y creed en el Evangelio" y con la expresión "Acuérdate que eres polvo y al polvo volverás", invita a todos a reflexionar acerca del deber de la conversión, recordando la inexorable caducidad y efímera fragilidad de la vida humana, sujeta a la muerte.

La sugestiva ceremonia de la ceniza eleva nuestras mentes a la realidad eterna que no pasa jamás, a Dios; principio y fin, alfa y omega de nuestra existencia. La conversión no es, en efecto, sino un volver a Dios, valorando las realidades terrenales bajo la luz indefectible de su verdad. Una valoración que implica una conciencia cada vez más diáfana del hecho de que estamos de paso en este fatigoso itinerario sobre la tierra, y que nos impulsa y estimula a trabajar hasta el final, a fin de que el Reino de Dios se instaure dentro de nosotros y triunfe su justicia.

Sinónimo de "conversión" es así mismo la palabra "penitencia"... Penitencia como cambio de mentalidad. Penitencia como expresión de libre y positivo esfuerzo en el seguimiento de Cristo.

Tradición

En la Iglesia primitiva, variaba la duración de la Cuaresma, pero eventualmente comenzaba seis semanas (42 días) antes de la Pascua. Esto sólo daba por resultado 36 días de ayuno (ya que se excluyen los domingos). En el siglo VII se agregaron cuatro días antes del primer domingo de Cuaresma estableciendo los cuarenta días de ayuno, para imitar el ayuno de Cristo en el desierto.
Era práctica común en Roma que los penitentes comenzaran su penitencia pública el primer día de Cuaresma. Ellos eran salpicados de cenizas, vestidos en sayal y obligados a mantenerse lejos hasta que se reconciliaran con la Iglesia el Jueves Santo o el Jueves antes de la Pascua. Cuando estas prácticas cayeron en desuso (del siglo VIII al X), el inicio de la temporada penitencial de la Cuaresma fue simbolizada colocando ceniza en las cabezas de toda la congregación.

Hoy en día en la Iglesia, el Miércoles de Ceniza, el cristiano recibe una cruz en la frente con las cenizas obtenidas al quemar las palmas usadas en el Domingo de Ramos previo. Esta tradición de la Iglesia ha quedado como un simple servicio en algunas Iglesias protestantes como la anglicana y la luterana. La Iglesia Ortodoxa comienza la cuaresma desde el lunes anterior y no celebra el Miércoles de Ceniza.

Significado simbólico de la Ceniza

La ceniza, del latín "cinis", es producto de la combustión de algo por el fuego. Muy fácilmente adquirió un sentido simbólico de muerte, caducidad, y en sentido trasladado, de humildad y penitencia. En Jonás 3,6 sirve, por ejemplo, para describir la conversión de los habitantes de Nínive. Muchas veces se une al "polvo" de la tierra: "en verdad soy polvo y ceniza", dice Abraham en Gén. 18,27. El Miércoles de Ceniza, el anterior al primer domingo de Cuaresma (muchos lo entenderán mejor diciendo que es el que sigue al carnaval), realizamos el gesto simbólico de la imposición de ceniza en la frente (fruto de la cremación de las palmas del año pasado). Se hace como respuesta a la Palabra de Dios que nos invita a la conversión, como inicio y puerta del ayuno cuaresmal y de la marcha de preparación a la Pascua. La Cuaresma empieza con ceniza y termina con el fuego, el agua y la luz de la Vigilia Pascual. Algo debe quemarse y destruirse en nosotros -el hombre viejo- para dar lugar a la novedad de la vida pascual de Cristo.
Mientras el ministro impone la ceniza dice estas dos expresiones, alternativamente: "Arrepiéntete y cree en el Evangelio" (Cf Mc1,15) y "Acuérdate de que eres polvo y al polvo has de volver" (Cf Gén 3,19): un signo y unas palabras que expresan muy bien nuestra caducidad, nuestra conversión y aceptación del Evangelio, o sea, la novedad de vida que Cristo cada año quiere comunicarnos en la Pascua.

Fuente: ACI Prensa (http://www.aciprensa.com/fiestas/cuaresma/ceniza.htm)
Preparándonos para Cuaresma

Queridas madres de Federación:

El próximo lunes 23 y martes 24 serán días de mucho ruido ya que se celebran las fiestas paganas de Carnaval. Al día siguiente los cristianos comenzaremos la Cuaresma con el Miércoles de Ceniza. Los ornamentos serán morados, para indicarnos que es tiempo de preparación, de conversión, de penitencia y espera.

Comenzamos la Cuaresma el 25 con un día de ayuno y abstinencia, y lo hacemos recordando los 40 días de ayuno de Jesús en preparación al inicio de su vida pública. Fueron días de desierto, de oración, de meditación y también de tentaciones. En el Evangelio de san Mateo leemos: "Jesús fue llevado por el Espíritu al desierto para ser tentado por el diablo. Y después de hacer un ayuno durante cuarenta días y cuarenta noches, al fin sintió hambre" (Mt 4,1-2).

El Santo Padre en su mensaje para esta Cuaresma nos recuerda que es un tiempo de “preparación espiritual más intenso, la Liturgia nos vuelve a proponer tres prácticas penitenciales a las que la tradición bíblica cristiana confiere un gran valor: la oración, el ayuno y la limosna”.

En el mensaje del año anterior Benedicto XVI hizo hincapié en la necesidad de la limosna y este año se detiene a reflexionar en el ayuno como preparación para la Pascua. Dice que podremos preguntarnos qué valor y sentido tiene para nosotros, los cristianos, privarnos de algo que en sí mismo sería bueno y útil para nuestro sustento. Sin embargo, las Sagradas Escrituras y toda la tradición cristiana enseñan que el ayuno es una gran ayuda para evitar el pecado y todo lo que induce a él.

Existe una clara relación entre el ayuno y la conversión, porque la transformación interior acerca al hombre a Dios. El abstenerse de la comida y la bebida ayuda al hombre a mantener el equilibrio necesario y el desprendimiento de una actitud consumista.

A menudo nos dejamos llevar por los bienes materiales y a veces abusamos de ellos. Esta civilización de consumo nos permite acceder a los bienes materiales que sirven para satisfacer nuestras necesidades y nos ayudan a desarrollar actividades creativas. Pero también pueden llevarnos a una excesiva satisfacción de nuestros sentidos descuidando nuestro cultivo interior. El P.Kentenich nos enseña a hacer un buen uso de los bienes materiales, viviendo el espíritu de pobreza y no estando apegados a ellos.

