martes, julio 17, 2012


Carta de Alianza
Julio 2012
 Queridos hermanos en la Alianza:
Cuando uno entra en la iglesia de San Ludgero, en la ciudad alemana de Münster, lo sorprende ver una cruz muy antigua, enorme y de madera, de donde cuelga un Cristo sin brazos a causa de los bombardeos e incendios de la segunda guerra mundial. En la cruz se lee la frase: “No tengo otras manos que las de ustedes”.

Este pedido del Señor es también el pedido de María del cual se hizo eco el P. Kentenich tantas veces cuando decía: “se me hace que la Sma. Virgen está desvalida y necesita nuestra ayuda”.

El Movimiento de Schoenstatt ha tomado en serio esta necesidad que tienen el Señor y la Sma. Virgen de nuestra cooperación, y la ha expresado en el “Nada sin Ti, nada sin nosotros”. En esta frase está sintetizada la Alianza de amor.

Si observamos los orígenes de Schoenstatt veremos que surgió de una iniciativa de María y de una respuesta libre y generosa del hombre. Así lo expresaba el P. Kentenich a los jóvenes el 18 de octubre de 1914: “Sin duda alguna no podríamos realizar una acción apostólica más grande, ni dejar a nuestros sucesores una herencia más preciosa que inducir a nuestra Señora y Soberana a que erija aquí su trono de manera especial, que reparta sus tesoros y obre milagros de gracia. Se me figura que nuestra Señora, en estos momentos, en la antigua capilla de San Miguel, nos dirige estas palabras por boca del Santo Arcángel: (…) Pruébenme primero por hechos que me aman realmente y que toman en serio su propósito. (…) Tráiganme con frecuencia contribuciones al capital de gracias. Adquieran por medio del fiel y fidelísimo cumplimiento del deber y por una intensa vida de oración muchos méritos y pónganlos a mi disposición. Entonces con gusto me estableceré en medio de ustedes y distribuiré abundantes dones y gracias”.

Con el capital de gracias el P. Kentenich llamó para siempre a la Familia de Schoenstatt a ser las manos colaboradoras de María, construyendo con Ella desde sus Santuarios el reino de Dios en la tierra. El “Nada sin Ti, nada sin nosotros” marcó el origen de Schoenstatt y también su futuro. “La existencia de nuestra Familia se la debemos a las contribuciones al capital de gracias de la Madre tres veces Admirable. Por esta razón debemos mantenerlas (a las contribuciones al C. de G.) en todo tiempo… Con ellas surge o cae la Familia y su fecundidad” (P. J. Kentenich, 18 octubre 1939).

Se trata de vivir como aliados de María y colocar en sus manos todo lo que hacemos cada día como simples regalos de amor, para que Ella, desde el Santuario, atraiga, eduque y envíe a muchos nuevos apóstoles de Cristo a renovar la sociedad. En este sentido el P. Kentenich rezaba: "Cuanto llevo conmigo, lo que soporto, lo que hablo y lo que arriesgo, lo que pienso y lo que amo, los méritos que obtengo, lo que voy guiando y conquistando, lo que me hace sufrir, lo que me alegra, cuanto soy y cuanto tengo te lo entrego como un regalo de amor a la fuente santa de gracias, que desde el Santuario brota cristalina..." (Hacia el Padre, 16). 

Bien sabemos que en una Alianza de amor no basta con la acción y la voluntad de una parte, se necesita la participación de los dos. ¡El amor mueve al amor! Cada uno de nosotros puede repetir las palabras del P. Fundador a la Mater: “¿qué hubiese sido sin Ti, sin tu cuidado maternal?”. Sí, ¿qué sería de nosotros, de nuestra familia y de nuestra gente sin el Santuario, sin sus gracias? ¿Qué sería de nosotros sin el arraigo y renovación que nos regala allí la Mater, sin su sabiduría, su fortaleza y su esperanza?
Tres aspectos se manifiestan y están en juego en nuestros aportes al capital de gracias en el Santuario: 
   nuestra respuesta de amor a la Mater 
   nuestra solidaridad con Ella
   nuestra magnanimidad en el amor a Ella
Hace unos días recordábamos en un grupo de la Obra Familiar el capital de gracias que aportaron tantos jóvenes, familias, hombres y mujeres, laicos y sacerdotes para la construcción de todos los Santuarios de Argentina, ofreciendo oraciones, materiales, trabajo, dinero, los esfuerzos de santidad en la vida diaria y, varios hermanos, hasta la propia vida. Todo fueron ofrendas en los cimientos y muros. En cada Santuario se repite la misma ley de amor: Nada sin Ti, nada sin nosotros.

