La alianza de amor es fuente de alegría

La alegría en tiempos difíciles

Cada día, vemos en los medios de comunicación y en las redes sociales diversas noticias y sucesos que tienen que ver con problemas graves de la sociedad y el mundo actual, crisis económicas y sociales. El hambre, la pobreza no solo de recursos económicos, la emergencia climática, los conflictos y guerras en distintos lugares del mundo, con todo lo que ello implica. El racismo, la discriminación y tantos otros problemas que nos causan desánimo frente a las dificultades y adversidades, nos traen inseguridades y preocupaciones.

La alegría en tiempos difíciles debería ser una característica y advertirse en todo cristiano. El P. Kentenich afirmaba que en un ambiente de alegría crecen todas las virtudes.

El hombre de hoy sufre un fuerte desarraigo espiritual, sin saber dónde centrar su espíritu. Aparecen las inseguridades e incertidumbres, la falta de sentir y experimentar hogar en su propio corazón y en el de otros.

El Padre Kentenich nos dice que el ser humano no puede existir sin la alegría y la felicidad.

Esta realidad nos invita a vivir en profundidad nuestra alianza de amor, a cultivar una esperanza y confianza en la Mater más heroica y magnánima, nos desafía a encarnar una alegría anclada en María.

No podemos privarnos de la alegría

Los aliados de María no podemos privarnos de la alegría y vivir con desánimo y frustraciones. Debemos cultivar la alegría en todo momento y circunstancia, priorizando lo que somos y no lo que tenemos.

El Santuario es nuestro hogar. Allí María, mediadora de todas las gracias, nos regala su corazón maternal y espera nuestra entrega y fidelidad. María, madre y educadora, actúa en una triple dimensión a través de las tres gracias del Santuario (cobijamiento espiritual, transformación interior, espíritu apostólico).

La alianza, fuente de alegría

Los tiempos de fundación de Schoenstatt también eran tiempos difíciles -conocemos la historia-, el Padre Kentenich supo escuchar e interpretar la voz y los deseos de Dios. El fundador nos dice que el ser humano no puede existir sin la alegría, sin la felicidad. “El que no cultiva la alegría, echa a perder su carácter hasta la médula”.

Junto a los jóvenes, selló una alianza con María pidiéndole que se estableciera en el Santuario, convirtiéndolo en un lugar de gracias. La Alianza de Amor es una forma original de vivir nuestra alianza bautismal, “la fuente de vitalidad y centro de la espiritualidad de Schoenstatt”.

María es el medio más rápido y seguro para acercarnos a la Santísima Trinidad. Ella vivió en permanente alegría, aun en los momentos de sufrimiento, transformando el dolor en gozo, difícil de lograr, pero posible en la fecundidad de la Alianza de Amor.

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