No es la renuncia por la renuncia, sino para tener un mayor dominio de nosotros mismos. El ayuno fortalece y educa nuestra voluntad, y nos prepara para ser fuertes frente a las tentaciones. Tenemos que trabajar para conquistar un sano equilibrio entre espíritu, cuerpo y vida sobrenatural y el ayuno puede ayudarnos. Pero no es el ayuno por el ayuno mismo, sino por amor a Dios, para que lleguemos a tener hambre de Dios, hambre de su palabra. Jesús nos dice que el verdadero ayuno es cumplir con la voluntad de Dios. Al finalizar los 40 días de ayuno y ser tentado por el diablo, le responde: "no sólo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios" (Mt 4,4). Es decir, que el verdadero ayuno, tiene como finalidad comer el "alimento verdadero", que es hacer la voluntad del Padre. Muchas veces la voluntad de Dios nos trae alegrías, pero otras veces, sus permisiones nos traen dolor, nos traen cruz. El P.Kentenich nos pide que nos dejemos conducir por la fe práctica en la Divina Providencia. Podríamos en este tiempo de preparación para la Pascua meditar en los acontecimientos de nuestra vida personal, familiar, de comunidad y de nuestra Patria, ver qué nos quiere decir Dios a través de ellos, y actuar en consecuencia.

Sabemos que el pecado original nace de la desobediencia de nuestros padres y significó una gran ofensa al Creador. Sin embargo Él nos regala a su Hijo para salvarnos. Jesús asume las consecuencias del pecado entregándose por amor al Padre y a nosotros. Jesús obedeció a Dios hasta la muerte y muerte de cruz.

Estamos acostumbradas a vivir a toda velocidad, corremos mucho y nos dejamos llevar a veces por el activismo, descuidando la oración, la contemplación, el escuchar la voz del Padre. Por eso es importante intensificar la escucha y meditación, para que, con amor confiado y filial descubramos y aceptemos la voluntad del Padre, porque si la rechazamos estamos faltando al amor y se produce la ruptura. Los sacramentos frecuentes de la Reconciliación y la Eucaristía nos fortalecen y acrecientan la gracia.

Jesús también sufrió dolores físicos, hambre, cansancio, malos tratos, sudó sangre, fue coronado de espinas, recibió azotes y fue crucificado. Todo esto por amor a nosotros y no sólo para salvarnos y regalarnos la vida eterna, sino también para hacerse solidario a nuestros dolores, y comprendernos cuando sufrimos síquica o físicamente, cuando decae nuestro espíritu, cuando nos sentimos abandonados o cuando nos quejamos. Él también sintió cansancio y pidió al Padre que apartara el cáliz, aunque luego se abandona diciéndole: “hágase tu voluntad”. Cuántas veces nosotros nos sentimos solos y abandonados, pensamos que Dios nos ha dejado y sentimos una profunda oscuridad interior. También Jesús se sintió abandonado por el Padre y desde la cruz surge su queja: “¡Dios mío, Dios mío! ¿Por qué me has abandonado?”. Muchas veces habremos repetido esta frase en momentos de mucho dolor, pero Él espera que a semejanza de su Hijo nos entreguemos con confianza a su voluntad. Como dice la canción, “aunque no entienda digo sí”. Dios nos ama y siempre, pero siempre, busca nuestro bien y nuestra santidad.

Dios no nos pide cosas extraordinarias, ya que la mortificación y la renuncia en las circunstancias ordinarias de nuestra vida, también constituyen un medio concreto para vivir el espíritu de Cuaresma. No se trata tanto de crear ocasiones extraordinarias, sino de ofrecer aquellas circunstancias que no nos gustan, las pequeñas y grandes cruces de cada día, de aceptar con humildad, gozo y alegría, los distintos contratiempos que se nos presentan y renunciar a ciertas cosas para vivir el desapego y desprendimiento. Podríamos incorporar una renuncia diaria como un puntito en nuestro Horario Espiritual, a semejanza de José Engling que se proponía cada día “hacer un acto de autodominio”. Es un ejercicio de voluntad que nos ayuda a ser fuertes y no caer en las tentaciones.

Por el Bautismo nos identificamos con Cristo en su pensar, sentir, vivir y amar. San Pablo se identifica tanto con Jesús que dice “vivo yo, mas no yo, sino Cristo vive en mí”. En esta perspectiva también vivimos el dolor. No rechacemos el dolor como algo molesto porque en esta identificación, también el Padre nos regala pasar del Viernes Santo a la Pascua. Vivamos con alegría y entrega este tiempo de preparación para recibir también los frutos del misterio pascual. Nuestra adhesión a Cristo nos regala la salvación, no por nuestros méritos, sino por los méritos de Él.

El regalo de este tiempo nos lleva a abandonar viejos esquemas, a convertirnos y poner toda nuestra confianza y seguridad solamente en Dios, caminando hacia la Pascua.

Les deseo una bendecida Cuaresma y muy feliz Pascua de Resurrección. Con cariño,

M.Inés E. de Podestá

PD.: Aunque muchas conocerán este texto que circula por internet, vale la pena recordar que además del ayuno físico, hay algunas otras maneras de ayunar:

¿Quieres ayunar en esta Cuaresma?

Ayuna de juzgar a otros. Y llénate del Cristo que vive a tu lado.
Ayuna de palabras hirientes. Y llénate de frases que purifican.
Ayuna de descontento. Y llénate de gratitud.
Ayuna de enojo. Y llénate de paciencia.
Ayuna de pesimismo. Y llénate de optimismo.
Ayuna de preocupaciones. Y llénate de confianza en Dios.
Ayuna de quejarte. Y llénate de apreciar lo que te rodea.
Ayuna de las presiones que no cesan. Y llénate de una oración que no cesa.
Ayuna de amargura. Y llénate de alegría.
Ayuna de desaliento. Y llénate de esperanza.
Ayuna de pensamientos de debilidad. Y llénate de las promesas que te hizo Dios.

domingo, febrero 15, 2009

Dificultades para el diálogo generacional

Padre Nicolás Schwizer

Una frase de un escritor contemporáneo, bastante cínica pero no por eso menos real, dice: "Cuando encuentro a dos hombres, uno viejo y otro joven, que caminan juntos sin hallar nada que decirse, sé que son un padre y un hijo".
Pero el diálogo de generaciones, tan necesario, no es fácil. Prueba de ello es que son raros los hogares donde se practica de manera constante. Lo que pasa es que numerosos obstáculos se interponen entre quienes deberían ser interlocutores permanentes.

1. Los obstáculos del exterior. Uno, es el abusivo hábito de la televisión. Cuando los miembros de la familia se encuentran reunidos delante de ese aparato, uno podría pensar que están unidos. Pero no nos engañemos: se trata de un falso diálogo que no tiene de éste más que las apariencias. Se pronuncian tal vez muchas palabras, pero no existe intercambio de ideas profundas. El diálogo superficial es obstáculo para el diálogo en profundidad. En tal sentido, la televisión es un terrible instrumento de silencio.

Otro obstáculo exterior es el culto extremado a los negocios. Cuántos hombres se dejan fascinar por este nuevo dios, y, a fuerza de servirlo, desequilibran toda su vida. Detrás de ello está la religión del "tener": es preciso tener, no del ser, tener siempre más y más, sin límites a vista.

