jueves, julio 31, 2008

La Paciencia

Padre Nicolás Schwizer

Lo curioso es que en la Biblia esta palabra se refiere, ante todo, a la paciencia de Dios para con nosotros. Dios tiene paciencia con los hombres y mujeres que ha creado. Él tolera sus defectos y permite que el género humano siga poblando la tierra a pesar de su mala conducta.

Es el Espíritu Divino, paciente con nosotros, quien viene ahora a nosotros. Y de Él nos toca aprender para tener con los demás la misma paciencia que Él tiene con nosotros. Ya el libro de los Proverbios nos enseña: “Más vale un hombre paciente que un héroe, un hombre dueño de sí mismo, más que un conquistador de ciudades” (16,32). San Pablo, en sus cartas, insiste una y otra vez en esa virtud fundamental del aguante. Nos invita a revestirnos de entrañas de paciencia, soportarnos unos a otros con amor, perdonarnos mutuamente (cf. Col 3,12s; Efes 4,2; 1 Tes 5,14; 1 Cor 13,4).

Todos hemos hecho la siguiente experiencia: Cuanto más cerca vivimos de una persona, más aumentan los roces, el fastidio, actitudes que irritan. Pensemos en nuestro cónyuge, nuestros hijos, parientes que viven en nuestra casa, compañeros de trabajo y amigos. Se mantiene la relación sincera y el afecto básico hacia la otra persona, pero se empaña el aprecio permanente con el disgusto diario.

Mucho se puede hacer para suavizar roces y facilitar la convivencia: dialogar, abrirse, sincerarse, corregirse y aceptarse. Mucho se puede hacer, pero todo ello ha de ir sobre el fundamento esencial de paciencia, de tolerancia, de puro y simple aguante humano. Porque en el fondo todos sabemos que la situación nunca va a ser ideal, ni en uno mismo ni en los demás.

Y lo que tenemos que hacer, por eso, es sobrellevar las inevitables contrariedades con resignación anticipada. Las cosas llevan tiempo. Los frutos maduran despacio. La naturaleza sigue su ritmo, y las estaciones no pueden acelerarse.

Y lo mismo sucede en la cosecha del Espíritu. Hace falta tiempo. Hace falta paciencia.
¡Espíritu Santo, conviértenos, aunque sea de a poquito, en maestros de la paciencia!

Paciencia para escuchar a los demás

Todas las personas que nos rodean, son cada una un ángel de Dios que nos trae un mensaje suyo. ¿Cómo mantengo yo la actitud de escucha frente a esa palabra de Dios que me viene a través del otro? Él o ella es palabra de Dios para mí en primer lugar a través de su amor, pero también a través de sus deseos, sus necesidades, sus penas. Todo es palabra de Dios que me está llamando: Sus gestos de amor me llaman a agradecer, sus deseos y necesidades a atenderlo, sus penas para aliviarlas y compartirlas.

Pero, ¿escucho yo esas palabras de Dios que me vienen a través de los demás? ¡Dios me quiere decir algo! Y cuando siento que hay algo de Dios en lo que me dice el otro, ¿lo acojo, le abro el corazón, para que esa palabra encuentre morada en mí?

Hay que escuchar al otro, pero también hay que hablarle al otro. Existen momentos en que Dios quiere hablarle al otro a través mío. Y entonces es un deber, hablar. Es un deber, dialogar. Entonces yo soy una palabra para el otro, que él necesita escuchar para crecer. Y si no le hablo, estoy negándome a ser palabra de Dios, Buena Noticia, Evangelio de Dios para el otro.

Preguntas para la reflexión
1. ¿Me considero una persona paciente? ¿Como me ven los demás en este aspecto?
2. ¿Tengo momentos de oración para escuchar lo que Dios me dice a través de los acontecimientos y de las personas?
3. ¿Escucho con esa actitud de alegría cada vez que el otro abre la boca?

