sábado, julio 18, 2015

Carta de Alianza julio 2015

Queridos hermanos en la Alianza,

El schoenstattiano sabe que la patria es un don y una tarea. Es don porque la hemos recibido gratuitamente; es tarea, porque debemos cuidarla y hacerla progresar. Una de las concreciones, es hacerlo a través de la emisión del voto responsable. Es parte del compromiso cívico, propio de aquél que no sólo es habitante, sino ante todo ciudadano. Votar es también “salir al encuentro” de los hermanos en un gesto solidario y responsable. A esta luz surgen varias preguntas: ¿cómo discernir a la hora de votar? ¿Existen criterios para elegir un candidato? ¿Qué aspectos deberían tenerse en cuenta?
Mi propuesta es usar unos “espejos” con los cuales mirar y juzgar las personas que están en la palestra de nuestras opciones. Esto es lo que les sugiero en esta Carta de Alianza, que rompe el orden de los temas que veníamos reflexionando, pero que no está lejano a nuestro lema.
Primer espejo: miramos si la persona es idónea y la creemos capacitada para el cargo. No basta que sea buena. Es preciso que sea capaz y haya dado muestras de su excelencia, seriedad y eficiencia en una función de mando y conducción, cualquiera haya sido.
Segundo espejo: observemos si es firme de carácter. No debería ser esclavo de las influencias inmediatas, de amiguismos o de aduladores de turno. Debería tener la suficiente fuerza para rechazar el soborno y la plata dulce, pues la corrupción es el mal de los gobiernos: “La corrupción es la hierba mala de nuestro tiempos. Infecta la política, la economía, la sociedad. Amenaza hasta la Iglesia. Es el cáncer moral que ha envuelto a la Argentina” (Papa Francisco).
Tercer espejo: vemos las plataformas y los valores fundamentales que defienden. Nos interesa especialmente el valor de la vida, la verdad, la justicia y la solidaridad. Estos valores no son negociables. Un sistema que acepta abiertamente el aborto, por ejemplo, no debería ser preferencial para un católico.
Cuarto espejo: visualizamos si dieron ejemplo de vivir lo que proclaman. Es la coherencia entre el decir y el hacer, tanto en la vida privada como pública del candidato. Hay políticos que en sus campañas proclamaron honestidad, pero hoy están siendo juzgados por enriquecimiento ilícito, por negocios incompatibles con la función pública, la supuesta compra fraudulenta de empresas y malversación de fondos o falsificación de documentos... Esto no lo podemos saber fehacientemente de antemano, pero bien podemos analizar cómo se desarrolló su estilo y hábito político.
Quinto espejo: vemos si es imparcial. Precisamos gobernantes y partidos que velen por el todo, por el bien común. Que sepan respetar las tensiones inherentes al cargo. La autoridad deberá estar libre para poder juzgar por encima de los intereses privados e individuales. Un sistema está viciado, por ejemplo, cuando muchos de los miembros del poder judicial no pueden gozar de imparcialidad, pues están comprometidos, o manipulados.
Sexto espejo: miremos también la sobriedad y sensibilidad para captar las necesidades de los pobres y más necesitados. ¿Se preocupará por proporcionar fuentes de trabajo y no solamente dar paliativos que paralizan la creatividad: dará pescado o enseñará a pescar? ¿Brindará un sistema de salud eficiente? ¿Garantizará un sistema educativo y una seguridad pública seria y no viciada? El político al que le interesa la ostentación -que brinda una imagen de “poderoso mundano”- no va a procurar servir a los demás, sino a sus propios intereses. ¿Hay búsqueda de esquemas superadores y nuevos?
Séptimo espejo: ¿percibimos en su rostro y comportamiento gestos de unidad y búsqueda de integrar a todos, lejos de divisiones y crispaciones sociales? Un dirigente que no une, no sirve para la Argentina de hoy. Quien dirige y manda tiene que crear consenso, tener equipos de trabajo que lo respalde y le regalen creatividad. Deberá aceptar las críticas de la oposición cuando son verdaderas, reconocer sus errores y límites y dejarse complementar. Sólo el necio cree saberlo todo y piensa que no precisa de los demás para crecer y gobernar.
Es probable, queridos hermanos, que a la hora de votar, no encontremos candidatos que respondan a todos los requisitos. Habrá que sumar y restar y optar por aquél que resuma mayores puntos positivos. Antes de hacerlo, sería bueno rezarle al Espíritu Santo para que nos ilumine. Siempre es bueno implorar por la patria, con la oración que compuso en Dachau el Padre Fundador (Hacia el Padre, 628):
“Madre, con tu Hijo Divino  desciende a los caminos de nuestra patria
 para que, siguiendo vuestras huellas, encuentre la paz verdadera y estable.
 Patria, sólo tendrás salvación si, en amor, te unes a María y a su Hijo. Amén. (628)