Por eso hay que dedicar todo el tiempo posible a los negocios, a las preocupaciones profesionales, y no queda ya tiempo para dedicarlo a la educación de los hijos. Porque tiempo es dinero. ¿Y quién está dispuesto a perder dinero? Y así abandonan a quienes fundamentalmente tendrían derecho a ellos y a su vida: los hijos.

Un tercer obstáculo: las obligaciones sociales. A veces son numerosas y se comen el tiempo. Lo poco importante, ocupa todo el tiempo. Lo que debiera ser considerado importante por encima de todo, la educación de los hijos, pasa a ser secundaria y los padres dejan a otros.

2. Además de estos obstáculos exteriores, hay otros problemas internos más graves. Muchos padres no se animan a dialogar con sus hijos porque se consideran incapaces de ello.

Esta incapacidad les viene, frecuentemente, de una mala conciencia y del miedo a ser desenmascarados. Aceptar el diálogo es quitarse la máscara. Los padres llegan inevitable­mente a mostrar su alma y exponerse al implacable juicio del hijo, sobre todo del adolescente. Porque el joven difícilmente perdona los errores, critica con severidad las flaquezas y examina los fracasos. Y entonces muchos padres, abrumados por sus errores y faltas, cuando se ven cara a cara con su hijo a la hora de la verdad, huyen para ocultar su vergüenza y -como suele decirse- salvar su autoridad. Pero lo que menos van a salvar así es su autoridad ante los hijos.

Otro origen del mutismo es la debilidad intelectual. No pocas veces sucede que el joven de hoy sea más abierto que los adultos, más informado. Y así el diálogo entre generaciones se hace difícil. Entonces es más fácil huir al diálogo y encerrarse aún más en su estrecho mundo, para no tener que descubrir sus límites.

Otro obstáculo notorio es el desánimo. Puede ser ante la actitud agresiva del adolescente. La agresividad propia de esta época es en sí misma sana, deseable y -diría yo- indispensable para el crecimiento de la personalidad.

En cambio, la sumisión pasiva o capitulación ante las fuerzas adversas sería negativa. No obstante, esta agresividad del adolescente despierta muy poca simpatía en los que lo rodean. Contradice a todo el mundo, reclama sin cesar y provoca con particular placer a sus padres que son la encarnación de la autoridad. Nada de cuanto los padres hagan o digan vale para los hijos. Están siempre equivocados.
Ante esta actitud, los padres se ven tentados a abandonar la lucha y dejar que el hijo se las arregle por sí mismo. Huirán entonces del diálogo, juzgándolo inútil y superfluo. Un muro de silencio se levanta entre ellos...

Preguntas para la reflexión

1. ¿Me siento reflejado en alguno de los puntos?
2. ¿Cómo califico el diálogo con mis hijos?
3. ¿Qué experiencia tengo, de diálogos con adolescentes?

Si desea suscribirse, comentar el texto o dar su testimonio, escriba a: pn.reflexiones@gmail.com
CONFERENCIA 2014

En la multiplicidad de idiomas y experiencias vivimos una atmósfera de Cenáculo, un acontecimiento de la gracia…
Conferencia 2014: El comienzo de una nueva realidad de Schoenstatt

Cuesta salir del Cenáculo. Pero como sucedió en aquel Cenáculo que dio origen a la Iglesia, el sábado 7 de febrero, los 89 responsables del Movimiento de Schoenstatt venidos de 32 países de los cinco continentes, como discípulos misioneros del Padre, partieron desde el Santuario Original, llevando el mensaje de la Conferencia 2014 y no sólo una idea sino una vivencia de lo que nos espera en el año de gracias 2014. Tal como afirma el documento final: En la multiplicidad de idiomas y experiencias vivimos una atmósfera de Cenáculo, un acontecimiento de la gracia que nos permitió buscar en común aquello que el Dios de la vida espera de nuestra Familia de Schoenstatt en el centenario de su fundación.

Había mucho anhelo por una Conferencia 2014 que se manifestase como un Cenáculo, como una vivencia de Familia, unida como hermanos en un Padre y en una misión, en el hogar de todos. El trabajo, día a día, estuvo acompañado por textos del Padre Kentenich: Su visión de futuro (1967), el carácter divino de la Obra, como señal para el futuro (1966), la solidaridad indisoluble (1966), y sus últimas palabras a la Familia (1968).

Como tantos participantes escribieron en su evaluación, como equipo de preparación, podemos decir: ¡expectativas superadas! No fueron pocos los que una y otra vez repitieron, con asombro y hasta emoción: "Esto pasa de ser una conferencia de planificación para 2014, estamos viviendo un momento histórico de la Familia de Schoenstatt internacional, fraternalmente unida, dispuesta a caminar juntos para llevar la Alianza de Amor hasta los confines del mundo". "En los primeros cien años de Schoenstatt necesitamos consolidar nuestras comunidades y por esto no siempre logramos caminar juntos", comentó el P. Alexandre Awi de Melo, de Brasil, en la homilía de una de las Misas. "En los próximos cien años: ¡o andamos juntos o no andaremos más! ¡O somos Familia o no seremos nada más! ¡Dividirnos es dividir al Padre! Un fundador "dilacerado" nunca será reconocido ni canonizado. Unirnos – no sólo en espíritu sino también fortaleciendo nuestras estructuras federativas – ¡es tornar al Padre vivo para la Iglesia y el mundo de hoy! Para cumplir la misión de Schoenstatt en los próximos cien años, necesitamos "muy pocas cosas" (como los apóstoles en el evangelio): el cayado de la presencia conductora de nuestro Padre, el manto de la Alianza de Amor con nuestra Madre en el Santuario, y las sandalias de la radicalidad misionera de nuestros héroes. ¡Pero todo esto sólo será posible si lo hacemos en Familia, en comunidad! Por esto estamos aquí viviendo este momento histórico, de diferentes países, de diferentes comunidades. ¡Nadie puede realizar solo la misión!".

Desde el principio, se vivió una gran disposición por parte de la mayoría de los participantes de dejarse enriquecer por las experiencias y opiniones de los demás, una disposición que fue creciendo día a día. Hubo conversiones, hubo personas que llegaron con conceptos definidos, y que entendieron la gracia de esta semana en la cual parece que la MTA quiso canalizar las muchas experiencias e ideas en una vivencia de ser familia, de estar unidos, de caminar juntos y enriquecerse mutuamente en la lucha por el cumplimiento de la misión en los diferentes campos de apostolado donde hay puertas abiertas de par en par para las gracias que la MTA quiere regalar desde el Santuario para crear una cultura de Alianza.

Volvemos a casa y somos una familia de Schoenstatt, así lo resumió el Padre Heinrich Walter, Presidente de la Presidencia Internacional de Schoenstatt, en la Misa de envío.

Voz y voto para la vida – Schoenstatt es conducido por corrientes de la vida

Porque la Alianza de Amor de aquel 18 de octubre fue un proceso de vida, todo lo que vino, viene y vendrá en Schoenstatt debe nacer de corrientes de vida y ser apoyado, llevado por ellas, dijo el Padre Kentenich en 1966. Realidad que vivimos en esta jornada, donde la mayor preocupación por parte del equipo de preparación ha sido dar voz y voto a la vida: a la vida auténtica que en estos 100 años ha nacido a partir del impulso inicial de la Alianza de Amor en el Santuario Original.

