miércoles, junio 27, 2012






Hija fiel puente de amor

            El día 15 de junio llegó, la lluvia nos acompañó todo el día, la cita era en Nuevo Schönstatt, nos encontramos en la Casa del Peregrino para almorzar y ordenar nuestra economía.

             A las 14 horas, nos dirijimos al Solaz de María, donde fuimos recibidas por Gianmaría con el cariño que la caracteriza. Nos ubicamos en un recibidor, se percibía en cada una, esa mezcla de sentimientos que producen los grandes , los importantes pasos, que se dan en la vida.

            Allí esperamos al P. José Javier, quien nos dedicaría una reflexión especial referida a nuestra Consagración a perpetuidad; y asi fue como con claridad nos recordó entre otros puntos, que el espíritu mariano, apostólico y comunitario es el alma de la Federación, de toda federada.

            Que ese espíritu mariano se fundamenta en la Alianza de Amor y en la profunda vinculación al Santuario, que ese espíritu apostólico se cultiva mediante el apostolado en todos los campos posibles y que ese espíritu comunitario tiene su fuente en el amor común a la Mater y al Padre, quienes crean en el curso un ambiente familiar, en el que cada una vive en la otra, con la otra y por la otra, haciéndose corresponsables mutuamente de la santidad de cada una.

            Nos habló de  la federada de oro” y juntos recordamos las palabras del querido P Nicolás, quien nos recibió con la Hna Regina y nos aceptaron para iniciar nuestra candidatura, teniendo en cuenta la diversidad de edades y estados de vida, que había entre las que integraríamos el nuevo curso.

            Nos recordó también que durantes los 12 o 13 años de camino, de preparación y formación,  descubrimos nuestro ideal, Hija fiel puente de amor, que no es otra cosa que  vivir en plenitud la Alianza de Amor.

            El tiempo había transcurrido, la tarde seguía muy gris, hermosas flores de invierno y camino mojados, recorrimos bajo la lluvia hacia el Santuario; comenzaría la Misa.

            Plenas de alegría nos encontramos con aquellas personas que especialmente habían sido instrumentos del Padre para llegar a esta consagración y que nosotras necesitabamos tener cerca: nuestra educadora Alicia Dighero con la que crecimos profundamente; Pelusa Biule con la que realizamos uno de los años intensivos; Graciela Licio y Beatriz Gomez  que además de ser nuestras jefa y  subjefa regionales mantienen estrecho vinculo con el curso; Matilde D que además de ser nuestra jefa territorial, se ha brindado a nosotras con con confianza y amor en su servicio; la Hna. Clara que nos acompañó con su voz cantando; el P Alberto un invitado muy especial, por que nos tomó la tercera consagración y su cercanía nos ayuda a ir con confianza  hacia el Padre y nos había prometido concelebrar; la Hna Mariela que supo escucharnos , ayudarnos a formular nuestras ideas, entendernos, descubrir y aceptar el deseo de Dios en nuestra vida concreta; el P José Javier presidiría la celebración y continuaría reflexionando sobre nuestro ideal de curso.

            Iniciada la Santa Misa , Matilde nos presenta y se desarrolla el Rito de Consagración. Dimos nuestro Si concientes y alegres comprometiéndonos a encarnar y anunciar la misión que nuestro Padre y Fundador nos confiara.

            Finalizada la emocionante ceremonia, se dio a conocer la nueva Madre de Curso, la elegida fue  Tatela, tenemos la certeza que la Mater nos condujo, ya que conoce incluso mejor  que nosotras, su disponibilidad y su entrega de corazón.

            Luego culminamos este  inolvidable dia  de fiesta, compartiendo un te con ricas tortas y especialidades, con hermanas de otros cursos que se acercaron afectuosamente. También recibimos  la visita de las Hnas de María quienes nos agasajaron con una hermosa canción !!

            Hemos  sido colmadas de bendiciones, cálidos saludos, oraciones y regalos.

A la Mater, al Padre  y a todas  las personas que nos acompañaron ¡¡¡Gracias, gracias , gracias!!!

Que María modele en nosotras el corazón de una HIJA FIEL.
Que Ella nos ayude a ser PUENTE DE AMOR.

Que el Padre sea nuestro guía y nuestro seguro timón en las tormentas del tiempo.
“Hija fiel puente de amor.”

De iz a derecha: Susani, Alicia, Matilde, Silvia, Nancy, Nelly, Ana, Martina
Adelante: Ana María y Tatela con la bandera.

 Nuevo Schönstatt, 15 de junio de 2012.



jueves, junio 21, 2012

PUENTE Nº 13


El Puente 2012




APROPIACIÓN Y PERTENENCIA


a)    Apropiación de los ideales

1-      Porqué estamos en Federación?