¡No hay Santuario sin aliados y sin aportes de amor al capital de gracias!

Queridos hermanos, nuestros aportes al capital de gracias no se detienen, es nuestra vida en Alianza y siguen sosteniendo los Santuarios y ermitas de nuestras diócesis y nuestros santuarios hogares. Pero hay un Santuario que necesita urgentemente nuestra generosa, solidaria y magnánima colaboración: el Santuario Original. Les transcribo parte de la carta del P. Ignacio Camacho, de los Padres de Schoenstatt, (www.schoenstatt.org 21/6/2012):  

“Muchos de nosotros nos hemos alegrado porque a partir del 1° de abril de este año el Santuario Original fue traspasado a la Comunidad de los Padres de Schoenstatt, como representantes de toda la Familia. Pero a lo mejor no muchos sabemos que ese traspaso involucra un contrato de arriendo con la Comunidad de los Palottinos, junto con la responsabilidad de hacerse cargo de la mantención de casi todos los gastos que involucra el Santuario. Este contrato se va a revisar a fines de este año, y mientras tanto se han establecido una serie de reuniones para ver la posibilidad de comprar definitivamente el Santuario Original y sus instalaciones aledañas. Ha sido la Mater la que nos ha abierto las puertas de esta posibilidad. Ahora nos toca a nosotros, como hijos, el poder responder a esta invitación.

Es necesario que en todos los ámbitos podamos sumarnos a esta gran tarea. Ojalá que nuestra oración y capital de gracias por el Santuario Original se redoblen en este tiempo. Es lo más importante. Pero también es fundamental que nos movamos como Familia internacional en el ámbito de lo económico. Ojalá pueda llegar ayuda para esta obra desde cada rincón del mundo. En Schoenstatt cada Santuario, cada casa, ha sido fruto de la generosidad de muchos. Por eso, hoy más que nunca, se hace necesaria esa generosidad. Es “nuestra casa”, la casa de toda la Familia. Por eso requiere la participación, compromiso y generosidad de todos”.

Queridos hermanos, en este año del Santuario, camino al Jubileo del 2014, los invito a crecer en el amor magnánimo al servicio de la Mater y de su Santuario, especialmente del Santuario Original, haciendo muchos aportes al capital de gracias, para que pronto podamos decir con alegría: “Mater, es nuestra casa. ¡Nada sin Ti, nada sin nosotros!”.

Desde el Santuario les mando un cordial saludo y bendición. ¡Feliz día de Alianza!

P. José Javier Arteaga


¡SANTUARIO VIVO, HOGAR PARA EL MUNDO!

martes, julio 10, 2012

De Gurú a Jesús vale la pena verlo!!!

DE GURÚ A JESÚS. El Padre Joseph-Marie Verlinde

VER TESTIMONO ONLINE: http://www.netforgod.tv/s/permn.php?dt=11_02&lg=ES

Impactante testimonio del Padre Joseph-Marie Verlinde
Iniciado en las prácticas ascéticas orientales como el yoga y la meditación trascendental, exploró el hindú y las tradiciones religiosas budistas en la India. Esto lo llevó a esotéricos y prácticas ocultas y, en esta película, que habla sobre esto y sobre sus propias experiencias, lo que contrasta con la verdad de aquel que cruzó el mundo para encontrarlo: Jesucristo. Un sacerdote de origen belga, con doctorados en filosofía y teología, el padre Joseph-Marie es ahora, Prior de la Comunidad Monástica de la Familia de San José, en Francia. Con gran respeto, advierte de los peligros e ilumina a los que, en su búsqueda de "sentido", se embarcan en los caminos o filosofias de Oriente y participan en las prácticas esotéricas y ocultistas.

domingo, julio 01, 2012


Testimonio de Juan el Bautista

 Padre Nicolás Schwizer
N° 134 – 01 de julio de 2012

El Evangelio nos presenta un hermoso testimonio de Juan Bautista sobre Jesús. Y es muy conveniente este testimonio del precursor, porque ahora Jesús termina su vida retirada de Nazaret. Ha vivido allí como cualquiera de sus contemporáneos, ignorado por el mundo. Nada llama la atención. Es un hombre más de los muchos que ahora se acercan para ser bautizados por Juan. Es imposible reconocer a Dios en Él.