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jueves, julio 17, 2008

Carta de Alianza – julio 2008

Queridos hermanos de Alianza:

El pasado 29 de junio el Papa Benedicto abrió el Año Paulino en conmemoración de los 2000 años del nacimiento de San Pablo. El apóstol Pablo, el último de los apóstoles del Señor, es considerado uno de los mayores evangelizadores de todos los tiempos. Pero ¿en qué radicaba el misterio de su misión? Por su propio testimonio sabemos que no estaba en su oratoria o en su presencia. De hecho, conforme afirmaban algunos de la comunidad de Corinto “tenía poca presencia y era un pobre orador” (Cf. 2Cor 10,10).
Pablo se distinguía por el “conocimiento” (2Cor 11,6). En esto estaba la “diferencia” de su predicación con la de los charlatanes. Este conocimiento del que habla no se reduce a su formación intelectual sino que se refiere a su “experiencia personal” de Jesucristo.

Respecto a la formación intelectual, Pablo llevaba consigo un bagaje cultural que incluía un conocimiento profundo de la tradición judía y nociones de la filosofía y religión griega de su tiempo. Sin embargo, la experiencia que hizo en el camino de Damasco, conocida como “conversión”, marcó profundamente su vida, más que todos los estudios y prácticas religiosas.

Fue en el camino de Damasco que empezó su gran transformación interior. El perseguidor radical de los cristianos tiene un “encuentro” con Jesucristo que lo hace caer por tierra, justamente cuando perseguía a los cristianos. Según la narración de los Hechos de los Apóstoles, Pablo queda ciego por esta experiencia. El Señor lo manda a Ananias, quien lo acoge y tiene una visión en la cual el mismo Señor le hace una afirmación sobre el Apóstol: “ése es mi instrumento elegido para difundir mi nombre entre paganos, reyes e israelitas” (Hech 9,15). Al cabo de un tiempo Pablo recobra la vista, como símbolo de la nueva forma de ver la vida en y desde Cristo.

Pablo pasa de ser “perseguidor” de cristianos a ser “seguidor” de Cristo, su discípulo y misionero. De la conversión nace la misión en cuyo fundamento está una convicción: “sé en quién he puesto mi confianza” (2Tim 1,12). La motivación y el contenido del anuncio de Pablo es la fe en Jesucristo y el vínculo - amor total a Él, a punto de decir: “ya no vivo yo, sino que Cristo vive en mí. Y mientras vivo en esta carne mortal, vivo de la fe en el Hijo de Dios, que me amó y se entregó por mí” (Gál 2,20).

Como Movimiento apostólico, Schoenstatt está vinculado desde el principio con el apóstol de las gentes. Ya los primeros estatutos de la Congregación mariana y también los de la Federación apostólica mencionan a San Pablo como su patrono. Desde 1935 la expresión visible de esto son las estatuas de los apóstoles San Pedro y San Pablo que desde entonces adornan el altar del Santuario, y que actualmente se encuentran en todos los Santuarios filiales del mundo. El P. Kentenich desarrolló innumerables temas centrales de nuestra espiritualidad inspirado por las enseñanzas de San Pablo, como ser el Hombre Nuevo en Cristo; la fe práctica en la Divina Providencia; la incorporación, pertenencia y membralidad en Cristo; y especialmente el espíritu apostólico y misionero que debe impulsarnos a los cristianos. Al respecto nos dice San Pablo: “Predicar el Evangelio no es para mí ningún motivo de gloria; es más bien un deber que me incumbe. Y ¡ay de mí si no predicara el Evangelio!” (1 Cor. 9, 16).

¡Qué gran regalo del Espíritu Santo es este año paulino! El Papa nos invita a descubrir a Cristo, seguirlo y anunciarlo con el amor y la pasión de San Pablo. Como él también queremos mirar nuestro tiempo con ojos críticos y ayudar a construir nuestra sociedad con los altos valores de la verdad, la justicia, la solidaridad y el amor en Cristo.