1.1  Vocación, llamado, elección

Vocación es la llamada por parte de Dios, como iniciativa suya amorosa, y la respuesta de la persona en un diálogo amoroso de participación corresponsable.
Visto desde la perspectiva de Dios, la vocación se presenta como la iniciativa que se da y al darse llama.
Por parte del hombre, la vocación es una invitación, una interpelación a la que hay que dar una respuesta.
Por lo tanto toda vocación tiene un carácter “aliancista” o dialogal. Recordemos la Anunciación, la Virgen fue llamada por Dios, Él tomó la iniciativa, la Virgen reflexionó acerca de este ofrecimiento y luego tomó una decisión, acepta el desafío y a partir de esto surge un fruto: Jesús.
Cuál fue el llamado que nosotras recibimos para llegar a la Federación? Puede haber sido una voz interior o alguien nos invitó. Pero tenemos que recordad que es Dios el que tomó la iniciativa. Por lo tanto podemos decir que estamos en Federación porque Dios me llamó y yo di mi si.

1.2  Características de la vocación. Tres dimensiones: teológica, ascética y estructural

*Por eso la 1º característica de toda vocación es que es un llamado por parte de Dios. Nuestra presencia no se debe a que lo hayamos decidido sino porque hemos aceptado una invitación, un llamado que vino de Dios.

*La segunda característica, la dimensión ascética, por la que la Mater nos ha llamado es un amor sin razón que Dios nos tiene.
No se adquiere la vocación por mérito profesionales, ni técnicos ni recomendaciones, ni influencias. La única razón por la que Dios llama a una persona es su misericordia.

*La tercera característica, es la dimensión estructural.
La vocación exige un cambio en la forma de pensar y de actuar. A veces ese cambio es total, pensemos en el llamado que recibió san Pablo. A otras personas Dios les ha pedido otro tipo de cambios: un cambio de mentalidad, nuevos criterios para juzgar la vida y juzgarse a si mismos, un cambio de corazón, de comportamiento Este cambio de vida es lo que llamamos “obediencia de vida”. La obediencia de vida es la forma de cambiar la vida de acuerdo al querer de Dios.
Cómo nos llama Dios? A veces nos llama por las voces del alma o por las voces del tiempo o a través de causas segundas
Todo esto tiene que estar en consonancia con la voz del ser, es como si el ser vendría a darnos permiso para poder cumplir lo que el alma o las personas nos vienen sugiriendo.
Yo tengo que tener razones para emprender este camino, que es una respuesta al llamado íntimo de Dios.
Estas razones y estos detonantes nunca se dan en plenitud al inicio del camino. A medida que me voy adentrando voy percibiendo si esto es lo que Dios quiere para mi. Voy creciendo en esta conciencia de llamado.

1.3  Consecuencias de la vocación


De todo esto que hemos visto surgen consecuencias. Recibo el llamado de Dios y respondo.
La primera consecuencia es la alegría. Dios ha puesto su mirada en la pequeñez de su sierva. Dios me eligió y mientras más medito en esto crece mi gozo y mi alegría.
Otra consecuencia es una inmensa paz y esperanza. Paz y esperanza ya que si Dios me eligió él me dará las fuerzas para cumplir esta vocación. En la medida que Dios delega a alguien una tarea, le dará el talento determinado y la capacidad para cumplirla. La confianza de que dios me dará lo que necesito despierta en mi una gran alegría.
La tercera consecuencia es responsabilidad. Al aceptar el llamado de Dios heredamos responsabilidades. Tenemos la responsabilidad de no malgastar esta vocación. Debemos tomara en serio la dignidad de ser elegidas. Es importante esta seriedad y responsabilidad que debe nacer y crecer con esta elección.

2-      Federación una opción por la santidad.

La Federación es una decisión por la santidad.
 En la Federación se requiere una decisión y aspiración a la santidad. Decidirse y ponerse en camino. Por lo tanto requiere un esfuerzo.
a)      El llamado a la santidad se dirige a todo cristiano, no es privativo de la Federación, todos estamos llamados a la santidad. Pero algunos cristianos se sienten especialmente llamados al ideal de la santidad por tres razones. Algunos porque en ellos hay una decisión bien explícita a aspirar a la santidad. Todos estamos llamados pero no todos se deciden a aspirar a la santidad.
En segundo lugar hay algunos que buscan caminos especiales para aspirar a esa santidad y en tercer lugar algunos se sienten llamados a hacer una profesión de fe de esta realidad, entre ellos nos encontramos los miembros de la Federación.
Nosotras nos decidimos a aspirar seriamente a la santidad, utilizamos canales y caminos para alcanzarla y también damos testimonio de esta aspiración.
La Federación es un signo visible de la decisión por la santidad.
La santidad es un camino para todos, pero nosotras lo hacemos camino de vida.