Por eso interviene el Bautista con un solemne testimonio. De este modo va presentando al mundo el origen divino de Jesús. Y el Bautismo del Señor es, como sabemos, la preparación e introducción en su vida pública.

El triple testimonio. ¿En  qué consiste el testimonio de Juan? Podemos decir que es un triple testimonio:

1. Primero presenta a Jesús como el Cordero de Dios, que quita todo el pecado del mundo. Con eso revela su gran misión: Él es el verdadero Cordero pascual que se sacrificará por su pueblo. Él es el Mesías esperado, el Salvador de los hombres que los reconciliará con Dios Padre.

2. Jesús es aquel sobre quien Juan vio bajar el Espíritu de Dios como una paloma. Al comenzar su misión, el Espíritu Divino lo colma con su fuerza y sus dones. Por eso, de ahora en adelante Cristo se manifestará como hombre lleno del Espíritu en sumo grado, como portador del Espíritu Santo por excelencia. En su fuerza comenzará a predicar la Buena Nueva, curará a los enfermos y tratará de ganar a su pueblo para el Reino del Padre. Por todo su ser y actuar manifestará la presencia singular del Espíritu de Dios.

3. Finalmente, Juan asegura que Jesús es el Hijo de Dios. Porque al bautizar a Jesús, Juan escuchó la voz del Padre que decía: “Este es mi hijo amado, mi hijo predilecto”. Y Cristo es el hijo preferido del Padre, por su actitud ante Él. Todo lo que dice y hace para cumplir su misión mesiánica, lo hace por encargo del Padre, en obediencia y amor a Él.

Se pone incondicionalmente a disposición de la voluntad del Padre. Nada le puede apartar de su camino: queda fiel hasta la muerte en la cruz.  

Pero, ¿qué significa este triple testimonio de Juan, el Precursor, para nosotros? Me parece que Cristo quiere recordarnos que también nosotros, el día de nuestro Bautismo, nos convertimos en testigos de Dios.

Y nos invita de nuevo a ser sus testigos fieles, a dar un triple testimonio de vida:

1. En el Bautismo nos hemos convertido todos en hermanos de Jesús y, sobre todo, en discípulos del Señor. Y como tales hemos de dar, permanentemente, testimonio de su amor y misericordia, de su paz, justicia y verdad en medio de este mundo y ante nuestros hermanos.

2. A partir del Bautismo y de la Confirmación, todos nosotros somos portadores del Espíritu Santo. Mi alma y toda mi persona es consagrada al Espíritu y habitada por Él. “¿No sabéis que sois templo de Dios y que el Espíritu de Dios habita en vosotros?”, nos explica San Pablo. Y si es así, debemos dar testimonio de que Él vive y actúa en cada| uno de nosotros. Los demás deben sentir la presencia del Espíritu Divino en cada cristiano.

3. En el Bautismo nos transformamos también en hijos de Dios Padre. Con su muerte en la cruz, Cristo nos regaló la gracia de ser, como Él, auténticos hijos. Fruto y testimonio de esta infancia espiritual ha de ser nuestra actitud filial, es decir, nuestra obediencia, disponibilidad y amor de hijos ante el Padre celestial.

Nuestra vida es un caminar, un peregrinar hacia el Padre, hacia el corazón de Dios. ¡Ojalá podamos reencontrarnos todos, algún día, en la Casa del Padre!


Preguntas para la reflexión

1. ¿Conozco la fecha de mi bautismo?

2. ¿Como bautizado y confirmado, en qué soy diferente a los demás?

3. ¿Soy obediente a los deseos de Dios?

  Si desea suscribirse, comentar el texto o dar su testimonio, escriba a: pn.reflexiones@gmail.com

Fechas importantes julio 2012




6 al 8 Retiro en Paraguay
08. Ordenación sacerdotal Padre Kentenich
09. Independencia Argentina
10. Primera Misa Padre Fundador
16. Nuestra Sra. del Carmen
18. Día de Alianza
25. Santiago Apóstol
26. Santa Ana y San Joaquín. Día de los abuelos
31. San Ignacio de Loyola