¿Qué nos diría San Pablo si hoy caminara en nuestra Argentina?
- Ante el comercio de voluntades en la política y el actual “plan canje en Senado” (la Nación, 12 de julio 2008) nos diría: “No se engañen; de Dios nadie se burla. Pues lo que uno siembre, eso cosechará: el que siembre en su carne, de la carne cosechará corrupción; el que siembre en el espíritu, del espíritu cosechará vida eterna. (Gal. 6, 7-8)
- A los que viven de la mentira y el robo les diría: “Por tanto, desechando la mentira, cada cual hable con verdad con su prójimo, pues somos miembros los unos de los otros. El que robaba, que ya no robe, sino que trabaje con sus manos, haciendo algo útil para que pueda hacer partícipe al que se halle en necesidad.” (Ef. 4, 26-28)
- A los que promueven la confrontación y la desunión les diría: “No salga de la boca de ustedes palabra dañosa, sino la que sea conveniente para edificar según la necesidad y hacer el bien a los que os escuchen. Que desaparezca de entre ustedes toda acritud, ira, cólera, gritos, maledicencia y cualquier clase de maldad, sean más bien buenos entre ustedes, entrañables, perdonándose mutuamente como los perdonó Dios en Cristo Jesús. (Ef. 4, 31-32)
- Ante los que se cansan de luchar les diría:” No nos cansemos de obrar el bien; que a su tiempo nos vendrá la cosecha si no desfallecemos.” (Gal. 6, 9)

Queridos hermanos en la Alianza, como discípulos y misioneros de Cristo sigamos construyendo en nuestro ambiente la cultura de la Alianza y del encuentro. Pongamos nuestra mirada en Cristo, caminemos de la mano de María y escuchemos estas palabras de San Pablo, que después de casi 2000 años, siguen despertando la fe, anunciando la esperanza y conservando gran actualidad y fuerza profética.

Reciban un cordial saludo y bendición en el día de Alianza,

P. Javier Arteaga

martes, julio 15, 2008

Consagración Perpetua
2º Curso Paraguay

Tuparenda 5 de julio de 2008

El día 4 de Julio de 2008 algo nerviosas pero muy emocionadas y contentas llegamos bien temprano al Santuario de Tuparenda.
Allí recibimos la noticia que el avión que transportaba al Padre Javier había sufrido un percance y el vuelo estaba retrasado. Lo tomamos con mucha calma y nos dispusimos a preparar el Santuario pensando que sólo seria un retraso de algunas horas. Ya todo estaba dispuesto cuando nos comunicaron que el Padre Javier llegaría al día siguiente y la Perpetua se realizaría el Sábado 5 a las 20hs como estuvo programado desde un comienzo.

Dios lo dispuso así y la Mater nos quiso regalar ese día el Santuario sólo para nosotras, nos quiso a todas juntas y unidas a ella en un solo corazón para ofrecerle una hermosa serenata. Fueron 2 hs de canto, de compartir emociones, momentos de plenitud. Nosotras y la Mater. ¡Qué regalo!

A las 20 hs subimos a la Casa de Retiro. En el comedor nos esperaban nuestras hermanas de Federación. El agasajo preparado no se podía posponer. Nos recibieron con cantos, aplausos, abrazos y felicitaciones. El salón delicadamente decorado con una mesa central donde se destacaban los obsequios que con tanto amor prepararon para nosotras. Eran unas bellísimas mini banderas con nuestro símbolo finamente bordado que ahora adornan nuestros Santuarios Hogares. Y desde luego una exquisita cena preparada como siempre por Marta Elena.

Recibimos los Capitalarios, mensajes y regalos de quienes rezaron por cada una de nosotras, tanto de Paraguay como de Argentina y de nuestra querida Inés Podestá. En todo momento se notó la magnanimidad de esa gran comunidad de corazones y no cabía en nosotras tanta emoción.

