Argentina – 18 de noviembre de 2014
Queridos hermanos en la Alianza,
¡Feliz día de Alianza! Hace un mes
estábamos celebrando el centenario de la Alianza de Amor y de la fundación de
Schoenstatt. Lo hicimos con una inmensa alegría en cada una de nuestras
comunidades diocesanas de Argentina: celebramos en los Santuarios, en las
ermitas, en las Catedrales y en parroquias. Celebramos y agradecimos porque hace
100 años Dios quiso manifestarse una vez más en nuestra historia, abriendo una
nueva fuente de gracias para nuestro tiempo en el Santuario de Schoenstatt;
celebramos y agradecimos por los 100 años del Movimiento de Schoenstatt, un
camino espiritual en la Iglesia donde la Sma. Virgen ha regalado renovación en
la fe y en el amor cristianos a millares y millares de hombres y mujeres.
También se celebró en
Schoenstatt,
Alemania, donde participaron peregrinos de más de 60 países de
Europa, América, Asia, África y Oceanía. Uno de los momentos más emocionantes
fue ver a la Mater (cuyo cuadro había
sido sacado del Santuario original en procesión) pasar entre sus hijos mientras
le cantábamos y hacíamos flamear las banderas para luego entrar nuevamente en el
Santuario. María, como una vez salió presurosa al encuentro de su prima Isabel
para ayudarla, este 18 de octubre salió del Santuario para encontrarse con sus
hijos y regalarnos las gracias de su Hijo Jesús, nuestro Señor. En medio del
silencio profundo, cada uno, y todos juntos renovamos nuestra Alianza de Amor
con María. ¡Nos llegó hasta el alma! Me decía un matrimonio de Resistencia,
Chaco, que los emocionó escuchar rezar la consagración a la Mater en tantos
idiomas distintos y todos sentirnos unidos en un mismo espíritu, una misma
Familia.
La peregrinación continuó en Roma, donde el 25 de
octubre nos encontramos con el Papa Francisco. La Sala Paulo VI estaba colmada, se sentía la inmensa
alegría del encuentro de la Familia de Schoenstatt internacional con el Papa,
que se desarrolló en forma de preguntas y diálogo sobre 5 campos temáticos: la
familia, la juventud, el compromiso social, la pedagogía y la Iglesia. Al final
nos dejó este mensaje: “Cultura del
encuentro es cultura de la alianza. Y eso crea
solidaridad. Solidaridad eclesial. Y alianza significa
solidaridad. Significa creación de
vínculos, no destrucción de vínculos.
(…)Y esto es lo
que les deseo a ustedes. Que en este mundo de desencuentros, de difamaciones,
calumnias, destrucciones con la lengua, lleven ustedes adelante esta cultura
del encuentro renovando la alianza. Claro, nadie puede ser educado solo.
Necesita que la Madre lo eduque. Así que los encomiendo a todos ustedes a la
Madre para que los siga haciendo caminar adelante en esta renovación de la
alianza. Gracias”.
Todo en Schoenstatt es fruto de la
Alianza con María: por esta Alianza nació el Movimiento hace 100 años, por esta
Alianza el Padre Fundador dio la vida una y otra vez, por esta Alianza con María
se ha gestado una forma de vivir y de
seguir a Cristo, de ser cristianos en el mundo, una cultura de Alianza.
Pero en nuestro tiempo la cultura es otra, el modo de
vivir y las “tendencias” son otras. No es difícil constatar que
somos una sociedad muy dividida y polarizada: nos
cuesta buscar caminos de encuentro; que somos una sociedad individualista: nos
cuesta dialogar, consensuar y asociarnos. Prevalece siempre el interés individual por sobre el bien
común. Somos
una sociedad de personas cada vez más aisladas, no
obstante tener más medios de comunicación. Somos una sociedad cada vez más agresiva y
violenta, corroída por la corrupción
y la impunidad, que genera más pobreza y hambre, más miseria y exclusión,
más violencia y muerte.
Ante esta situación, como Movimiento de Schoenstatt creemos que
tenemos mucho para ofrecer y para ayudar. María - como nos dice el Papa
Francisco - nos impulsa hoy a salir y compartir lo que Ella nos ha dado, la
Alianza de Amor. Esta Alianza de Amor no es “para nosotros” sino que es un bien
de la Iglesia, para todos los hombres y mujeres hijos de Dios. Por eso el lema del año 2015, al que arribamos en la Jornada de
Delegados es:
¡EN
ALIANZA, SALGAMOS AL ENCUENTRO!
Hemos recibido el regalo de vivir en Alianza de
Amor con Dios y con
María. ¡Un regalo para regalar! Por eso queremos salir al encuentro del hermano: salir y
compartir, es el gran pedido misionero del Papa Francisco; salir y regalar lo
que tenemos - la Alianza -, salir con un corazón abierto para dar y también para
recibir del hermano. Salir nos hace humildes y nos hermana; salir nos descentra,
nos saca del yo egocéntrico. Salir nos renueva y nos sana. Es justamente en esta
vida en Alianza con María y en salida hacia
el hermano que nos
encontramos con Cristo, nuestro Salvador, quien nos espera
allí.
Pero salir, encontrarse y
compartir no siempre es fácil, cómodo o
seguro. Por eso el Papa Francisco
nos interpela con amor: “Prefiero una Iglesia accidentada por salir, que una Iglesia
enferma por encerrarse” (Vigilia
de Pentecostés 2013).
En Alianza, salir, encontrarse,
compartir. Nadie es tan pobre que no pueda compartir con otros,
ni tan rico que no necesite de los demás. Esta es la clave para este segundo
siglo de Schoenstatt que recién comienza y para este tiempo de la
Iglesia.
Queridos hermanos, finalmente quiero
compartir con Uds. un nuevo regalo que nos ha hecho el Señor en este año
jubilar: Su Santidad, el Papa Francisco, ha nombrado al P. Francisco Pistilli -
superior regional de los Padres de Schoenstatt de la Región del Padre
(Argentina, Paraguay, Uruguay, Italia, Nigeria) - Obispo de la diócesis de
Encarnación, Paraguay, cuya ordenación episcopal será el 20 de diciembre de
2014. Con alegría y gratitud recemos por el P. Francisco, que en Alianza sale al
encuentro para seguir sirviendo a la Iglesia como Padre y Pastor.
Agradezcamos al Señor y a la
Virgen por tantos regalos recibidos ofreciéndoles nuestro compromiso renovado
para salir e iluminar nuestra sociedad con la luz de la Alianza de
Amor.
¡Feliz día de Alianza y bendecido mes de
María!
Desde el Santuario les mando un cordial
saludo y bendición,
P. José Javier Arteaga
¡EN ALIANZA,
SALGAMOS AL ENCUENTRO!