b)     Un llamado de amor

La vocación a la santidad es una vocación al amor.
En esta aspiración nos acercamos más y más a Dios, y al acercarnos más a Él vamos haciéndonos santos. En la medida que nos acercamos a la fuente de santidad que es dios, me voy santificando.
Dios en su esencia más íntima es Amor. Por lo tanto al acercarnos a dios es acercarse al amor.
De allí que la santidad consiste en el amor.
Por eso no hay santidad fuera del amor, no hay perfección fuera del amor. Así como fuera de Dios no hay santidad, tampoco fuera del amor, no existe santidad.
Por esto nuestra vocación es una vocación al amor heroico.
La santidad consiste en el amor, pero no en cualquier amor, sino el de dar la vida por los demás. Es decir en la vivencia heroica del amor.


Nuestra constitución en su artículo Nº 5 nos dice; “El alma de la Federación de madres es el espíritu mariano, apostólico y comunitario. Esto es principio de formación y de selección.”
 En el articulo Nº 8 dice sobre el espíritu comunitario: “El espíritu comunitario tiene su fuente en el amor común a la Mater y al Padre, quienes crean en la comunidad un ambiente familiar en el que cada una vive en la otra, con la otra y por la otra, haciéndose corresponsable mutuamente de la santidad de cada una”.


3-      Decisión por una comunidad

Hemos visto que la Federación desde la dimensión teológica es una vocación.
Desde la dimensión ascética es una decisión por la santidad.
Y que es desde una dimensión estructural?
La Federación es una comunidad de élite dentro de Schoenstatt.

3.1 Cada una de nosotras somos una carta de de presentación de Schoenstatt, cada curso de Federación es un modelo de Schoenstatt para otros es por eso que tenemos exigencias.
Debemos vivir estrechamente un seguimiento a Cristo y a la Mater.
Cuando ingresamos a la Federación nos decidimos por una  vida comunitaria, nos hemos decidido por ser una comunidad.  Y porqué esta exigencia? Porque toda comunidad de élite debe representar a Schoenstatt y Schoenstatt es fundamentalmente familia.
Esta vida comunitaria debe ser plena y requiere tres imperativos.
a)      En primer lugar el amor familiar debe impregnar de alegría la atmósfera de convivencia. La vida de curso es hermosa cuando hay alegría.
b)      En segundo lugar el amor familiar debería impulsarnos a tomar iniciativas. Estamos en Federación no sólo para enriquecernos sino para enriquecer a otros.
c)      En último lugar en la vida comunitaria se asumen responsabilidades. Cada una asume una responsabilidad dentro del curso: la prefecta o la madre de curso tienen una tarea especial, la encargada de las cónicas, de las relaciones interiores, relaciones exteriores, la economía, etc. Estas tareas debemos asumirlas con alegría, disponibilidad y magnanimidad Y también asumimos responsabilidades como curso dentro de la Federación. Cuando nos piden una tarea, organizar una jornada, retiro, artículo para el boletín, también debemos asumirlas con alegría, disponibilidad y magnanimidad. Es siempre así?
La vida familiar se fundamenta por la oración, el sacrificio y la disposición constante para dejarnos educar.
La vida comunitaria es rica cuando hay mucha oración de las unas por las otras y también muchos sacrificios, mucho capital de gracias.

Espíritu mariano

El artículo Nº 6 de nuestra constitución dice “El espíritu mariano se funda en la alianza de Amor con la MTA de Schoenstatt y en una profunda vinculación al Santuario, fuente de santidad y de gracias.
El Padre nos dice “El estilo de vida mariano es un estilo de vida puro, maduro fuerte, realista y que domina toda nuestra vida”
Esto es como un decálogo para nuestra vida. Si profundizamos nuestra vinculación a la Mater iremos creciendo en estas actitudes y en este espíritu.

Espíritu apostólico
Artículo Nº 7
El espíritu apostólico se cultiva en todos los campos posibles: la oración, el capital de gracias, el ser y el hacer. El campo por excelencia es su propia familia, la Federación de Madres y la Familia de Schoenstatt. Según sus posibilidades, podrá hacerlo participando en ámbitos de la Iglesia, en su trabajo y en la vida pública, impulsadas por las palabras de nuestro Padre “Mi profesión principal, mi deber principal y mi oración principal es y seguirá siendo: ¡amar!