El Sábado 5 a las 19hs bajamos al Santuario, ahora sí para la celebración de la Consagración Perpetua.

La Liturgia preparada por Fanny se inició con esta monición de entrada: queridas hermanas, en el año jubilar de San Pablo, discípulo y misionero de Cristo, en este Santuario, corazón de la familia paraguaya, en un encuentro especial con el Dios de la Vida, bajo la protección de nuestra Madre y Reina Tres Veces Admirable de Schoenstatt y la bendición de nuestro Padre Fundador, nos reunimos hoy con mucho júbilo y gran emoción pues ha llegado la hora de nuestro amor a una respuesta de cada una de nosotras al gran amor de Ellos, para sellar nuestra Consagración Perpetua como miembros de la Federación de Madres, aspirando la más alta Santidad.

Queremos ratificar una vez más ese “sí” para siempre dado en nuestra primera Consagración y glorificar a María por su disponibilidad tan generosa que cambió la historia de la humanidad y que nos invita a imitarla.

El camino continúa y queremos ser sus hijas siempre fieles “Corazón Fuerte, al servicio del Padre”.
Abandonándonos en las manos del Señor, depositando sobre el Altar todos los anhelos que traemos en nuestros corazones y en un clima de sencillez y fervor religioso, con alegría y confianza iniciamos nuestra Celebración recibiendo a quien presidirá la misma, el Padre Javier cantando Tiembla de emoción.

Luego de la Liturgia de la Palabra escuchamos con atención la predica del Padre Javier:

Es una Consagración mutua, de parte nuestra y también de parte de la Federación.

El Padre pregunta “¿a qué has venido?”, venimos a dar un sí para siempre, es un paso pensado, un sí para siempre a la Federación y la Federación nos dice sí para siempre a nosotras.

Es un sí que nos deja tranquilas, seguras. A mí, que me conocen como soy, me dan el sí! Es también un sí a un estilo de vida, me comprometo a formarme según nuestro ideal, pero no estoy sola, lo hago con el curso.

Es una decisión libre y fuerte, que vamos a tener que repetir para siempre, cada día me decido.

Es una Consagración a María, un sí para siempre a la Mater, ella nos llamó, nos preparó, ésta es la bandera que elegí y por ella moriré, como los congregantes héroes, estamos llamadas a vivir el heroísmo del Corazón Fuerte. Corazón fuerte que quiere amar y ama fuerte, que quiere servir, un amor que se hace servicio.

Un amor que cuesta, que es de servicio, es probado, acrisolado con capacidad de ser fiel, por eso es fuerte, ser fiel en el amor significa estar en el amor, sabiendo que no es fácil. Y junto con permanecer fiel, también creer en el amor y volver a apostar por él. Tenemos la capacidad de realizar lo que queremos, trabajando fuerte en todas partes somos mujeres de acción, que buscan realizar aquello que aman y creen.

De ahí viene el Corazón Fuerte Apostólico, un corazón fuerte como el de María que fue fuerte hasta el final, hasta el crisol de la Cruz.

Y como Ella estamos al servicio de nuestro Padre, de su misión, al servicio de la obra del Padre, para forjar el Reino Mariano Del Padre.

Que cada una sea transparente del Padre, transparente del amor de Dios. Como nuestro Padre vivir la misión, y servirlo para que se siga conociendo su amor.

Queremos construir el Reino Mariano Del Padre aquí en Paraguay. Nuestro ideal está en la Alianza de Amor con María. Igual que Ella un corazón fuerte que está al servicio del Padre. Nuestro ideal es igual a la Alianza de Amor con María.

Nuestra jefa territorial Inés Podestá realiza la monición donde se solicita nuestra incorporación para siempre a la Federación Apostólica de Madres.