El método elegido por tanto fue el de un proceso, donde la conducción de la conferencia se dio a modo de moderación sobre los aportes de los mismos participantes, y con referencia a los aportes llegados previamente desde los diferentes países, tanto en el trabajo en grupo como en las intervenciones durante las sesiones plenarias, en un proceso democrático para llegar a opiniones y decisiones en común.

Buscamos juntos los frutos de esta Alianza de Amor en nuestros países; las paredes en la sala de entrada de la Casa Padre Kentenich, lugar de la Conferencia, casi no lograron contener todos los afiches -¡algunos de ellos verdaderas obras de arte! – en los cuales los países presentaron los frutos pastorales, pedagógicos, sociales y misioneros de la Alianza de Amor. Hasta el final de la Conferencia, hubo personas y grupos meditando e intercambiando frente a estos afiches…

Encontramos juntos, "con gran alegría y gratitud… que la esencia del ser de nuestra Familia es la Alianza de Amor con María", dice el documento final: "Este acto de fe silencioso del P. Kentenich y un pequeño grupo de congregantes -el acontecimiento fundacional del 18 de octubre de 1914 en el santuario original- sigue vivo en nosotros con todo su frescor original. Nos admiramos al constatar que en todas partes del mundo lo que mueve e inspira nuestras acciones, la fuente de nuestra fecundidad y la forma concreta de vivir nuestro seguimiento de Cristo es la profunda fe en la realidad de la Alianza de Amor con María." Es lo que celebraremos en 2014. Fue un momento fuerte ver la votación, llevada a cabo a través de puntos pegados por cada participante en la pared que decía: "Alianza de Amor – Otro". Quedaron casi todos los puntos juntos bajo la palabra "Alianza de Amor". "Somos una familia", dijo, entre lágrimas, rosario en mano, una de las servidoras, que no pudo votar mediante puntos, "pero sí con mi oración".

Buscamos juntos los campos donde, desde la Alianza de Amor, queremos y deberemos actuar para que la Alianza de Amor no sólo sea un mensaje que anunciamos sino que se torne un modo de vida, renovándose así, no en su esencia, sino en sus proyecciones y aplicaciones.

En un momento clave de la Conferencia, "en relación a cómo queremos celebrar el Centenario –es decir, con qué espíritu– recordamos que nuestro Padre y Fundador nos enseñó a captar las corrientes de vida y a conducir a través de ellas." Después de una clase magistral del Padre Heinrich Walter sobre corrientes de vida y la pedagogía de corrientes de nuestro Padre Fundador, descubrimos la corriente del Santuario, la corriente del Padre, la corriente misionera y la corriente de la unidad – siendo las primeras dos las que tuvimos, tenemos y tendremos siempre, mientras que las dos últimas han sido lo novedoso que ha surgido como fuerte voz de la vida en esta conferencia.

Dejamos juntos las discusiones, la moderación y las votaciones para abocarnos a descubrir lo que aún faltaba: las gracias que imploramos para 2014. Las tarjetas escritas por cada participante que en lugar de colocar en los paneles de moderación depositamos frente a la imagen de la Mater, se transformaron en "el tesoro más grande de la Jornada". Cada uno de los participantes recibió, en el envío en el Santuario Original, un folleto con las copias de las tarjetas. No fue necesario traducirlos. Se entendieron perfectamente.

Hitos de la conferencia: Nada sin ti, nada sin nosotros

Este momento de Cenáculo - de escribir en silencio en una tarjeta la gracia que anhelamos para el 2014, colocarla en la tinaja y escucharla, después, leídas una tras otra por Pilar Jensen, mientras dos jóvenes las depositaban frente a la Mater, de rodillas – fue para muchos uno de los momentos más fuertes de esta Jornada, incluso para la moderadora profesional que no pudo contener las lágrimas. "El cielo toca la tierra", dijo. "Hasta ahora era para mí una frase maravillosa. Ahora lo viví." Es que fue vivir la fuerza del Nada sin ti, después de haber trabajado cuatro días en el Nada sin nosotros.

Un primer hito de la conferencia ya había tenido lugar el 2 de febrero. En medio del frío glaciar del invierno alemán, el Día de la Presentación del Señor, los participantes con los símbolos de sus países – entre coronas, Peregrinas, patenas, espigas, carros de triunfo, símbolos del Padre – ingresaron al pequeño Santuario Original, llevándole lo que en sus países ha crecido de aquella Alianza de Amor que el Padre Kentenich y unos jóvenes sellaron aquí hace casi 100 años. Luego de este momento, los participantes iniciaron una peregrinación subiendo al Monte Schoenstatt que culminó en el lugar de reposo de nuestro Padre y Fundador, lugar de encuentro de sus hijos espirituales. Poco a poco los símbolos fueron depositados también sobre su tumba mientras, en un clima de entrega, compromiso y emoción, se entonaba una y otra vez: "Padre, tu herencia nuestra misión, aquí estamos, vamos contigo, nuestra mano en tu mano, nuestro corazón en tu corazón". "Tantas veces hablamos de la corriente de retorno", dijo un participante. "Ahora la vivimos" – y gracias a la trasmisión en vivo por Schoenstatt-tv cientos de schoenstattianos alrededor del mundo pudieron vivirlo también.

Con otro hito religioso la Conferencia, que día a día estuvo rodeada y apoyada por una fuertísima corriente de oración en todo el mundo, concluyó el 7 de febrero. Cada país representado recibió en el Santuario Original una teja del techo del Santuario Original: símbolo de la Alianza de Amor, don y tarea, y recuerdo para el 2014.

Una misión a cumplir, un mensaje a compartir: la vida se encenderá en la vida

Vivimos momentos de entrega heroica que sólo se dan cuando el corazón está lleno de fuego: traductores durmiendo frente a las computadoras a las tres de la mañana, despertándose con una sonrisa para seguir trabajando; interpretes no-profesionales en las cabinas traduciendo hasta no poder hablar más; servidores jóvenes corriendo tres veces en 30 minutos los 300 metros que separan la sala de conferencia del secretariado para entregar copias a los participantes; moderadores pensando hasta el último momento antes del comienzo si realmente no hacía falta alguna intervención más por lo valiosa que era cada una de ellas; participantes que optaron por trabajar una hora más a la noche para seguir adelante con las conclusiones, peregrinando en las breves pausas del mediodía al Santuario Original para implorar las gracias del lugar de origen…