3-2     Quisiera repetir las palabras  de nuestro Padre y Fundador. “El estilo de vida mariano es un estilo de vida puro, maduro, fuerte, realista y que domina toda nuestra  vida”.
Desde que entramos en pre Federación a través de los temas que vamos desarrollando y profundizando vamos descubriendo estos valores en la vida de María, de nuestro Padre, de Cristo.  Si pensamos en el recorrido que cada una hizo desde entonces, en los propósitos que hemos trabajado veremos que ellos siempre estuvieron ligados a algunas de estas características, de estas actitudes que nos dice el Padre.
Los propósitos nos sirven para conquistar  estas actitudes y apropiarnos de estos valores.
Es una tarea que comienza en la pre federación y no termina con la Consagración Perpetua, sigue durante toda nuestra vida. Es tarea para siempre.



4- Dificultades para vivir plenamente mi ser federada, “la Federación soy yo”

En los primeros años de la Federación el Padre Fundador inculcaba y educaba a su gente para la autonomía, la responsabilidad y la libertad interior. La Federación tenía que ser obra de ellos.
Dos expresiones de aquel tiempo lo iluminan. Los miembros de la Federación se identificaron tanto con su comunidad que comenzaron a decir: “La Federación soy yo”. Y el otro dicho que surgió entre los primeros fue: “Por la Federación me dejo crucificar”

Obligación y libertad

Nuestro Padre formuló y resumió de esta manera las enseñanzas referentes al concepto de “libertad”, sobre todo cuando en la praxis-religioso-educativa se trata de distinguir libertad de las ataduras. “La verdadera libertad es la libertad “de” todo lo terrenal, es decir de todo lo que no es de Dios, o lo antidivino, y la libertad “Para” Dios y todo lo divino” O para los intereses de Dios.
Libertad “de” y libertad “para”

Y como llegamos a esa auténtica libertad, solo viviendo el espíritu de los consejos evangélicos.
En libertad hemos aceptado el llamado de dios a la Federación. De allí se desprenden ciertas obligaciones.
Si hacemos sólo lo obligatorio es porque tenemos el mínimo amor.
Pero si queremos verdaderamente aspirar a lo grande, a hacer lo que más le agrada al Padre debemos actuar con magnanimidad..
Dios nos presenta a nosotros, sus aliados humanos, su llamado o invitación de dos formas o en dos niveles. La primera, la obligatoria, la constituyen los mandamientos. La segunda, la forma no obligatoria, son los consejos o invitaciones y recomendaciones. Los primeros demuestran su obligatoriedad en el modo en que están expresados.
La segunda forma hace referencia al carácter magnánimo de de los consejos evangélicos. Sabemos que nuestro Padre siempre insiste en que las comunidades de élite deben basarse siempre, en principio, en la magnanimidad. Es más es que no es magnánimo no tiene vocación para la Federación.
Bajo esta luz podemos interpretar “Obligaciones las necesarias, libertad toda la posible y alto cultivo del espíritu.


c)     Sentido de pertenencia

Verán que este punto es corto, y en realidad es porque si estamos viviendo todo lo anterior, la pertenencia es una consecuencia.
El sentido de pertenencia significa estar arraigado en algo que se considera importante, como personas, lugares, grupos o instituciones.
A que estamos arraigadas o a qué deberíamos estar arraigadas nosotras para vivir este sentido de pertenencia.
Schoenstattianamente hablando: Los tres puntos de contacto: La Mater, el Padre y el Santuario, y en la medida en que estamos profundamente vinculas a ellos nos encontraremos también profundamente vinculadas a la Familia, a la Federación y a nuestro curso.


Nelly Bayeta de Pazos
Curso 11

ffpa

PUENTE Nº 13

“EL ÍMPETU APOSTÓLICO Y MISIONERO DE CADA FEDERADA”
Dinámica de Integración: Descubriendo un ángel…
Objetivos:
·        Crear conciencia en nuestros cursos de la importancia del Apostolado.
·        Despertar el Espíritu Apostólico.
·        Compartir lo que estamos haciendo.
Desarrollo:
1) Definiciones:
1.1  Ser “APÓSTOL”
Un apóstol es «uno que es enviado». Cristo era apóstol de Dios (hebreos 3:1) y Dios lo «envió» para  salvar a la humanidad, redimiéndola de sus pecados.
Los apóstoles de hoy son enviados de Jesús para cumplir una misión, la de llevar su mensaje y hacer presente a Cristo en el mundo.
El apóstol recibe la misión de entregar a Jesús, quien ha entregado la vida por nosotros.
Apostolado es la entrega de la entrega de Jesús. El apóstol es elegido por Jesús (es una vocación) para estar con él y llevarlo a los demás. Exige fuego en el corazón y desprendimiento de sí mismo: "convocando a los Doce, les dio autoridad y poder sobre todos los demonios, y para curar enfermedades; y los envió a proclamar el Reino de Dios y a curar. Y les dijo "No toméis nada para el camino, ni bastón, ni alforja, ni pan, ni plata; ni tengáis dos túnicas cada uno" (Lc 9, 1-4)