El Padre Javier da inicio al Rito de Consagración, momento solemne de espiritualidad plena y de sentir cómo nuestros corazones se elevaban hacia el cielo al encuentro de Dios y la Mater.

Nuevamente fue electa madre de curso Mirtha Estigarribia.

Luego de la bendición especial del Padre Javier se oye el repicar de la campana del Santuario en son de gozo, de júbilo por ese día de Gloria.

Nos retiramos encendidas, doblemente regaladas pero con el firme compromiso de: Quien me ve, te vea, Padre aquí estoy, tu misión mi misión, y como nos dijera el Padre Javier dispuesta a morir por mi bandera.

Donatella Bonifazi de Bogado. 2° curso Paraguay




































sábado, julio 12, 2008

"Yo conozco a los míos y los míos me conocen a mí"

El P. Ángel Strada, Postulador del proceso de beatificación del P. José Kentenich, habla sobre sus experiencias con el Padre Kentenich y del proceso de canonización


SCHOENSTATT, Juan Barbosa (http://www.schoenstatt.de/). El P. Ángel Strada, Postulador del proceso de beatificación del P. José Kentenich, compartió en la Casa Marienau, Schoenstatt, en una charla muy cercana sus experiencias con el Padre Fundador y acercó información actualizada sobre su proceso de beatificación, así como el de otros héroes de nuestra Familia.
Los privilegiados asistentes fueron una importante delegación de distintas regiones de la República de Chile acompañados por el P Juan Pablo Rovegna y la Hna. Alejandra.
Aquí detallamos una síntesis de lo que ha sido ese enriquecedor encuentro.

Un comentario sobre sus inicios en el sacerdocio
Con su habitual cercanía y sencillez, comenzó su alocución con un breve repaso sobre el comienzo de su vida en Schoenstatt, cuando en su Córdoba natal aún no existía ni la ermita donde nuestra querida MTA se estableció en la localidad de Villa Warcalde, a unos 20 Km. del centro de esa importante ciudad del Interior de la República Argentina.
"El Movimiento en Córdoba tiene su origen en una corriente de Bella Vista-Chile, ya que comenzó con la visita de los tres "Hernanes" (por Hernán Alessandri, Hernán Montesinos y Hernán Krausse ) a nuestra ciudad".
El amor por la Mater que irradiaban estos jóvenes chilenos, ese compromiso hasta lo más íntimo, esas ganas de "inundar el mundo de Schoenstatt", fue lo que despertó en el joven Ángel y su grupo de amigos una sola idea: consagrarse por entero a esta Obra de Dios.
"Iniciamos nuestros estudios en Brasil prácticamente en el mismo momento en que el Fundador regresaba a Roma desde su exilio en Milwaukee. Su deseo pronto fue que estudiemos todos juntos en Alemania ya que debíamos formar una Comunidad, algo difícil de ver en un comienzo, pues teníamos distintas costumbres y edades…pero por supuesto, aceptamos gustosos y formulamos nuestro lema de Curso: Qué alegría cuando me dijeron….Vamos a la casa del Padre, y allí partimos".
"Llegamos con muchos nervios y frío (era el 29-03-66 y en Alemania….¡hace frío! ) y nos avisaron que esa misma noche el P. Kentenich tendría una plática con nosotros. Al verlo tuve dos impresiones básicas: la primera, que no era alto (1,68 m) y hablaba con un tono de voz raro (su alemán era con tonada de Renania) y la segunda: transmitía la imagen de un Patriarca como Abraham ó Moisés. Una personalidad firme, vigorosa pero muy cercana a la vez".
Si bien sabemos que el P. Ángel Strada tiene una memoria privilegiada, resaltó especialmente no olvidar un mensaje que el P. José Kentenich les transmitió con toda claridad: "Cada uno debe conservar su identidad y respetar la del otro. Los sudamericanos no deberán germanizarse y tampoco al revés". Aquí observamos, querido lector, la impronta por demás llamativa y visceral del Fundador: el respeto por la originalidad de cada persona.