En el espíritu de lo vivido y definido, también llegamos - aunque no sin discusiones y renuncias a propios planes - a decidir cómo queremos celebrar los 100 años de la Alianza de Amor: con una peregrinación masiva a Schoenstatt, al Santuario Original, el 18 de octubre, para renovar, acá y en todo el mundo, la Alianza de Amor: "A partir de los aportes de los distintos países percibimos claramente que la MTA nos invita a una peregrinación abierta al santuario original el 18 de octubre de 2014. El lugar y el tiempo tienen para nosotros carácter de sacramentales. La celebración en el lugar de origen debe estar en conexión simultánea con todo el mundo. Así se manifiesta la amplitud de irradiación de la corriente de gracias del santuario original y la gran fecundidad que retorna al Schoenstatt original después de 100 años". Después, también con una peregrinación masiva de nuestra Familia internacional, queremos ir a Roma, llevando los frutos de nuestro compromiso misionero, para solicitarle al Santo Padre el envío apostólico.
Partimos de la Conferencia con una misión a cumplir, un mensaje a compartir: Comienza la preparación común de la familia del Padre en todo el mundo para el año de gracias, 2014: "De acuerdo al deseo de la mayoría de la asamblea se pidió que se estableciera un trienio cuyo contenido debe encauzar las ya mencionadas corrientes de vida de la Familia internacional. Finalmente sugerimos que a la brevedad se inicie la peregrinación por el mundo del Símbolo del Padre regalado por el Fundador. Anhelamos que en torno a su persona, nuestra Familia se purifique y crezca en la unidad para fortalecernos en nuestra misión al servicio de la Iglesia y de la sociedad".

Queda agradecerles a todos los que durante la Conferencia nos acompañaron con sus oraciones y su capital de gracias. Pueden estar seguros que verdaderamente se hicieron sentir.

Equipo de PreparaciónP. José María García - Hna. M. Luciane Machens
Fuente: Schoenstatt.de

sábado, febrero 07, 2009

Una semana de Cenáculo

05.02.2009 – Konferenz 2014 – Schoenstatt
Homilía: P. Alexandre Awi de Melo, Brasil

Misa por la Unidad de los Cristianos – Memoria de Santa Águeda, virgen y mártir
1. El Centenario de Schoenstatt en el 2014 debe ser:
a) una fiesta de celebración de los frutos de santidad en estos 100 años de historia;
b) un envío comunitario para el pleno cumplimiento de la misión para la cual nacimos y que aún estamos muy lejos de realizar.

2. Fiesta de celebración de los frutos de santidad: es lo que describe la primera lectura.

“Os habéis acercado al monte Sión, a la ciudad del Dios vivo, a la Jerusalén celestial, a lareunión (festiva) de millares de ángeles, a la asamblea de los primogénitos que están inscritos en los cielos, a Dios el juez de todos, a los espíritus de los justos ya hechos perfectos, a Jesús el mediador del nuevo pacto, y a la sangre rociada que habla mejor que la de Abel.”

- fiesta de los santos, de nuestros héroes, que rociaron su sangre, como la mártir Águeda (s.III), que hoy celebramos. ¡Cuántos mártires hemos ofrecido a la Iglesia y al mundo de hoy!
_ fiesta de la nueva Alianza, de la Alianza de Amor con María, nueva iniciativa de Dios, que nos ayuda a vivir plenamente la eterna Alianza en Cristo. ¡Cuántos aliados, cuantos discípulos de Jesús, hemos ofrecido a María y, a través de ella, a la Iglesia y al mundo!
Por lo tanto: ¡el 2014 queremos celebrar, hacer fiesta, unirnos a la fiesta celestial y vivir aquí el cielo! Para nosotros brasileños: ¡queremos tener una
experiencia de Tabor!
3. Pero el evangelio nos saca de la fiesta. ¡Y de lo alto del Tabor nos empuja hacia abajo! En Brasil hemos popularizado la expresión: ¡“desce do Tabor”!

(¡Bájate del Tabor!) ¡Es el envío misionero! ¡Un texto clásico que muestra cómo Jesus transformó sus discípulos en misioneros! Esto fue también lo que el Papa y nuestros obispos latinoamericanos nos pidieron en Aparecida: ¡que seamos una Iglesia de discípulos-misioneros del Señor! El Centenario quiere ser para Schoenstatt también un momento como éste. No basta con ser discípulos, ¡tenemos que ser misioneros del Señor y de la Señora! Siempre me intrigó el hecho de que Jesús haya enviado a sus discípulos para la misión con tan poca cosa. En el relato de Marcos, sólo tres cosas son mencionadas: un báculo, sandalias y una túnica. Pero también hay una cuarta cosa, que muchas veces no percibimos: los envió en comunidad, de a dos. No los envió solos: cada uno tenía al otro para realizar la misión. Hablando alegóricamente, ¿qué significado simbólico pueden tener estas realidades para nosotros?

- el báculo (un cayado), símbolo del pastor, puede recordar la conducción carismática de nuestro Padre Fundador. “Cor unum in Patre”. Hoy él necesita otros pastores que lleven su cayado. Estos pastores y pastoras somos nosotros, los dirigentes de su Familia de Schoenstatt (corriente del Padre).
- la túnica me recuerda el manto de María, nuestra Madre y Reina. Nuestra misión es cubrir el mundo con el manto de María, es llevar el mundo a la Alianza de Amor con ella y el Dios Trino, en todas sus relaciones y ámbitos de la vida (corriente mariana).
- las sandalias quieren ser un símbolo del espíritu misionero, pues traen a nuestra memoria los pasos de nuestros héroes (Pozzobon, Mario, Engling, etc.). ¡Los zapatos de Pozzobon recorrieron más de 140.000 Km.! ¿Y los nuestros? ¡Necesitamos sandalias de misioneros para salir de nosotros mismos y consumir todas nuestras fuerzas por la realización de nuestra misión mariana! Como dijo el P. Kentenich al P. Carlos Sehr: “Nuestra misión mariana nunca me dejó tranquilo...”) (corriente misionera).
- el envío en comunidad quiere recordarnos que nadie (y en nuestro caso: ninguna comunidad) puede cumplir solo(a) la misión; nos necesitamos mutuamente. Tenemos que andar juntos; cansarnos juntos; disentir y discutir juntos; luchar, vencer y fracasar juntos; pelear y reconciliarnos juntos, amarnos mutuamente y ser capaces de demostrar este amor! (corriente de unidad).

En los primeros cien años de Schoenstatt necesitamos consolidar nuestras comunidades y por esto no siempre logramos caminar juntos. En los próximos cien años: ¡o andamos juntos o no andaremos más! ¡O somos Familia o no seremos nada más! ¡Dividirnos es dividir al Padre! Un fundador “dividido” nunca será reconocido ni canonizado. Unirnos – no sólo en espíritu sino también fortaleciendo nuestras estructuras federativas – ¡es tornar al Padre vivo para la Iglesia y el mundo de hoy! Para cumplir la misión de Schoenstatt en los próximos cien años, necesitamos “muy pocas cosas” (como los apóstoles en el evangelio): el cayado de la presencia conductora de nuestro Padre, el manto de la Alianza de Amor con nuestra Madre en el Santuario, y las sandalias de la radicalidad misionera de nuestros héroes. ¡Pero todo esto sólo será posible si lo hacemos en Familia, en comunidad! Por esto estamos aquí viviendo este momento histórico, de diferentes países, de diferentes comunidades. ¡Nadie puede realizar solo la misión!