¿Qué pensó el P. Kentenich al fundar la Federación?
El P. Kentenich nos dice:
… "la federación es una comunidad mariana y apostólica". El espíritu apostólico es, junto al espíritu mariano y comunitario una dimensión esencial de nuestra Federación
La federación es una asociación apostólica, corazón de un movimiento apostólico.
Nos formaremos como apóstoles en la medida que hacemos apostolado, dando testimonio de vida auténticamente cristiana, entregada a Dios y a la vez consagrada al prójimo.
Schoenstatt,  es un movimiento de profunda espiritualidad, que impulsa a sus miembros a la santificación personal. Pero “esta santificación se orienta al apostolado y de él vive, e inflama con su ardor el celo por las almas” (HP 492). “No conocemos ningún apostolado sin interioridad, y ninguna interioridad sin apostolado” (P. Kentenich). María, “la gran Misionera”  nos quiere impulsar a la acción, al trabajo apostólico. En nuestro propio ambiente: en mi familia, en el trabajo, en el colegio o la universidad, en  mi ambiente social, en mi parroquia o en la diócesis.  Una federada siempre es APÓSTOL, con nuestro ejemplo y testimonio, sólo debemos tomar conciencia de ello.
1.2  “Hacer  Apostolado”
"La vocación cristiana es, por su misma naturaleza, vocación también al apostolado". Aparece aquí una visión dinámica de la existencia cristiana, porque la misión "no aparece ya como mera actividad exterior que se añade a manera de accidente al ser cristiano que descansa en sedentarismo, sino que el mismo ser cristiano es, como tal, un movimiento hacia afuera. Está marcado en su esencia con el sello misionero y debe, por lo tanto, producir necesariamente una actividad exterior como realización de su más profunda esencia en todo tiempo y en cualquier cristiano que viva de verdad su cristianismo"". Si dedicarse a procurar la gloria de Dios y el advenimiento de su reino entra de pleno derecho en la vida cristiana, no hay razón para ejercer el apostolado con inquietud, como si se robase el tiempo reservado a Dios. La actividad apostólica es un modo de realizar la unión con Dios, como se hace a través de la oración, puesto que se lleva a cabo precisamente para cumplir la voluntad divina. El apostolado, además de consecuencia del amor cristiano y de la contemplación del Dios de la salvación, es también meditación privilegiada de santidad en cuanto que promueve directamente el reino de Dios y es continuación de la actividad redentora de Cristo; es comunión con Dios, acto de culto y forma de participación en el dinamismo divino de la historia. (1 Cor 3,9; 1 Tim 3,2; 2 Tim 4,2; Rom 1,9).
María nos enseña que el apostolado es oración, servicio y cruz. El espíritu apostólico se traduce en hechos concretos en el ámbito donde nos toca actuar.  El apostolado es hacer amar a Cristo. Se trata de contagiar a los demás el amor de Cristo. Es necesario actuar nuestra oración y orar nuestra acción.
Estaremos haciendo apostolado aun cuando estemos dentro de nuestras casas, cuidando a nuestros hijos o al marido enfermo.  Pero si lo hacemos no como deber de estado, sino con plena conciencia de apostolado. ¡Uno es apóstol siempre!
1.3 Actitud Fundamental:
El  verdadero apóstol vive desprendido de sí mismo y adicto a Cristo; va muriendo día a día “al hombre viejo”, a fin de que surja en él “el hombre nuevo”, es decir, Cristo; no busca su éxito personal, sino la victoria de su Señor. Está  siempre alegre, también en medio de las luchas y pruebas de la vida, al saberse, en toda circunstancia, cobijado en el amor misericordioso y fiel del Padre. En Schoenstatt, la Virgen María es “nuestra fundadora, nuestra Señora, nuestra Reina” (P. Kentenich, 18.10.1939). La consagración, la Alianza que sellamos con María en el Santuario, y que procuramos poner en práctica en la vida cotidiana, es garantía de un impulso apostólico siempre renovado. Y así debe ser. Todo encuentro verdadero con María nos debe llevar más profundamente a Cristo, a identificamos con Él, y por eso, a compartir también su misión redentora. “Madre tres veces Admirable, enséñanos a combatir como luchadores tuyos, para que el mundo por ti  renovado, glorifique a tu Hijo Jesús”, dice una de las primeras oraciones que viven en la tradición de la Familia de Schoenstatt.
San Pablo nos enseña las actitudes fundamentales de un apóstol:
1-    Vivir una profunda y alegre conversión.
2-    Enamorarnos cada vez más de Cristo.
3-    Ser apóstoles encendidos por el amor de Cristo y esforzarnos por crecer en el amor.
¡¡¡Actuar hoy, no mañana, no quedarnos con este tesoro en nuestras manos, vencer los miedos personales y creer que no soy yo quien vive, sino que es Dios quien vive en mí!!!
2) Importancia del PILAR APOSTÓLICO:                    
Palabras del P. Kentenich: Lo mismo debiéramos decir de la tercera gracia del Santuario: la gracia de la fecundidad apostólica. Desde que nos hemos esforzado como Familia por vivir nuestro “Poder en blanco”, desde que nos hemos entregado con tal disponibilidad en manos de la Santísima Virgen, podemos esperar una gran fecundidad apostólica. Nosotros hemos recibido una misión de Dios a través de María y lo que, hasta ahora, había impedido a la Santísima Virgen la realización de dicha misión era el hecho de que ésta dependía de nuestra disponibilidad, por eso esperamos ahora una inmensa fecundidad. Mientras más disponibles estemos nosotros para el Reino de Dios, tanto más profundamente crecerá éste en nosotros. Y mientras más crezcamos en Dios, tanto más confiado será nuestro caminar a través de los peligros de la vida.
Nuestra súplica de fe a la Madre tres veces Admirable debería darnos una vigorosa gracia de transformación expresada en una confianza inconmovible en el Padre Dios.
(P. Kentenich, 1940)