Estaban demasiado lejos y reaccionaron
Al día siguiente se trasladaron a su domicilio definitivo en Alemania, el Seminario en Münster, a 250 Km. de Schoenstatt. ¡Muy lejos para estos jóvenes que aspiraban estar al lado del Padre! ( y que además imaginaron que lo tendrían…"sólo para ellos"). "Le escribimos una carta donde le manifestamos con juvenil franqueza que estábamos contrariados con él porque estábamos muy lejos…". Al recibirla, el P. Kentenich, llamó al Rector del Seminario y, lejos de enojarse, le manifestó que estaría en Münster en cuanto pudiese. Fue así que dos meses después el Padre viajó (en un tren de segunda clase y con una valija mínima) a Münster a encontrarse con los jóvenes seminaristas. "Nosotros nos encargamos de comunicar a todo el Movimiento en Münster que sólo venía para nosotros y nada más que para nosotros. No vaya a ser cosa que comiencen a agendarle actividades…..". Dejaron entonces en claro la normativa: entre pláticas y misas, conversaría con cada uno de los seminaristas durante 30 minutos corridos. "En esa juventud que me invadía, los nervios no me dejaron dormir la noche previa a aquel 23-08-1967 en el cual puntualmente a las 8,30 hs tendría mi reunión a solas con el P. José Kenenich".

La paternidad y el "escuchar enaltecedor", rasgos indelebles del Fundador
"Al ingresar me tomó de las dos manos y me dijo: ¿Cómo se llama?, ¿De dónde viene? Cuando le dije que de Córdoba, Argentina, me dijo: ¡Ah, de Villa Warcalde! Realmente no podía creer que este hombre, con tantas cosas hechas y vividas recordase que Villa Warcalde quedaba en Córdoba gracias a una visita que Carlos y su hermano, el hoy P. Guillermo Mario Cassone le habían hecho con su mamá….¡8 años antes! Cuando se lo dije, me contestó con las palabras de Jesucristo: "Sabe qué pasa, yo conozco a los míos y los míos me conocen a mí". Se sentaron a conversar, él preguntaba mucho y se preocupaba de los más mínimos detalles. Era un papá en todo el sentido de la palabra. Los aconsejaba en cosas tan personales como en la vestimenta. Llegó a recomendarles el uso de calzoncillos largos porque el frío en Alemania es sumamente intenso. Estaba en todo de lo de cada uno. "En los días previos tenía miedo que las palabras correctas no me salieran ya que mi alemán, en ese momento, no era muy confiable. Temía no poder decir lo que realmente quería decir. Cuando comenzamos a hablar, noté que mi alemán era mucho mejor de lo que esperaba. Me daba cuenta que podía comunicar con toda naturalidad lo que realmente quería decir. ¿Por qué? La razón es muy simple: me sentía escuchado con toda la potencialidad que un hombre puede escuchar, la escucha atenta, que el P. Kentenich definía como el escuchar enaltecedor.
"Me extendí, con su licencia y la del Rector, un poco más en mi charla, me confesó y luego hizo un resumen de lo que habíamos hablado con una claridad y un acierto que hasta hoy me llaman la atención. Me dijo cosas de mí mismo absolutamente acertadas y que yo no le había dicho, y es más, me anticipó cosas sobre mi vida futura que hoy releo ( todavía conservo el resumen del contenido de aquella charla) y pienso: ¿Cómo puede haber sabido esto? Indudablemente un Profeta.