Quizás por esto Dios había previsto que hoy celebráramos la Misa por la Unidad. Creo que aquí tenemos una clave importante para los próximos 100 años de Schoenstatt.

Que digan de nosotros, los schoenstattianos, lo que Tertuliano testimonia que se decía de los primeros cristianos: “¡Miren cómo se aman!”. Nuestro Padre nos pensó federativos para que fuéramos un caso ejemplar para la Iglesia en la vivencia de la unidad en la diversidad de los carismas. En Schoenstatt debemos previvir lo que la Iglesia debe ser.
Puedo dar testimonio de lo bonito que ha sido vivir esto en nuestra Central de Asesores en Brasil, y sé que en muchos otros lugares esto también acontece.

Ésta debe ser una marca del Schoenstatt del nuevo siglo. Y públicamente quiero agradecer a los asesores aquí presentes. En el “Cor unum in Patre”, que rezamos todos los días como asesores, hemos aprendido a confiar siempre más en el otro, valorándonos y amándonos mutuamente. Respetando y valorando las diferencias, realizando una estrategia común, en la osadía de construir juntos, complementándonos mutuamente, llegando a consensos, renunciando a perspectivas particulares a favor del bien común de la Obra.

Este camino es mucho más lento y difícil, pero es la única forma de ser lo que nuestro Padre soñó para nosotros como familia: “¡uno en el otro, con el otro, para el otro, y juntos en el corazón de Dios!”. (Fácil decirlo cuando el otro es el Padre o la Mater, pero cuando es una asesora o un asesor que no me cae bien...).

Estoy convencido de una frase de Dom Helder Cámara, importante obispo en la historia de la Iglesia de Brasil: “sueño que se sueña solo es sólo un sueño; pero sueño que se sueña juntos se hace realidad. ¡Bienaventurados los que sueñan juntos, porque correrán el dulce riesgo de ver sus sueños hechos realidad!”.

La preparación al 2014 es una magnífica oportunidad que Dios nos concede para “correr ese riesgo”, para prefigurar de forma ejemplar el Schoenstatt del nuevo milenio, para realizar con todas las fuerzas este sueño: en el Padre, desde la fuerza de la Alianza de Amor, con marcado espíritu misionero y en familia. 2014 quiere ser la celebración de 100 años de fidelidad como discípulos, pero, sobre todo, un envío comunitario a 1000 años más de acción como Familia de misioneros.

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Conferencia 2014: Impresiones de un participante
Joaquín Lavini

Es la primera vez que se convoca a los santos lugares a la familia internacional de Schoenstatt a una conferencia de este estilo. Es emocionante escuchar la diversidad de idiomas hablados (inglés, francés, portugués, húngaro, checo, italiano, alemán, español…), que al decir de un participante "es una Babel que la han resuelto tecnológicamente con la traducción simultánea". Pero lo que emociona es el común denominador: LA ALIANZA DE AMOR que une a todos y los hace ser familia, Familia del Padre.

La fraternidad, la alegría y la familiaridad que se visualiza en los participantes es una muestra de la vida de alianza. Estas actitudes favorecen una muy positiva participación en los foros.
Josef Wieland y Sabine Wehner moderan con mucha habilidad los distintos plenarios permitiendo una amplia y ordenada participación de cada uno en las puestas en común. En estas, los representantes de las distintas comisiones vuelcan las conclusiones de lo elaborado en los talleres, donde se analizan los frutos de la Alianza de Amor en cada uno de los países y las características del envío que implicará el 2014.

Se destaca la calidad y servicialidad de los jóvenes y no tan jóvenes servidores de distintos países que facilitan la operatoria, como también los traductores que tienen una ardua tarea.

Fuente: Schoenstatt.de
Conferencia 2014

SALUDO DE BIENVENIDA – JORNADA DE PLANIFICACIÓN, 1-2-09
P. Heinrich Walter

¡Queridos Directores y Hermanas del Movimiento
queridos representantes nacionales de nuestro Movimiento!

En nombre de la Presidencia General les doy una cordial bienvenida. Hemos esperado con anhelo su llegada, los equipos de trabajo se han esforzado para tener todo preparado.¡Siéntanse en casa! A menudo hemos escuchado en visitas a algunos países: mi casa es su casa. Hoy podemos responderles: nuestras casas son sus casas. Bienvenidos, most welcome.

El Padre reúne a sus dirigentes de todo el mundo en su casa. Con esto ya comienza la preparación al Gran Jubileo del 2014. De reojo miramos hacia Davos, en Suiza. Allí está reunida la elite de la economía mundial. Tienen mucha más competencia en sus filas, poder político y económico. Los observamos en su manejo de la crisis mundial, aunque miramos el mismo mundo desde otra perspectiva. También nosotros nos preocupamos de un mundo mejor, un mundo más moral, sostenido por la humildad ante Dios y por la solidaridad en una recíproca alianza del amor. Davos tiene una desventaja: no tienen a nuestro Padre que dé orientación profética. Esta ventaja nos compromete en estos días para realizar un trabajo cualificado en la responsabilidad ante él y ante todo el Movimiento.

Somos los más estrechos colaboradores de nuestro Padre. Somos sus jefes. Nos recibió allí afuera con los brazos abiertos. Nos ha abierto su casa. Su casa es nuestra casa. Con él estamos en casa. Los mayores entre nosotros dirán: cuando en 1965 estuvimos en Roma, era diferente; allí nos interpretó el Concilio, unificó las corrientes que había entre nosotros, dio seguridad en la interpretación del tiempo, nos condujo y nos educó.
Lo echamos de menos. Los más jóvenes no lo experimentaron nunca así. Buscaron caminos para encontrarlo y dicen: él vive en nosotros. Su carisma vive en nosotros. Él actúa a través de nosotros. Él interpreta a través de nosotros el acontecer del mundo. Nosotros continuamos conduciendo su obra.