3)  APOSTOLADO según nuestro ESPEJO:

El apostolado abarca todos los campos posibles: la oración, el capital de gracias, el ser y el hacer. El campo de acción por excelencia es la propia familia, la Federación de madres y la Familia de Schoenstatt.
Según sus posibilidades, podrá hacerlo en el ámbito de la Iglesia, en su trabajo, en la actividad pública, impulsadas por las palabras de nuestro Padre: “Mi profesión principal, mi deber principal, mi oración principal es y seguirá siendo: ¡amar! ”.
De acuerdo con las necesidades del tiempo y de la Iglesia, la esencia de esta comunidad es la educación de apóstoles formados, y capaces de formar a otros, en el espíritu de San Pablo, que es el espíritu vivo de Cristo, realizado en María.
La tarea primordial de las madres de Federación, consiste en manifestar convincentemente por su estilo de vida mariano, la realidad de lo sobrenatural.
La falta de acción apostólica paraliza la vida del Curso y empequeñece su horizonte. Tareas apostólicas, sin embargo, prueban la fuerza de la Alianza y su fecundidad, unen estrechamente a los miembros del Curso entre sí y exigen un compromiso personal, hace crecer, da alegría y dinamismo a la vida del Curso.
El Santuario es la fuente del apostolado. Allí bebemos y a este lugar conduciremos a otros para que beban.
Nuestra Madre un día nos llamó y nos quiere utilizar como sus instrumentos para la renovación del mundo. No temamos salir a conquistar almas, siendo sus instrumentos confiemos en que Ella nos ayudará.
Quién sino yo, aquí y ahora. Hoy, no mañana.
Al enfrentar los desafíos que nos propone nuestro tiempo, tenemos que tener claridad en nuestras metas. ¿Cuál es esta meta? La victoriosidad divina. Para enfrentar hoy un mundo pagano y secularizado, necesitamos nuevamente conciencia de victoriosidad, no por mera necesidad sino porque nace de una realidad objetiva.
El Padre nos dice hoy: Todo el Movimiento ahora es de ustedes y debe seguir siéndolo. Yo sólo quiero y puedo estar a su lado, apoyándolos y aconsejándolos. De ustedes depende la existencia, la extensión y el florecimiento de nuestra Federación.
4) CONCIENCIA de MISIÓN:
4.1 Manifestación:
Tener una misión significa haber encontrado un sentido en la vida”
Podríamos distinguir entre aquellas personas que tienen un para qué en la vida y aquéllas que no lo poseen, es muy importante poseer un sentido más trascendente en la vida. 
Las cosas que uno hace, desde las más sencillas hasta las más importantes, deberían tener un sentido. Este sentido ordena nuestros actos, prioriza nuestras actividades y nos alienta en tiempos difíciles. Por eso es tan importante tener conciencia de nuestra misión, para que esto dé un sentido a nuestra vida.
4.2 Aceptación:
“Pase lo que pase, el Padre del cielo ha trazado el plan de mi vida.  La Sma. Virgen guarda ese plan en el Santuario.  Sólo tengo que decir que sí”
4.3 Ejemplos:
El Padre Kentenich es el más claro ejemplo de aceptación de su misión divina.
La misión que Dios diera al Padre Kentenich fue la de ayudar, a través de su ser paternal sacerdotal, a solucionar el problema que el hombre actual tiene frente a Dios. La Santísima Virgen lo educó para ello e hizo de él un reflejo del Dios Misericordioso, haciéndolo participar de su ser y actuar de Padre. Ésta fue para muchas personas su gran experiencia.
Don Joao Pozzobon: Conocemos su vida, de qué manera él no regateaba tiempo ni dedicación a su apostolado. He aquí una frase suya:….”cargando la Virgen peregrina bajo una lluvia violenta y viento, pero siempre para adelante…”  El mundo llama a esto locura.  Es verdad, pues existen dos tipos de locura.  Hay quienes actúan locamente por el mal; otros actúan con locura por el bien, donándose a los otros, conservando el gran jardín de Dios.  Se consagra a la Virgen, sellando con Ella una Alianza de Amor. Le ofrece su oración y santificación. Quiere ayudar a cambiar el mundo. María, a su vez, va haciendo de él un esposo y padre ejemplar, y un evangelizador heroico. Sin descuidar su familia, a lo largo de 35 años camina 140.000 km., siempre en oración, llevando la imagen de Nuestra Señora de Schoenstatt con su hijo Jesús a familias, escuelas, hospitales, cárceles, etc., invitando a su paso a rezar el Rosario y consagrarse a María. Desarrolla así, una gigantesca misión evangelizadora popular.