Su Proceso de Beatificación y la marcha de sus alumnos
"Nunca pensé que me tocaría esta Misión de postulador pero siempre de una cosa estaré seguro: estuve delante de un santo". Con estas palabras, el P. Strada nos contagia su seguridad de un final absolutamente feliz pero de ninguna manera rápido para el proceso. Nos ilustró sobre los distintos pasos que abarca el mismo: Fama de Santidad; Proceso Canónico (incluye la evaluación de 28.000 documentos, unos 1.000 libros de 300 páginas y algo más de 12.000 cartas escritas por el Padre); Evaluación de la documentación en Roma (sólo hay 6 responsables en estos procesos y solamente 1 habla castellano). Luego de la determinación, su envío a 8 cardenales para la evaluación y finalmente pasa a consideración del Papa. De todos modos puede estar todo correcto pero es absolutamente imprescindible la constatación de un milagro atribuido exclusivamente al P. Kentenich con características de: físico, de curación instantánea o cuasi instantánea, comprobado por médico (sólo en lo técnico) y permanente, es decir que, en caso de enfermedad, debe tratarse de una enfermedad curada sin explicación técnica (en el caso de cáncer, debe esperarse 10 años).
Pudimos aprender los que asistimos a la charla, los distintos pasos muy rigurosos que toma la Iglesia en su sabiduría y a los cuales todo Proceso debe adecuarse. Los avances en su proceso y en el de sus alumnos, colocarían en un lugar avanzado a Karl Leisner, de quien se está estudiando un milagro, seguido por José Engling, la Hna. Maria Emilie, Mario Hiriart, Joao Pozzobón y José Kentenich prácticamente parejos, y luego Franz Reinisch.
La conclusión: El P. José Kentenich sin lugar a dudas ha instaurado una verdadera escuela de santidad.
Fue así como llegó el final (que no queríamos) de la charla y el P. Ángel nos dejó una invitación, que más que ello, es un imperativo: "Lleven el carisma del P. Fundador adonde vayan. Compartan con los demás la riqueza de sus enseñanzas. Los invito a que no nos lo guardemos para que, cuando llegue el día, no sólo haya schoenstattianos en San Pedro, sino que cientos de miles de católicos, no necesariamente schoenstattianos, colmen la Plaza vivando a Dios y agradeciendo su Obra".

martes, julio 08, 2008

8 de julio, día de la ordenación sacerdotal del P.Kentenich, pidamos por su canonización

Padre Eterno: En tiempos difíciles Tú siempre eliges personas que por su palabra y ejemplo muestran el camino hacia Ti. En tu amor paternal has confiado a tu hijo y Sacerdote, el Padre Kentenich, la misión de proclamar las grandezas de María a la Iglesia actual. Así como él se consagró a la Santísima Virgen, trató de llevar a muchos a la Alianza de Amor con la Madre y Reina de Schoenstatt para que por Ella llegaran más fácilmente a Cristo y a Ti, Padre de la Misericordia. Concede al Padre Kentenich el honor de los altares para que el pueblo de Dios vea su ejemplo y experimente su ayuda. Padre de Bondad, escúchame por su intercesión en mis necesidades para alabanza tuya y de la Madre y Reina de Schoenstatt. Amén.
Aprobación Eclesiástica

martes, julio 01, 2008

Nuestra fe cristiana
P. Nicolás Schwizer


¿Qué se necesita para que la fe cristiana arraigue profundamente en un hombre, quede fuerte y sana?
Los entendidos nos dicen que tres fuerzas deben cooperar para que un hombre llegue a la fe y, además, crezca y madure en ella: Dios, el Hombre mismo y la Comunidad de los creyentes.

1. Dios. Sabemos que Dios, a través del Bautismo da la gracia inicial para que la fe pueda nacer y crecer en un cristiano. Esta fe recibida en el bautismo es una semilla. Y la semilla está hecha para producir una planta y la planta para producir frutos. Para que la semilla de la fe pueda crecer en el alma, Dios tiene que seguir dando su gracia.