¡Queridos responsables!
Como su Familia somos los portadores de su carisma. Él sólo nos tiene a nosotros. Está orgulloso de cada uno y su herencia continúa viviendo en nosotros. En una familiar confianza podemos mostrarnos la vida que ha crecido, todos los conocimientos y también las preguntas abiertas. En una Familia lo importante es la recíproca complementación. Ninguno tiene todo pero cada uno tiene una parte en el carisma y unidos podemos ser grandes y fuertes. Luego de muchas visitas, he vuelto abundantemente enriquecido al Santuario original. Los carismas originales de las Familias locales son nuestra gran riqueza. Nos podemos complementar unos con otros.
Veo ante mí el íntimo amor al Padre en la estatua de Querétaro, el servicio de reconciliación del pueblo en Bujumbura, la irradiación de las jóvenes familias en torno al Santuario de Los Pinos (Viña del Mar, Chile), la conciencia social y política en Asunción, la pasión pedagógica en los muchos colegios, la competencia en la formación del matrimonio y familia, el impulso misionero de miles de jóvenes en este mes y la voluntad de configuración en el “Foro del Futuro” en Alemania. Queremos escuchar estos testimonios. Ellos hacen ver que el carisma de nuestro Padre vive en la Familia. Comenzamos una semana de conducción federativa de nuestro Movimiento. La autoridad del fundador, su (autoridad) para configurar y conducir no tiene sucesor. No hay un Presidente con las mismas facultades de acción de un fundador, como en el movimiento de los Focolares. El P. Kentenich quiere regalarle al mundo un nuevo modelo, que él ha “espiado” o extraído de la vida misma. Concibió su obra federativamente. A esto corresponde que procedamos con autoridad en principio y democráticamente en la aplicación. La Presidencia Internacional tiene la última responsabilidad por el carisma de Schoenstatt y por la unidad de la Familia. Pero no tiene el bastón de mando. Es la instancia coordinadora para aquello que ustedes mueven como responsables de las Centrales nacionales. Nuestro Padre practicaba la dirección a través de autoridad moral y de corrientes de vida. Este es un arte difícil. Nos dejó en herencia la “ley de construcción” a la que le bastan sólo las obligaciones necesarias y que necesita mucha libertad. Pero lo decisivo es el permanente cultivo del espíritu, para que la vitalidad y la constante renovación estén aseguradas. Sabemos que nuestra estructura federativa suena muy bien pero representa un gran desafío. Puede también bloquear y paralizar en vez de generar vitalidad y dinamismo. En eso estamos, aprendiéndolo cada vez mejor. Por eso me alegro de que la mayoría de los miembros de la Presidencia General puedan estar presentes. Tenemos la oportunidad única de escuchar en vivo los testimonios de la vida que viene de los 33 países. Podemos vivir una semana en directa comunicación entre nosotros. Se preparará así el terreno para que después de la jornada, a partir de la vivencia común, pueda confirmar las ideas y propuestas trabajadas y clarificar preguntas abiertas.

En el camino hacia el año 2014 queremos aprovechar las oportunidades de la federatividad. Nuestro Padre quería a través de ella lograr un “plus” en plenitud de vida, mayor variedad. Quería abrirle la puerta a la vida más fuerte y posibilitar iniciativas que provengan de la base. Todo esto resulta cuando hay espíritu de generosidad. La vida auténtica viene desde adentro y de las pequeñas células. En la pluralidad surgirá una tensión creativa. Así concibió los Cursos en nuestras Federaciones e Institutos. Estas chances avanzan cuando unos a otros nos damos un anticipo de confianza. Cada uno quiere dar lo mejor por amor a la Familia. Nadie lo puede todo, nos necesitamos unos a otros. Cada uno pone su parte del carisma, su parte del manto de profeta de nuestro Padre. Ansias propias de dominación, quiera el Espíritu Santo echarlas fuera. Entonces podemos tratarnos unos a otros libres de angustia y encendernos con el fuego de la misión.

Al inicio de estos días le pedimos a la Santísima Virgen las actitudes del espíritu del Cenáculo. Quiera Ella mañana, en el día de su fiesta, regalarnos este espíritu cuando peregrinemos al Santuario original:

· el respeto por los testimonios de la vida vivida de ramas y países;
· el respeto ante las originalidades nacionales y culturales;
· la actitud de que no cuentan la cantidad numérica ni la nacionalidad, sino los dones del Espíritu y la vida que ha generado la gracia;
· la confianza que cala más hondo que cualquier opinión preconcebida, que cualquier sospecha y cualquier prejuicio;
· el escuchar atento, que nos ayuda a descifrar lo que Dios quiere decir a través de los otros;
· el valor de representar con confianza en sí mismo, lo que la voz del Espíritu Santo me dice.
· El amor en nuestra Alianza, que nos hace libres de concepciones y necesidades propias para servir al bien del conjunto.

Querida Familia del Padre:

Vivimos en alianza de amor con María y a través de Ella con el Dios trino. Que esta semana nos compruebe cuán profundamente vivimos en alianza de amor recíproca entre naciones y comunidades. Donde está María está muy cerca el Espíritu Santo. Que nos conduzca, que nos señale el camino, que nos regale corazones abiertos y la valentía de nuestro Padre.

¡Cordialmente bienvenidos en la casa del Padre!

P. Heinrich Walter


SALUDO DEL ARZOBISPO DE FRIBURGO Y PRESIDENTE DE LA CONFERENCIA EPISCOPAL ALEMANA MONS. DR. ROBERT ZOLLITSCH A LOS DIRIGENTES DEL MOVIMIENTO APOSTÓLICO DE SCHOENSTATT

Queridos participantes en la Conferencia de dirigentes:

Me alegra mucho que, con ayuda de la técnica actual, pueda estar presente en vuestra Conferencia en días tan apasionantes para nuestro Movimiento. ¡Los saludo con gran afecto! Unidos en la alianza de amor nuestros corazones laten al unísono y percibo nuestra comunión. Al mismo tiempo les agradezco por el gran compromiso que aportan a Schoenstatt.

Es impresionante ver lo que ha surgido en el mundo a partir de la fundación de Schoenstatt; ¡tantas cosas nos han sido regaladas!. Hemos podido impulsar muchas cosas, hemos podido apoyar muchas iniciativas, y ofrecer una y otra vez valiosos impulsos. Pronto 200 Santuarios constituirán una red de amor en nuestro mundo que moverá poderosamente los corazones de los hombres. Podemos constatarlo con admiración y llenos de alegría cuando ahora avanzamos a grandes pasos hacia el Jubileo que celebraremos el año 2014. Los cien años del Movimiento de Schoenstatt nos plantean sin embargo varias exigentes preguntas. En muchos países, justamente también entre nosotros en Alemania, nuestro Movimiento ya no está en proceso de construcción, sino que está establecido y arraigado. Con todas las ventajas que esto significa, que nos permiten actuar en la amplitud. Y sin embargo – un proceso que es del todo natural – a esto se une un gran peligro: el de instalarse, de llegar a ser inmutable, inmóvil, dejando en lo posible todo así como está ¡Qué profundo contraste con aquello que nuestro Padre y fundador nos confió desde el inicio! Hay que despertar siempre de nuevo ese espíritu profético de preguntarse por la voluntad de Dios tras las voces del tiempo, de entregarse sin seguros a la fe práctica en la divina Providencia, ¡Lo decisivo es la mirada hacia el futuro!

En realidad no estamos sólo ante un jubileo, sino que estamos ante preguntas decisivas para nuestro propio Movimiento. Es claro que un movimiento de renovación que cumple cien años, no puede instalarse solamente en las viejas formas y juegos de palabras. Renovación significa preguntarse siempre de nuevo lo que exige el tiempo actual; preguntar hacia dónde nos dirigimos, cómo podemos marcar, sellar, nuestro tiempo y nuestra sociedad. Este encargo básico de nuestro fundador hay que trasplantarlo siempre de nuevo. Él nos dio el ejemplo con palabras y con hechos : hoy podemos continuar su obra: ¡qué tarea tan honrosa!