5) El LEGADO de HOERDE:
Recordemos, la Jornada de Hoerde, el 20 de agosto de 1919, en la conferencia que dio origen a la Federación Apostólica, de la que hoy nosotras formamos parte.
En aquella memorable Jornada, el P. Federico Ernst nos invita a meditar y asumir el programa de San Pablo, quien con la fuerza de la gracia, se transformó de perseguidor a seguidor de Cristo.
Nos pregunta: ¿Acaso no podríamos nosotros también asumir este programa, hacerlo nuestro total y plenamente? ¿Quién podría caracterizar mejor que San Pablo nuestra relación con Jesús y nuestro medio? Él nos lleva a la fuente de la fortaleza, de la cual se nutre la acción de todo apóstol: y ese material se llama AMOR. El amor es lo que hace que el apóstol sea verdaderamente apóstol.
Naturalmente que todos no podremos llegar a ser otro San Pablo, pero si podemos conservar y cultivar al anhelo de horizontes amplios, de grandes empresas, de apostolado y formarnos como apóstoles mediante un serio trabajo de ascesis sobre nosotros mismos.
Si bien no todos podemos salir al mundo como misioneros, todos podemos descubrir la misión que nos propone la Divina Providencia: ser misioneros en nuestro medio, fortalecer y afirmar en nosotras la preocupación para trabajar en contra de la descristianización de la sociedad.  Esta labor nos compete a todos.  Debemos ser levadura en la masa, columnas de fuego que iluminen el camino en medio de la superficialidad y tinieblas de nuestro tiempo.
El primer y último fin es: “el APOSTOLADO”. No se trata en primer lugar de una nueva organización, de una nueva asociación, más bien, queremos apoyar las organizaciones y comunidades ya existentes, a través de una sabia adaptación.  Somos una comunidad “ASCÉTICO-APOSTÓLICA” de educadores que quieren existir para otros como estímulo del apostolado laical.
El objetivo de la Federación es formar “San Pablos” para la Iglesia y para el tercer milenio.
El triple amor de San Pablo debe llegar a convertirse en patrón,  medida, sobre los cuales debe asentarse nuestra labor apostólica: amor a Cristo, amor al prójimo y amor al sacrificio.
6) Los 3 PILARES de nuestro APOSTOLADO:
El espíritu apostólico se cultiva mediante el apostolado en todos los campos posibles:
De allí que siempre intentamos ser un auténtico testimonio de vida cristiana en cada uno de los lugares en que nos desenvolvemos. Reconociendo que todo lo que hacemos, no es por mérito propio sino por gracia de Dios. Aceptando con humildad nuestras limitaciones, las que  una y otra vez nos señalan nuestra realidad de hijos, de creaturas y nos hace crecer en filialidad.
1º PILAR: Apostolado del ser
Se manifiesta en cada uno de los lugares en que nos toca actuar, sirviendo desinteresa- damente, con nuestro testimonio, con nuestras oraciones, palabras, alegrías, renuncias y sacrificios silenciosos.
1-      En nuestra familia natural
2-      En toda la familia de Schoenstatt
3-      En la Iglesia y en el mundo
Ésta es la misión a la que Dios nos llamó, sabemos que somos instrumentos en las manos de la Mater, dispuestas a ser puente entre Dios y los hombres.
2º PILAR: Apostolado del hacer
Nuestra preparación no es para encerrarnos en nosotras mismas, sino para aplicarlo primero en la familia natural, en toda la familia de Schoenstatt y en la Iglesia y la sociedad. Buscamos un apostolado de acuerdo a nuestros tiempos, horarios, aptitudes y carismas. Schoenstatt ha asumido diferentes acciones sociales y hay mucho para trabajar en nuestra sociedad y en nuestra Iglesia:
*El apostolado es un aspecto de medición de la vocación de la federada.               
*El apostolado debe ser parte de nuestra vida, nuestro compromiso por lo que hoy nos toca vivir, nuestra realidad, nuestro desafío.