¿Cómo podemos conseguir esa gracia de la fe, a lo largo de nuestra vida? Creo que Dios nos pone una condición fundamental para ello: Él quiere que le pidamos esa gracia con humildad y confianza filiales. El apóstol Santiago nos dice en su carta: «Dios resiste a los soberbios, pero da la gracia a los humildes” (4.6). Y el mismo señor nos enseña en el Evangelio pedir con confianza: “Todo cuanto pidáis en la oración, creed que lo recibiréis y lo tendréis” (Mc 11,24).

2. El hombre mismo. La fe es un regalo de Dios. Pero también es una respuesta personal del hombre mismo. Él puede y debe colaborar en el crecimiento de su fe. Debe vivir y realizarla en su vida de cada día. Debe probarla con hechos y actos de fe concretos. La semilla que no es cuidada y alimentada, no puede madurar; se seca y muere. Y pienso que esa es la razón de la debilidad y hasta desaparición de la fe en muchos de nuestros contemporáneos.

Un sabio de la India dijo, después de un viaje por Europa: “Encontré en Europa un cristianismo de domingo y un paganismo cotidiano”. Una fe que no inspira el trabajo diario, el contacto con los demás, la alegría y el sufrimiento de cada día, no puede crecer, sino disminuye y muere, tarde o temprano.

3. La comunidad de los creyentes. La tercera condición fundamental, además de la gracia de Dios y de la cooperación del hombre, es la Comunidad de los creyentes. La fe sólo puede arraigar en un hombre, cuando forma parte de una comunidad cristiana porque la fe no es asunto privado de uno.

En la comunidad recibe la revelación de Dios y le da su respuesta de fe. Por eso dice San Pablo: “¿Cómo creerán si nada oyeron de Él? ¿Y cómo oirán si nadie les predica?” (Rom 10,14):
Pero no es suficiente predicar solamente con palabras. Más importante y fecundo es predicar con una vida de fe. Porque la vida sólo nace de la vida; y una fe vital nace sólo de una fe vital.

Y me parece que ésta es otra de las causas, por la que tantos hombres de hoy no pueden creer: Muchos educadores y predicadores de la fe - papás, sacerdotes, maestros, etc. - no encarnan la fe en su persona ni en su vida. Hablan sólo de ella, pero no viven de ella. Por eso, su mensaje no convence ni vivifica. Aquí entra entonces, con mucha fuerza, la importancia de nuestras comunidades cristianas y de nuestros grupos cristianos.

Pero lo más fundamental y decisivo para el nacer y crecer sano de la fe son nuestras familias cristianas, las primeras comunidades de fe. Los papás son no sólo los grandes educadores de la fe de sus hijos, sino también reflejos de Dios mismo para ellos. Mediante la relación con los padres, el niño experimenta la relación con Dios Padre y con su Madre celestial, la Sma. Virgen. Y así, va surgiendo, de un modo natural y espontáneo, una vinculación personal con Dios.

Y la esencia de la fe no es creer en ciertas verdades o artículos de fe, sino es creer en una persona, es creer en un Dios personal. Y madurar en la fe significa profundizar mi vinculación íntima con Cristo y con el Dios Trino.

Por eso, pidamos que el Señor nos regale la gracia de crecer permanentemente en la fe y en la vinculación personal con Él, y que nuestras crisis de fe sean sólo crisis de crecimiento. Pidámosle también a la Sma. Virgen, Madre y modelo de la fe, que nos fortalezca y acompañe en nuestro caminar hacia la Casa del Padre.

Preguntas para la reflexión
1. ¿Me considero un cristiano de domingo?
2. ¿Me considero una persona de fe?
3. Como persona o como grupo, ¿en qué nos distinguimos de los demás?

Lea: Homilías dominicales del Padre Nicolás
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Fechas importantes julio 2008


04 Consagración Perpetua 2º curso Paraguay
08 Ordenación P. Kentenich
09 Independencia Argentina
10 Primera Misa P. Fundador


16 Nuestra Sra. Del Carmen
25 Santiago Apóstol
26 Santa Ana y san Joaquín
31 San Ignacio de Loyola