Una cosa me preocupa especialmente. Sobre el sarcófago de nuestro Padre está escrita la frase, tomada de la Epístola a los Efesios (Ef. 5,25): “Dilexit ecclesiam” – amó a la Iglesia. Sabemos que ese amor fue sometido a una dura prueba; sabemos que el Padre Kentenich a pesar de ello lo conservó siempre con fidelidad. Y somos testigos de cómo este amor encontró respuesta hasta el punto de que en nuestros días, el proceso de beatificación en la diócesis de Tréveris puede terminar y las actas pueden ser llevadas a Roma. Lo percibimos con claridad: el camino de Schoenstatt se introduce en la Iglesia, va directamente a Roma, como lo señala el Centro Internacional de Roma en Belmonte. Para nosotros, como Movimiento, se nos plantea con ello cada vez más la pregunta: ¿qué le damos a la Iglesia, qué aporte podemos entregarle a la Iglesia en el mundo?

Muchos esperan esto y el próximo jubileo nos desafía a seguir avanzando y a entregar en nuestra Iglesia lo que nos ha sido regalado. Vivimos a partir de la fe práctica en la divina Providencia y estamos día a día “buscando huellas” para conocer el actuar de Dios e interpretar a la luz de la fe los signos de los tiempos. En la alianza de amor configuramos nuestra vida cotidiana como contrapartes de Dios y de la Santísima. Virgen y podemos experimentar que estamos unidos por una red de alianzas y que por ellas podemos vivir. Continuemos extendiendo esta red e invitemos a otros a dejarse anudar con esta red por la Santísima. Virgen, nuestra “anudadora en la alianza”.

Lo dinámico, la disponibilidad para ponerse en marcha se nos exige, si no queremos pasar a la historia como un movimiento más del siglo xx, entre muchos otros, sino que queremos seguir trayendo la renovación y la visión profética de nuestro Padre a la Iglesia. Las puertas para ello están abiertas para nosotros, estamos invitados para caminar llenos de confianza hacia el futuro y ofrecerle así un esencial servicio a la Iglesia. El tiempo está maduro para ello; veamos cómo, cien años después de nuestra fundación, podemos dar un nuevo impulso a la Iglesia y renovarnos interiormente nosotros mismos, para plantearnos los desafíos actuales de nuestro tiempo. Muchos lo esperan, lo sé por numerosas conversaciones. ¿Qué podemos hacer con este interés? Lo decidimos nosotros mismos. ¡Está en nuestras manos!

lunes, febrero 02, 2009

¿Somos hipócritas o servidores?

Padre Nicolás Schwizer

En las Sagradas Escrituras, frecuentemente, Jesús ataca a los escribas y fariseos. Invita a los suyos a hacer y cumplir lo que enseñan, pero no imitarlos en su conducta. Son críticas duras que les hace a los dirigentes espirituales de su pueblo. En concreto les echa en cara lo siguiente:

· no cumplen lo que enseñan
· imponen cargas pesadas a la gente, pero ellos ni las tocan
· quieren aparentar ante los demás
· buscan los primeros puestos y los saludos en las plazas

Ahora, uno podría pensar que estas actitudes fueron propias de esta gente y que con su muerte se acabaron. Lastimosamente no es así. Este discurso de Jesús se dirige, por eso, también a los cristianos de todos los tiempos. Se dirige a las autoridades de la Iglesia y se dirige igualmente a cada uno de nosotros.

Porque los fariseos no son una categoría de personas. Se trata, más bien, de una categoría del espíritu, de una postura interior. Es un bacilo siempre dispuesto a infectar nuestra vida religiosa.

Todos somos fariseos:
· Cuando reducimos la religión a una cuestión de prácticas espirituales, a un legalismo estéril;
· Cuando pretendemos llegar a Dios dejando de lado al prójimo;
· Cuando nos preocupamos más de “parecer” que de “ser”;
· Cuando nos consideramos mejores que los demás.

Toda esta plaga tiene un único y solo nombre: hipocresía. Por eso, con toda justicia, fariseísmo se ha convertido para nosotros en sinónimo de hipocresía.

Los hipócritas tienen una “doble cara”, una vuelta hacia Dios y la otra hacia los demás. Y, sin duda, la cara que mira a Dios es horrible, espantosa.

Para Cristo, la ley no era un ídolo, sino que era un medio. Tenía la tarea de empujar al hombre hacia adelante, de ayudarle para crecer.

El desafío que hoy nos presenta Jesús es, entonces: amor o hipocresía. Porque amar significa servir. Quien ama realmente, sirve a los demás, se entrega a los hermanos.

Es la actitud de Cristo. Toda su vida en esta tierra no fue sino un servicio permanente a los demás. Y al final entrega hasta su vida por nosotros, para liberarnos y salvarnos.

Y es también la actitud de María. En la hora de la Anunciación se proclama la esclava del Señor. Nosotros muchas veces creemos que estamos sirviendo a Dios porque le rezamos una oración o cumplimos una promesa. Miremos a María: Ella le entrega toda su vida, para cumplir la tarea que Dios le encomienda por medio del ángel. Cambia en el acto todos sus planes y proyectos, se olvida completamente de sus propios intereses.

Lo mismo le pasa con Isabel. Sabe que su prima va a tener un hijo y parte en seguida, a pesar del largo camino de unos cien kilómetros. No busca pretextos por estar encinta y no poder arriesgar un viaje tan largo. Y se queda tres meses con ella, sirviéndola hasta el nacimiento de Juan Bautista.

Hace todo esto, porque sabe que en el Reino de Dios los primeros son los que saben convertirse en servidores de todos. Cuando el ángel le anuncia que Ella será Madre de Dios, entonces María comprende que esta vocación le exige convertirse en la primera servidora de Dios y de los hombres.

Pidamos a Jesús y a María que nos regalen ese espíritu de servicio desinteresado y generoso, que ellos han vivido tan ejemplarmente. Sólo con ese espíritu podremos enfrentar los desafíos del mundo de hoy. Sólo con ese espíritu podremos ser instrumentos aptos para construir un mundo nuevo.

Preguntas para la reflexión

1. ¿En qué grupo estoy, hipócritas o servidores?
2. ¿Cómo podemos servir a los demás?
3. ¿Qué actitud de María puedo adoptar?

Si desea suscribirse, comentar el texto o dar su testimonio, escriba a: pn.reflexiones@gmail.com
Fechas importantes febrero 2009

02 Presentación del Señor y fiesta de la Candelaria

03 San Blas
06 Nacimiento Hna. M.Emilie Engel (1893-1955)

11 de febrero Nuestra Señora de Lourdes

18 Día de Alianza

18 Santa Bernardita
25 Miércoles de Ceniza. Comienzo de la Cuaresma (ayuno y abstinencia)