Bendiciones en este día de Alianza!
           P. Guillermo Carmona

domingo, julio 05, 2015

Reflexiones

Amar a los enemigos

 Padre Nicolás Schwizer

N° 170 -  01 de julio de 2015

La ley del amor del cristiano es universal, sin límites. No podemos excluir a nadie: ni a cristianos ni a paganos, ni a ricos ni a pobres, ni a amigos ni a enemigos, ni a personas simpáticas ni antipáticas. Pero no podemos regalar a todos el mismo amor. Existe un orden en el amor.

1º. Estamos nosotros mismos. Cristo supone este amor propio, cuando nos dice que la norma para el amor al prójimo es el amor a nosotros mismos. Pero tiene que ser un amor sano, equilibrado, maduro – no un amor egoísta.

2º. El amor a nuestros seres queridos: familiares, amigos, personas cercanas. Porque “el amor ha de comenzar por casa”.

Y resulta que muchas veces es más difícil amar a los cercanos que a los lejanos. Puede pasar por ejemplo en un matrimonio o en una comunidad religiosa: con el correr del tiempo uno se olvida de los valores y virtudes del otro y se fija casi sólo en sus defectos. Uno se molesta más por los defectos que se alegra por los valores del otro.

3º. También son prójimos los que nos han hecho mal: puede tratarse de una falta de caridad, como por ejemplo desatenciones, pequeñas ofensas, mal humor, o pueden ser injusticias, como injurias, calumnias, robos. A este tipo de personas las llamamos enemigos nuestros.

Exigencias de Cristo para ser sus discípulos. El Evangelio nos muestra los distintivos del verdadero cristiano. Nos presenta las exigencias del Señor para todos aquellos que queremos ser sus discípulos.

+ Son exigencias muy claras: tenemos que amar a los enemigos. Tenemos que amar sin esperar retribución de los demás. Tenemos que amarlos como queremos que ellos nos amen a nosotros.

+ Son exigencias muy concretas: por ejemplo: hacer el bien a los que nos odian. Orar por los que me injurian. Al que me pega, ofrecerle también la otra mejilla. Al que me roba la capa, darle también la túnica.

Prestar a los demás, sin esperar que me lo devuelvan. Son exigencias tan concretas, que nadie puede escaparles o decir que nos las entiende.

+ Son exigencias muy difíciles: se trata de un ideal muy alto, difícil de alcanzar. Porque se trata de criterios totalmente opuestos a los que valen en nuestro mundo de hoy:
·         Criterios del amor – no del egoísmo o instinto.
·         Criterios de la generosidad – no de la estrechez de espíritu.
·         Criterios de Dios – no criterios del hombre.

Es por eso que causan extrañeza, incomprensión, burla de parte de los demás. Sin embargo, como auténticos discípulos de Cristo, tenemos que aspirar a ellas.

+ Son exigencias muy fecundas: que nos regalan una recompensa eterna: se trata de imitar el mismo actuar de Dios, que es bueno también con los malos: no juzgar, ni condenar, sino ser comprensivo, perdonar, dar – como Dios lo hace. Si actuamos así, nuestra recompensa será grande:
Seremos tratados por Dios de la misma manera, con la misma medida, como lo hicimos nosotros.
Seremos acogidos con generosidad, misericordia y amor paternales por parte de Dios.

Queridos hermanos: tratemos a los demás con compasión, perdón y amor desinteresado.
Entonces, Dios nos pagará con una medida generosa, colmada y rebosante.

Examen de conciencia.

1. ¿A qué personas considero poco simpáticas, pesadas, mal intencionadas, enemigas?
2. ¿Quiénes me han ofendido, han sido injustos conmigo?
3. ¿Y cómo es mi actitud frente a estas personas? ¿Las trato con frialdad, busco evitarlas, las tengo marcadas para siempre, les guardo rencor, deseo vengarme de ellas…? ¿Y no será que soy exageradamente susceptible frente a sus declaraciones, sean reales o imaginadas?

Si desea suscribirse, comentar el texto o dar su testimonio, escriba a: pn.reflexiones@gmail.com

miércoles, julio 01, 2015

Julio 2015

08. Ordenación sacerdotal Padre Kentenich
09. Independencia Argentina
10. Primera Misa Padre Fundador
16. Nuestra Sra. del Carmen
18. Día de Alianza
25. Santiago Apóstol
26. Santa Ana y San Joaquín. Día de los abuelos
31. San Ignacio de Loyola