3º PILAR: La oración y el Capital de Gracias:
Ofrecemos nuestra vida entera, con todo lo que somos y hacemos, a la Santísima Virgen, por nuestros hermanos, pidiendo y rezando por ellos, por la instauración de reino de Dios en la tierra. Impregnando de espíritu evangélico el mundo, las estructuras temporales, por nuestra participación activa en la edificación de la Iglesia y específicamente para nosotras, en la edificación de Schoenstatt como célula viva dentro de la Iglesia.
7) DESAFÍOS:
7.1 Despertar la conciencia de misión en nuestros cursos:
Debemos ayudar a nuestras hermanas a despertar esa conciencia apostólica, saber que el Curso se forma para la acción, no es un grupo cerrado, no es un grupo íntimo, sino que está formándose para la acción apostólica.
Cada miembro del Curso está llamado a realizar una acción apostólica, ya sea como individuo, ya sea como matrimonio.  En diversos campos: en la parroquia, en el trabajo, en la familia.
Pero nuestra tarea fundamental es estar atentas a las necesidades de la Rama de Madres: prestando un servicio a otros grupos, organizando una jornada, charlas, seminarios, dirigiendo grupos.
Nosotros debemos tomar las iniciativas que surjan en nuestros Cursos, encauzarlas, hacerlas crecer,  hasta que se concreten en acciones apostólicas concretas.
¡¡Somos élite dentro de Schoenstatt, estamos siendo formadas para ser dirigentes!!!
7.2 Nuestras acciones apostólicas deben tener el sello de Schoenstatt:
La tarea apostólica primordial de las madres de Federación, consiste en manifestar convincentemente por su estilo de vida mariano, la realidad de lo sobrenatural. No todos dominan el arte de hablar como para hacer de él un instrumento de apostolado. Pero todos pueden ejercer el apostolado de la oración y el buen ejemplo.  Trabajar uniendo lo natural con lo sobrenatural.
7.3 Las tareas apostólicas deben fortalecer y dinamizar a nuestros cursos:
Los integrantes de nuestros cursos se conocen mucho más en la acción apostólica y los enriquece.
Si en un Curso no se da el apostolado, el mismo se empequeñece y se va paralizando hasta corre el peligro de desaparecer. La falta de acción apostólica paraliza la vida del Curso y empequeñece su horizonte.
Sin embargo, la fecundidad apostólica une estrechamente a los miembros del Curso entre sí y exigen un compromiso personal que hace crecer, da alegría y dinamismo a la vida del Curso.
7.4 ¿Por qué nos resulta tan difícil anunciar el Evangelio?
Cuando el cristiano se repliega o se calla por temor a pasar vergüenza, entonces pierde algo importante de su cristianismo. Nuestro espíritu apostólico debe llevarnos a la disposición a sufrir humillaciones, resistencias, desprecios y subestimación por parte de los demás.
Sólo un don del Espíritu Santo nos puede ayudar a vencer esta falsa prudencia.  Este don es el “espíritu de apóstol” y tenemos que implorarlo de lo alto.  No podemos alcanzarlo por medio de un simple propósito, sino que hay que pedirlo a Dios.


8) TALLER:
Analizamos los problemas más comunes que surgen en nuestros cursos y buscamos soluciones.
1 - En el curso no existe suficiente conciencia apostólica
2 - El curso tiene mucha vida hacia el interior, muy compenetrado, no tiene apostolado.
3- Excusas: La edad, los hijos, el marido, la casa, el trabajo, desánimo, cansancio, etc
4-   Trabajo apostólico no equilibrado: el activismo

 SUGERENCIAS CONCRETAS:
1-      ¿Cómo animamos a nuestros cursos en el área apostolado?  Soluciones
2-      ¿En la organización comunitaria, como favorecemos el apostolado?
3-      ¿Cómo podemos mantener vivo este campo?

Bettina Sosa de Dacosta





PUENTE 2012

miércoles, junio 20, 2012

Consagración Perpetua Curso 11°


De izquierda a derecha:

Susani, Alicia, Matilde, Silvia, Nancy, Nelly, Ana, Martina

Adelante: Ana María y Tatela con la bandera.
De iz a derecha:
Susani, Alicia, Matilde, Silvia, Nancy, Nelly, Ana, Martina
Adelante: Ana María, Tatela con la bandera y Alicia Dighero, su educadora.